
El álbum DAMN. de Kendrick Lamar le mereció el Premio Pulitzer de música y lo grande de la hazaña es que es la primera vez que un artista no clásico o de jazz se gana uno de los mayores reconocimientos.
Kendrick Lamar llegó desde Compton para inyectarle una vitamina importante al hip hop en el mundo. Cuando lanzó To Pimp a Butterfly el mundo entero se rindió a sus pies y se proclamó como un nombre gigantesco en el género. Por eso DAMN , aunque es su quinto disco, tenía una presión sobre el hombro: ser el sucesor perfecto de esa obra maestra. ¿Lo logró? Sí y mil veces sí - claro, si los miramos como dos trabajos que tienen líneas distintas-. En esta última joya podemos escuchar cómo Kendrick se pasea de una admirable por los terrenos del rap a lo vieja escuela, pero sin dejar de lado esos elementos refrescantes y entusiastas. Hay furia, pero también se le escucha relajado, hay espacio para el amor y las relaciones (como podemos escuchar en Loyalty , su canción Feat. Rihanna) y para la política (como en XXX su canción feat U2). DAMN es rico en todo el sentido de la palabra. La recomendada: Element , escrita y producida que por el mismísimo James Blake.
Una razón más para entender porqué es uno de los raperos más importantes de nuestra generación.
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