La santandereana La Morena Del Chicamocha fue una de las artistas principales del concierto final de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ 2023 en el Parque Simón Bolívar de Bogotá. Con su canto y su discurso envió un necesario mensaje sobre lo importante que es para todos, todas y todes abrazar y apoyar a las mujeres trans de los territorios rurales, porque “no es lo mismo ser LGBT en una ciudad grande a serlo en un pueblo”.
Con ella hablamos antes de cantar ante más de 60.000 personas y nos cuenta cómo el bullerengue ha sido clave para contar su historia y la de las mayoras que no dejan morir la tradición oral colombiana. Resistencia afro trans.
¿Cómo ha sido su historia artística para ser hoy una cantadora de bullerengue afro travesti que se abre espacio como La Morena del Chicamocha?
Para mí ha sido un ejercicio, creo que también de resistencia, un ejercicio de re-existencia. A través de las músicas tradicionales, logré poder conectar también como sanar con mi feminidad, sanar también con mi racialidad, en una región como la mía, yo vengo de Santander y normalmente lo afro allá se dibuja por completo. Entonces, siempre estuve como en un lugar de otra edad, era como esa marica otra, otra, que nadie quería ver porque era una marica afro. Siempre que la gente preguntaba "¿tú de dónde eres?" y yo decía que era santandereana la gente respondía "no, pero pareces de la costa". Yo considero muy importante reconocer el territorio que somos. El cuerpo es territorio y a partir del cuerpo nos narramos.
Usted dice que el bullerengue es comunidad, ¿qué ha representado el género en su vida y cómo lo ha estudiado para poder darlo a conocer en más personas?
Para mí el Bullerengue ha sido un elemento importante en la conexión de sanar propiamente en mi etnicidad. Reconocer que las comunidades afrodescendientes, las comunidades negras de los pueblos que hoy en día todavía habitan el Caribe y muchas otras regiones del país también crean y construyen saberes y conocimientos a través de las músicas tradicionales. Esto me enseñó que las travestis negras, afro, mestizas, campesinas, indígenas, también podemos pararnos desde allí y construir conocimiento entre nosotras y entre nuestros saberes que pasan por nuestro cuerpo, porque nuestras nuestras cuerpas, nuestros cuerpos son formas también de crear y transformar realidades y es así como también nosotras tenemos esta capacidad hermosa creadora que nos enseñaron nuestras mayoras y ancestras negras. Ese poder de la palabra y del canto a través de esa transmisión tan importante que es la tradición oral.
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¿Qué diferencia existe entre ser una personas LGBTIQ+ en una ciudad grande y serlo en una zona rural?
Es diferente porque cuando tú vives en un entorno municipal, rural, como yo que vengo de Girón, Santander, que hoy en día es un pueblo que lo absorbió Bucaramanga, pero cuando yo crecí era pequeño. Crecer en estas dinámicas siendo una persona diversa, en ese momento era una mariquita pequeña y crecer allí fue bastante traumático, o sea yo desde que tengo memoria pues el machismo siempre ha estado presente, como todos estos episodios de discriminación siempre estuvieron presentes. Desde que tengo 5 años recuerdo que me dijeron marica, o sea la primera vez que me dijeron yo tenía como 5 años y desde ahí en adelante se volvió como costumbre escucharlos desde muy temprana edad y creo que no solamente como el insulto sino que las múltiples violencias que encarna una en estos contextos pues muchas veces te dejan inclusive en riesgo tu vida.
Cuando llegaban los paramilitares de acuerdo al barrio cuando hacían los pampletos de por ejemplo de hacer limpieza social en los carteles lo primero que aparecía era, se van las maricas, las travestis, las prostitutas y viciosos. O sea, esa era la forma inclusive de sacar a las maricas más adultas del territorio de las que quedábamos teníamos que crecer con miedo y aún así, pues en un territorio como urbano, estas situaciones son un poco menos agresivas.
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¿Qué tipo de historias le gusta dejar plasmadas en sus composiciones?
Mis composiciones básicamente también empiezan desde mi transición es un poco hermoso empezar a narrar desde ahí. Yo hice mi tránsito dentro del bullerengue, la gente que me conoció, me conoció de cierto aspecto y eso fue mutando y cambiando. Y creo que eso es muy lindo porque las personas trans somos personas que tenemos esta capacidad tan libre de podernos autodeterminar y también transformar nuestras realidades en lo que nosotras escogimos y decidimos también como asumir por lo que somos y por lo que deveníamos. Entonces el bullerengue me permitió narrar todo este hilo de historias que sucedieron conmigo en ese devenir.
Las composiciones mías van narrando esos mis desamores, mis ilusiones, lo que yo soy. Yo nunca hablo en un cuerpo que no sea el mío porque no soy pescadora, ni soy palenquera, yo lo que soy es un afrotravesti de Santander.
¿Qué representa para usted llegar a la marcha LGBTIQ+ más grande de Colombia que tiene como eslogan 'Ley Integral Trans YA'?
Para mí representa muchas cosas. Nosotros como población trans, inclusive no tenemos acceso a la vida laboral muchas veces. Nuestra vida laboral se reduce solamente a la prostitución o a los servicios sexuales, o en muchos casos también a la peluquería. Todavía lastimosamente en un país como el nuestro pareciera que las personas trans no tuviéramos otras oportunidades de desarrollar nuestra vida laboral. Básicamente esto también nos secciona o nos reduce a una capacidad muy limitada de acceso a derechos. El derecho a la salud, el derecho a educarnos, el derecho a tener una vivienda propia, el derecho como casi todas las personas en este país pueden acceder a algunos derechos. La ley integral trans precisamente como su nombre lo dice es una ley integral donde se tiene en cuenta todas las realidades que vivimos las personas trans y de distintos contextos, además porque a nosotras nos atraviesan distintos contextos. Las personas trans no somos homogéneas, existimos personas trans afro, indígenas, mexicas, campesinas, rurales, urbanas, periféricas. Entender estas realidades también nos permite entender que los contextos de las personas trans necesitan ser abordados desde esa integridad y que también podamos tener esta reivindicación de derechos que otras poblaciones y comunidades ya no han logrado, pero nosotras se nos ha tomado como ciudadanas de segunda categoría en este caso.
¡La diversidad nos une!