Con el paro de noviembre de 2019 , varios músicos se unieron en un colectivo para acompañar la movilización social. Desde el pasado 28 de abril que Colombia volvió a volcarse a las calles, este grupo de músicos se reactivó: su nombre es Segunda Línea . El nombre se inspiró en la “Second Line” de la música de Nueva Orleans: quienes dirigen el desfile y la banda de música se llaman Línea principal, y la segunda línea son quienes siguen a este grupo.
Segunda Línea se reactivó a finales de abril en el marco del Paro nacional de 2021 y reúne a cerca de 100 personas: hombres y mujeres compositores, arreglistas, instrumentistas, estudiantes, docentes, catedráticos, cirqueros, abogados, actores. El colectivo es totalmente independiente y no depende de ningún partido.
Inicialmente, el grupo surgió para acompañar la movilización social, pero hoy sus miembros sienten que el mensaje debe ir más allá, por lo que han creado repertorio original que tiene que ver con lo que sucede hoy en las calles. “La música y el arte no pueden ser ajenos a lo que está pasando. Nos unimos no solo como músicos, sino también como ciudadanos”.
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“Nuestra misión es que la gente sienta el poder de los tambores, el poder de los vientos, que se contagie y se una a un clamor que viene de muchos siglos, esto no es de ahorita. Uno de los catalizadores de las protestas fueron la pandemia, la reforma tributaria y los abusos sistemáticos de la clase dirigente. La idea es cambiar el chip e invitar a la gente a que sea un poco más receptiva a las problemáticas del vecino, y a que el bienestar que importa no sea solo el propio ”, nos explica Alejandro Montaña, uno de sus miembros.
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Segunda Línea busca resistir desde la música y visibilizar tradiciones musicales y culturales que durante mucho tiempo pasaron inadvertidas. “Buscamos visibilizar ciertas tradiciones musicales. La resistencia va desde lo cultural”.
Tanto en el paro de 2019 como en el de 2021, han surgido ciertas críticas a la música en un contexto de protesta. Segunda Línea cree que hay una explicación para ello: “Para nosotros este tipo de acciones son una nueva forma de leer la ciudadanía y la participación. La arenga, el tropel no son la única manera de luchar por nuestros derechos. Sentimos que es una propuesta casi inconsciente de la ciudadanía la de volcarse a las calles con ese sentido "carnavalesco" . También hay un cambio de paradigma con las nuevas generaciones en la manera en la que se manifiestan".
"Es una lectura del ejercicio político, que no está allá en un escritorio, sino que cualquier actividad tiene una injerencia política muy fuerte. Es inevitable que a veces termine en algo de carnaval, Colombia es un país fiestero y se puede desdibujar mucha vaina. Sabemos que veces pasa y estamos trabajando en eso: que no se vaya la conciencia de lo político”.
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Con ese propósito, Segunda Línea trabaja para “capitalizar” sus acciones: no en dinero , sino en generar mensajes políticos desde la música: ya sea con material audiovisual, o cualquier otro formato.
Los integrantes de Segunda Línea agregan: “ la música siempre ha estado con la gente, en la calle, ese el espacio donde cobra valor la función social del músico. La mayoría somos músicos de tarima, pero esta es una oportunidad para conectarnos con lo que pasa en las calles y ser más conscientes de nuestro rol”.
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Segunda Línea seguirá trabajando para consolidarse más allá de las manifestaciones. Pero su consigna es clara: “Nunca guardaremos silencio, no nos vamos a callar. La música resiste ”.