Murió Lee "Scratch" Perry , genio y figura de la música. A los 85 años falleció un eterno pionero. ¿Por qué ha sido clave en la música de las últimas décadas?
Por José 'Pepe' Plata | @owai
El pequeño hombre de la pequeña isla
Tan solo en 1962 la pequeña isla de Jamaica obtuvo su independencia de Inglaterra. La que fuera una colonia española y británica era ya una nación independiente y joven. Una nación con la recursividad en pleno y una juventud dispuesta a apostarlo todo por la música.
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En el mundo, la invasión británica estaba por comenzar. El planeta comenzó a escuchar a The Beatles y The Rolling Stones. Vinieron luego The Who, The Yardbirds, Pink Floyd y más. Todos tenían una característica: Eran hombres blancos.
Y mientras estos sonidos se escuchaban por el orbe, en Jamaica se abría el camino para la expansión de sus propios héroes musicales. No eran blancos, pero hacían música en la lengua de Shakespeare. Fue en esa misma década cuando se cocinaron a fuego lento las carreras de Peter Tosh, Bob Marley y Lee Perry.
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Marley murió en 1981 tras una batalla contra el cáncer. Tosh murió asesinado en 1987. Hoy justamente falleció Lee, alguien que estuvo ligado a la música como si fuera una profecía, un designio, una encíclica que había dicho que desde su nacimiento hasta su final iba a estar para ella.
Los tres tuvieron reconocimiento mundial en vida y ahora con la muerte de Perry su trayectoria no deja de valorarse. Perry fue el hombre que entre el caos y la recursividad le dio a la música de Jamaica algo que la ha hecho reconocida en todo el mundo : los ecos y la manipulación del sonido que han sido conocidos como dub.
Pionero siempre pionero
Lee Perry nació el 20 de marzo de 1936 bajo el nombre de Rainford Hugh Perry. Desde su infancia fue inquieto y ya siendo joven tuvo una experiencia de vida ligada al juego del dominó. Con ella decía que podía leer la mente de las personas y adelantarse a la acción. A fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, trabajó en diversos estudios donde desarrolló empíricamente sus habilidades en una consola de grabación.
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Pero en los estudios y sellos terminaba con problemas personales o financieros. Y es así como decide en 1968 crear su propio sello: Upsetter Records. Desde ahí comenzaría a escribir una historia que lo hizo no solamente respetado por el reggae; también por el rock, el hip hop y la electrónica.
Una de sus primeras grabaciones fue una canción que involucró la grabación de un bebé llorando. Con esto se burlaba de un rival de otro sello con quien había tenido problemas.
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Sus habilidades con la consola de grabación terminaron por convertirlo en una referencia no solo en lo musical, también como persona excéntrica.
Ya en los setenta produjo en sus estudio Black Ark, a una gran cantidad de artistas.
Perry manipulaba la consola para expandir el sonido para que los efectos de estudio, los bajos, los ecos y las voces no fueran solo una simple grabación en un carrete.
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Fruto de esto, de lo poco que se convirtió en mucho, se fue generando en los setenta lo que conocemos como dub. De esa pequeña isla, bajo los designios de un puñado de productores en los que se encontraba Perry, el mundo de la música reconoció las habilidades de este personaje.
Atrás quedaron los días aciagos, ahora Lee no solo se destacaba en la consola, tampoco podía pasar desapercibido pues no usaba una simple camisa o un simple pantalón. Usaba cadenas, gorras, ropa estrafalaria o se pintaba el pelo justo para nunca pasar desapercibido.
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Y poco a poco el mito se hacía leyenda viva.
Adiós Jamaica, bienvenido mundo
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Se dice que hastiado del acoso de personas que querían conocerlo y comprobar sus habilidades, incendió su estudio y huyó de Kingston para vivir así entre Estados Unidos e Inglaterra por varios años. Los ochenta le permitieron ser apreciado ya no solo por el reggae, también hasta los Beastie Boys quienes lo apodaron Lee Phd.
A fines de los ochenta y comienzos de los noventa tuvo la oportunidad de trabajar con Adrian Sherwood y Mad Professor en lo que sería un renacer artístico alejándose del alcohol y el consumo de cannabis.
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El mundo se rinde ante Lee Perry
Los últimos treinta años fueron una época prolífica pero también excéntrica. Perry grabó varios discos. Produjo y participó en proyectos de artistas como Instituto Mexicano del Sonido, Diplo, George Clinton, The Orb, Keith Richards, Current 93, Ari Up entre otros.
Ganó un premio Grammy en el año 2002 en la categoría de Mejor artista reggae, algo que poco hacía honor a su talento y capacidades.
Su vida transcurría en los alpes suizos con sus hijos y en sus giras por diferentes escenarios en festivales y conciertos por el planeta.
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Tan solo medía 1.65 y era un grande entre los grandes. Durante cinco décadas, la música supo que tuvo a alguien que se atrevió a cruzar las fronteras y que quiso hacer lo que quiso. Se vistió como quiso y no le tuvo que rendir cuentas a nadie de nada.
Hasta pudo hacer cosas como reguetones a su modo.
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Conexión Colombia
Lee Perry también pisó tierras colombianas. En la segunda edición del festival Estéreo Picnic (2011) puso en alto la vibra.
Y en el Breakfest de Medellín en el 2017 estuvo igualmente.
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Pero también se le recuerda en los 20 años de Rock al Parque en el año 2014, por compartir escenario junto a Alerta Kamarada.
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La semana terminó con un artista más fuera de este plano terrenal. Pero no cabe duda que los ecos y las frecuencias dub de Lee Perry ya se expandieron y dejaron huellas sonoras.