Álvaro José fue y, mientras no suceda algo extraordinario, seguirá siendo el más grande. No lo pongan en duda.
Por: Mauricio Silva @Msilvaazul // Ilustración: Armando Mesías
Periodista. Autor de El Centurión de la noche, biografía del Joe Arroyo.
Por décadas, casi 50 años o algo más, nos dijeron que los íconos de la música bailable de este país eran Lucho Bermúdez y Pacho Galán. Y sí, fueron genios entre los genios, máquinas de hacer música exquisita, patrones del baile ‘cachete a cachete’. Luego nos hablaron de la importancia de Rafael Escalona y, últimamente, de Carlos Vives.
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También geniales en el vallenato, fundamentales ambos: el primero, desbordado en el papel; el segundo, en la creación colectiva, en la influencia hasta el día de hoy. Pero ninguno fue un gran compositor, un gran intérprete y un gran personaje, todo en el mismo recipiente.
El Joe sí. Álvaro José Arroyo fue genio, figura, inspiración, voz y sabrosura pura. Todo a la vez. Como el Benny Moré. De ese calibre. Podríamos decir que fue el más impresionante de todos los que forjaron este magnífico baile nacional. Dejó un legado de 47 álbumes, algo menos de 300 canciones y poco más de 100 composiciones, de las cuales 40 alcanzaron los primeros lugares de los listados de la música tropical.
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Éxitos que el país bailó, baila y bailará por los siglos de los siglos... También que fue el más emocionante de todos. Su sola presencia física –la del negro reventado de candela– causó furor por sí misma. Porque no se pareció a nadie, porque nunca imitó, porque nadie bailó como él, porque nadie cantó como él y porque nadie aulló como él, incluida esa contracción de la garganta que lanzaba un relincho de caballo, que fue su sello personal.
¿Quién fue el púber genial de trece años, metido ahí en la calentura de los burdeles de Cartagena, haciendo el gran papel de cantante de 1967 a ¿Quién fue el adolescente y profesional de la canción –ya a sueldo– con la orquesta de Manuel Villanueva (1969), con quien grabó su primer LP? ¿Quién fue el quinceañero folclorista con la banda de Rubén Darío Salcedo, El Súper Combo Los Diamantes, allá en la ciudad de Sincelejo, donde le coronaron el gran apodo del Joe (1969 a 1970)? ¿Quién fue el salsero hippie con la orquesta La Protesta (1971 y 1972), ahí entre las casetas de Barranquilla, Soledad, Galapa y Puerto Colombia? ¿Quién fue el divo de la salsa colombiana y latina con Fruko y sus Tesos (1972 a 1981), más otra serie de orquestas del sello Fuentes: Latin Brothers, Los Líderes, Los Bestiales y Wganda Kenya, entre otras? ¿Quién fue la estrella mundial con su propia orquesta, La Verdad (desde 1981 hasta el día de su muerte, el 26 de julio de 2011)?
¿A ver?, y esto sí es lo más teso, ¿quién puede levantar la mano y decir ‘yo fui el responsable de los siguientes 40 éxitos: El Ausente, Tania, Nadando, Flores silvestres, Manyoma, Negro Chombo, El cocinero mayor, Volvió Juanita, Morena de 15 años, Patrona de los reclusos, Tumbatecho, Me le fugué a la candela, El barbero, Musa original, Rebelión, Ban ban, Mary, Echa’o p’alante, Son apreta’o, La noche, En Barranquilla me quedo, Fuego en mi mente, Yamulemau, Por ti no moriré, A mi Dios todo le debo, Suave bruta, El Centurión de la noche, Pa’l bailador, Simula Timula, Teresa vuelve, Te quiero más, El trato, La guerra de los callados, Ella y tú, Tal para cual, Sabré olvidar, La tortuga, Noche de arreboles, Tamarindo seco y Fundillo loco ? (¡Ojo!, la gran mayoría de suautoría). ¿Quien?, solo el Joe, muchachos. No busquen donde no es: Álvaro José fue y, mientras no suceda algo extraordinario, seguirá siendo el más grande. No lo pongan en duda.