En las entrañas del under de la capital mexicana se está fraguando una escena poderosa en la que las distorsiones y los golpes furiosos de platillos se funden al ritmo de la nueva psicodelia latinoamericana. Mengers es una de sus puntas de lanza y a propósito del lanzamiento de GOLLY , su nuevo LP, los presentamos en Shock.
Por Eduardo Santos Galeano @edusantosg
De a pocos, los ecos de ese sonido juvenil fresco y con ganas de destruirlo proveniente de la CDMX están regándose por toda Latinoamérica. Solo por poner un caso cercano, basta con recordar la presentación de Los Froys en la edición 2019 del Burger Revolution en Bogotá, cuando montados en una carpa improvisada en el patio de una torre residencial encendieron una noche intensa y memorable en el que también participaron bandas locales como Nanook el Último Esquimal o Babelgam .
Desde hace un tiempo y con grupos que han logrado una proyección internacional importante como El Shirota, O Tortuga o Belafonte Sensacional hemos venido presagiando la que ya es una de las escenas más incendiarias y emocionantes del continente.
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Algo más nuevos en la escena pero con el mismo ímpetu aparecen Mengers , un power trío cuyos integrantes apenas están entrando a sus veintes y que ya están haciendo tanto ruido que serían imposibles de ignorar.
Los hermanos Carlos y Pablo Calderón se encargan de la guitarra y la batería y el bajo es trabajo de Mauricio Suárez. Ya publicaron un álbum en 2018 titulado I muy al estilo garajero de The Kitsch , han tocado en eventos claves para la movida en México como el Burger Revolution y el Festival Marvin y en medio de la pandemia, sacaron a la luz GOLLY, un trabajo inspirado en el juego de simulación Game Of Life, lleno de metáforas sobre la vida moderna y estos tiempos marcados por el encierro y el terror constante a la muerte.
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“Nuestros primeros toquines eran fiestas y cumpleaños de amigos donde tocábamos covers. Con el paso del tiempo empezamos a componer y nos sentíamos bien con eso, pero ya nos invitaban a toquines de bandas. A veces tocábamos con equipo chido y la mayoría de las veces no”, cuentan los Mengers, que como muchas otras bandas dieron sus primeros pasos en pequeños eventos en el barrio y dicen, fue lo que los ayudó a perfeccionar su sonido. Uno que en este nuevo disco se siente tan punzante como debe ser escucharlos en cualquier bar pequeño y lleno de gente sudorosa alrededor.
En total son 12 cortes en los que a diferencia de su álbum debut -mucho más marcado por riffs garajudos y letras abstractas- el trío se aventura a hablar desde un lenguaje musical más experimental y psicodélico donde todo gira alrededor de la experiencia humana vista desde una especie de bola de cristal. Se siente inherentemente citadino, celebrativo y habla sobre temas como el encierro y ese sentimiento de repetición desesperante en Tiempos Suicidas , el clásico no futuro en No Hay Futuro o ese sentimiento que nos acecha constantemente en Terror .
Para Mengers, que estaban acostumbrados al ritmo de los "toquines" de cada fin de semana, la pandemia ha sido la oportunidad para centrarse de cabeza en su música , trabajar de la mano del productor de sus sueños e incluso conseguir una disquera independiente para darle rodaje a todo lo que se traen entre manos.
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“Es raro, no podemos decir que ha sido nuestro peor año. Realmente nos ha ido muy bien y sin tocar. Con GOLLY sabíamos que necesitábamos pasar al siguiente nivel y hablando con Hugo (Quezada) decidimos que lo mejor era comenzar a buscar una disquera. Afortunadamente llegó DIW y nos han apoyado a esparcir la fuzz. Estamos muy agradecidos por ello”.
El productor Hugo Quezada es uno de los nombres claves dentro de todo este proceso. Por sus manos y en el estudio Progreso Nacional de la CDMX ha pasado la música de referentes dentro de la escena como los ya mencionados El Shirota y Belafonte Sensacional, pero también otros nombres importantes como Sect y Exploded View. Se podría decir que Quezada es el último midas del fuzz y el garage mexa y naturalmente, puso sus ojos sobre Mengers cuando el proyecto de su último disco apenas estaba dando sus primeros pasos.
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“Conocimos a Hugo porque lo invitamos a un toquín y unos días después nos dijo que Mengers en vivo era una banda completamente diferente a lo que había escuchado de estudio”, cuentan Carlos, Pablo y Mauricio. Una premisa que los obligó a darse en la desafiante tarea de llevar ese sonido crudo y sucio de sus presentaciones en vivo al estudio-laboratorio de Progreso Nacional en donde le dieron la confianza total a Quezada para ir cambiando y creando con ellos durante el proceso.
El resultado ya está a la vista. GOLLY es un disco estruendoso que capta bien el espíritu de una escena que está llamando al ruido y el desorden desde el norte y que conversa plenamente con otros proyectos regados por todo el continente que están igualmente deseosos de salir a tocar y quemarlo todo apenas la situación lo permita . “Lo único que buscamos es seguir tocando, eso es lo que dirige a Mengers. La música por sí misma irá tomando su rumbo, y nosotros encantados si llega a otras tierras. Quizá ahí haya algún alma juvenil con rabia y ganas de querer destrozarlo todo”.