El show de medio tiempo del Super Bowl es el acto pop más importante de la música en Estados Unidos. Todos los artistas del mainstream quieren estar sobre ese escenario, ser vistos por la amplia audiencia televisiva y utilizar el millonario presupuesto para hacer realidad los espectáculos que siempre han soñado.
Hace unos años, cuando quedé completamente impactado con el show de Madonna, decidí buscar en Youtube y ver todos los espectáculos desde los noventa hasta la fecha para entender la importancia del Super Bowl en la cultura popular.
Desde 1993 el formato del espectáculo del show pasó de ser un acto cultural en el que predominaba la música de banda con agrupaciones de rock, country y hasta teatro musical, para ser una celebración del catálogo de una celebridad. Ese año contrataron a Michael Jackson que ofreció uno de los momentos más icónicos de la televisión.
A partir de ese año el show de medio tiempo del Super Bowl se volvió atractivo para las audiencias que no estaban interesadas en el partido final de la liga de fútbol americano.
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Y si bien la popularidad del show en los últimos 30 años ha sido inmensa, creo que no siempre se ha hecho una buena elección de actos que mantengan la importancia que le dio Michael Jackson en ese inolvidable enero del 93.
Haciendo cuentas, en estas tres décadas 14 actos masculinos han protagonizado el show, 10 espectáculos han sido mixtos y solo 7 han sido liderados por mujeres.
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La supremacía de los espectáculos femeninos para el Super Bowl es innegable
Michael Jackson fue un artista de otro planeta y, tal vez, ni tenía en mente que su show cambiaría la historia de ese evento, pero han sido las mujeres las que han tomado el espectáculo del Super Bowl con una visión similar a la del rey del pop que consiste en utilizar ese tiempo para impactar fuertemente a la audiencia usando todos los elementos posibles que da el presupuesto.
Lo que ha hecho importante al Super Bowl durante estos 30 años es que son parte de la conversación general por ser espectáculos de música en vivo muy distantes de los conciertos tradicionales. Jackson y las mujeres han sabido usar ese espacio para que su música se inmortalice por medio de puestas en escena imponentes, montajes locos y la importancia de tener en cuenta al televidente mientras seduce a los asistentes al estadio.
Entre 1994 y 2001 hubo mayoría de shows mixtos con artistas conocidos, pero que no tuvieron actos completos sino participaciones limitadas. De esos años el único show memorable fue el de Diana Ross en el Sun Devil Stadium de Arizona quien utilizó su tiempo para cantar temas propios y ajenos, ofrecer una muestra musical potente, iniciar su set en una plataforma que la hacia ver como si estuviera volando y salir del estadio en un helicóptero.
En los 2000 también hubo shows mixtos que si bien son entretenidos, no son los más memorables -a excepción de la absurda polémica del pezón de Janet Jackson y Justin Timberlake-. Durante esa década las elecciones pasaron de ser muy pop a ser bastante conservadoras y para públicos adultos con bandas masculinas como The Rolling Stones, Bruce Springsteen, The Who, Tom Petty and the Heartbreakers y Paul McCartney que llevaron al escenario shows similares a los que ofrecían en sus conciertos y que no llamaba tanto la atención de nuevos públicos.
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Cabe resaltar que en 2007 de desarrolló uno de los mejores Super Bowl con Prince sobre un escenario de neón con la forma de su logotipo. En sus doce minutos hubo planos pensados para la cámara, pirotecnia sincronizada perfectamente con la música y la desbordante energía del genio musical. Por algo Prince siempre aparece en los listados que hacen los medios de comunicación sobre los mejores shows del SB.
La NFL se alejó de las bandas de rock y en 2011 contrató a The Black Eyed Peas en un show poco memorable y en el que el protagonismo pocas veces estuvo sobre los integrantes de ese proyecto. Aunque fue muy visual y robótico -que es la extravagancia que ha hecho memorables otros shows- es poco recordado por la poca acción de los BEP en tarima, que además eran los artistas #1 en los listados musicales de ese momento.
