Hace 8 años nos sentamos con José Osorio una de las promesas del género urbano del momento y quien estaba hasta ahora sonando con “Sin Compromiso” la canción que se pegó en el cerebro de los colombianos y por la que terminamos todos respondiendo “este es el negocio, socio”. Esa vez hablamos de cómo con pasos agigantados se iba corriendo el nombre de Balvin en todas las emisoras del país, faltaba poco para cruzar el charco y llevar su talento a todo el globo.
Por: @JohanaArroyave
En una respuesta nos dijo con la humildad, esa que no le ha faltado nunca, que tenía una sola tarea “poner a Colombia en el panorama global de la música urbana”. Han pasado ocho años desde entonces y solo sabemos una cosa: lo logró. (Hace 8 años J Balvin prometió que iba a ser el rey del reggaetón. Lo cumplió)
Hoy no se puede hablar de reggaetón sin hablar de J Balvin. No es patrioterismo barato. No es que queramos agrandar las cosas porque sí. Es que J Balvin logró que de nuevo en el mundo se hablara español. Logró que el sello “made in Medallo” se metiera en los listados musicales más importantes de la industria. En este último lapso, desbordó la etiqueta reggaetón e invadió terrenos del pop. Del mainstream global. Hasta su cara llegó a Rusia y lo vimos en el cierre de La Copa Mundial de la Fifa.
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Cumplió el sueño, dejó a Medellín en lo más alto, llevó a Colombia a lugares que creímos nunca podríamos conquistar y lo más importante el mundo se enamoró de J Balvin. Pocos artistas se dan el lujo de hacer esperar el público hasta la madrugada y tenerlos con la energía más allá del 100% para recibirlos y bailar por más horas. En el Vibras Tour de Bogotá esto fue más que claro.
Balvin salió a escenario a la 1 am y aunque la espera se hacía eterna, ya se repetían algunas canciones y la gente gritaba que ya era hora, verlo en tarima fue como devolver el reloj y como si la energía se recargara automáticamente para bailar hasta que él dijera, era posible quedarse con él la noche entera pues no había tiempo para cansarse, no dio tiempo ni para respirar, dejó una a una sus canciones y nos hizo gritar como si no hubiera mañana.
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Hora y media de show fue suficiente para bailar, saltar, cantar y entender que J Balvin no es solo un artista de reggaetón, es el papá del genero. Estas fueron las mejores imágenes del concierto.
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