Fotos por: Luís Cano // Andrés Alvarado // Andrés Gómez
Ni los artistas más esperados alcanzan a tener el protagonismo que cobra un pogo. Ese círculo furioso que acoge a los valientes es una expresión incomprendida para muchos, una licuadora sangrienta para otros y para una buena parte de los fieles asistentes al festival, la razón más poderosa para llegar desde temprano al festival. Todo es digno de pogo desde el rockabilly, el un metal, el rock local o el neo.
Nuestros valerosos fotógrafos decidieron emprender una exploración en los recovecos de ese monstruo humano. Se defendieron como pudieron y nos dejaron un buen registro de qué se siente estar metido (con cámara en mano) en un monumental pogo digno de Rock al Parque.
Larga vida al pogo
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