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En 2012 la NFL volvió a plantearse lo mismo de 1993: contratar a un artista que lograra atrapar audiencias televisivas en cantidades industriales. La elegida fue Madonna que tiene uno de los mejores intros de todos los tiempos al mejor estilo de Cleopatra. Tuvo una tarima de pantallas que cambió con cada canción, cambios de vestuario, momentos sorpresa pensados para la cámara, pirotecnia y una cantidad ridícula -en el buen sentido de la palabra- de bailarines. Aunque la Reina del Pop podía cargar sola con el peso del show, invitó a LMFAO, Nicky Minaj, M.I.A y CeeLo Green a cantar con ella.
La historia se repitió y la máxima autoridad de la música pop volvió a darle estatus y relevancia al show de medio tiempo del Super Bowl.
Entre 2013 y 2021 las elecciones de los actos protagónicos se intercalaron: Beyoncé, Bruno Mars, Katy Perry, Coldplay, Lady Gaga, Justin Timberlake, Maroon 5, Jennifer López & Shakira y The Weeknd.
En esos los shows de mujeres recibieron múltiples elogios; cada uno creó nuevos récords de audiencia e impacto en internet (que hoy en día también se mide en memes). Sin contar con los shows de Bruno Mars y Coldplay, los espectáculos masculinos de Justin Timberlake, Maroon 5 y un poco The Weeknd fueron olvidables por no mantener la chispa que se venía generando en los sets de sus colegas: no tuvieron cambios de vestuario, poca interacción con la audiencia de TV y un esfuerzo mínimo por integrarse con los bailarines para hacer algo innovador que es lo que usualmente se espera de un show del Super Bowl. Aún se siente fuerte la decepción con el show de Justin Timberlake, entendiendo que ya había estado en dos shows del Super Bowl y que es uno de los solistas pop más relevantes del siglo.
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En paralelo, los shows de Beyonce, Katy Perry, Lady Gaga y Shakira con Jlo tienen en común lo visible que es la exigencia que se ponen sobre los hombros las cantantes por dar el 3000% en tarima sacándole el jugo a cada segundo que les da la NFL para sus shows: volando por el estadio, flotando en plataformas, lanzándose al público, metiendo fusiones legendarias de música, tocando múltiples instrumentos y haciendo coreografías complejísimas para entretener a todos.
Los ratings oficiales de audiencia de los shows me dan la razón: El show con mayor rating es de Katy Perry con 118 millones de televisores encendidos. El show de Maroon 5 y The Weeknd tuvieron una audiencia de menos de 100 millones de televisores con 98 y 96 millones respectivamente. Todos los shows hechos por mujeres han tenido más de 105 millones de televisores.
#Rating 🇺🇸 | SHOWS #SuperBowl
— Real Time 📈 (@RealTimeRating) February 12, 2023
'12 Madonna: 114M
'13 Beyoncé: 110.8M
'14 Bruno Mars: 115.3M
'15 Katy Perry: 118.5M 🔥
'16 Coldplay: 115.5M
'17 Lady Gaga: 117.5M
'18 Justin T: 106.6M
'19 Maroon 5: 98.2M
'20 Shakira & JLo: 103M
'21 The Weeknd: 96.7M
'22 Dr Dre, Eminem…: 103.4M pic.twitter.com/0x85SMo2lJ
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El show de 2022 es un caso aparte, una unión de leyendas de hip hop que celebraban la vida de Dr. Dre, pero que en los minutos que cada uno tuvo fueron coherentes con lo que han sido a lo largo de sus carreras. Un medley de hits que han marcado la música y que se mereció todos los aplausos porque es muy difícil lograr reunir artistas de su estatus en la misma tarima. Gigantismo Snoop Dogg, Eminem, Mary J, 50 Cent y Kendrick Lamar; seguramente en un futuro alguno de ellos tendrá su propio show.
Para 2023 vuelve a estar la expectativa altísima con un show protagonizado por una mujer. Rihanna es la encargada del espectáculo 57 que se da treinta años después del de Michael Jackson. No hay ni media duda de que su show mantendrá vivo el interés de que el Super Bowl siga siendo el escenario más apetecido por los artistas mainstream y la necesidad que los artistas pop tienen por acariciar su ego cuando las personas dicen "tuviste uno de los mejores shows del Super Bowl de todos los tiempos".
Sabemos que siempre se le ha exigido el triple a las cantantes femeninas de pop por resaltar, pero es momento que los mismos artistas masculinos que sueñan con llegar a escenarios como el Super Bowl aprendan y copien la ética de trabajo de sus colegas mujeres, de Prince y de Michael Jackson para quedar en los libros de historia.