La marimba de chonta es el piano de la selva. Es el instrumento que le dio vida y que marcó el pulso de toda una región, sonando en celebraciones religiosas y en fiestas para hacer del folclor local una movida musical inmensa que hasta hoy resuena.
Desde tiempos de sincretismo religioso, provocado por el contacto entre africanos e indígenas, del Pacífico fluyó ese elixir de la música que detonó un movimiento de orgullo masivo materializado no solo en las fiestas locales, sino en grandes festivales como el Festival Petronio Álvarez.