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Sonidos bestiales presenta: El gran latido, el picó del altiplano

Nos unimos a esta ceremonia

En un nuevo capítulo de Sonidos Bestiales presentamos la solemnidad del sound system, ese sistema de sonido que tuvo su origen en Jamaica pero que hoy retumba en diferentes partes del mundo logrando que la cultura crezca. El Gran Latido nació en Bogotá y aprovechamos el concierto de OBF para entender todo lo que hay detrás de la cultura, para palpitar con él y para unirnos a su solemnidad.

Cuando David, el carpintero del Sound System, habla de la noche en Latino Power en que se inauguró el Gran Latido parece como si aún estuviera sorprendido y es que quizá durante los dos meses que pasó noches largas, a palo seco y otras no, construyéndolo no se le cruzó por la cabeza que estuviera cimentando una fuente de energía tan monumental.

Esa noche donde Channel One inauguró con todos los poderes uno de los sound systems más grandes de la capital, alguien se le acercó a David para decirle “El que hizo el soundsystem va a hacer la cama para mi bebé” y así fue, días después David estaba trabajando en eso y al mismo tiempo entendiendo lo que esa estrcutura significaba para la gente.

¿Usted se le mide? ” Le preguntó Ricardo, el padre del Gran Latido, a David cuando estaba en la búsqueda del carpintero que le sirviera de coequipero y él le dijo – “Y o nunca he hecho eso, pero hagámosle” . Hoy en día, ese gigante sistema de sonido no solo tiene nombre propio sino apodo: el pico del altiplano.

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El sound system es un grupo de personas que trabajan en torno a un sistema de sonido para hacerlo sonar, llevar el mensaje y lograr estas situaciones unidas con el parche, la comunidad, con la gente” explica Ricardo Vega. Hace años él soñaba con tener su propio sound system, y desde que vio un picó por primera vez se enamoró de esos aparatos, pero cuando fue al Outlook, festival en Croacia, reafirmó el poder del sonido y se decidió.

Pero una cosa es hablar de él y otra es asistir a una ceremonia, porque más que una fiesta es un ritual donde cientos de personas se conectan y se rinden bajo el efecto de la música.  Aprovechamos el concierto de OBF para entender todo lo que hay detrás de la cultura, para palpitar con El Gran Latido y para unirnos a su solemnidad.

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A vibrar todos. 

 

 

 

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