Camila Anastasia Gallardo Montalva , o simplemente CAMI , es una de las nuevas revelaciones de la música latina. En 2018 debutó con el álbum Rosa , después de quedar en segundo lugar en La Voz Chile. Luego, en 2020, publicó Monstruo, un álbum con el que continúa recibiendo reconocimientos.
Su nominación a Mejor álbum rock latino o alternativo en los Grammy Anglo la tomó por sorpresa en esta época donde está dedicada a grabar las canciones de su próximo álbum, que saldrá en el primer trimestre del 2021.
Hablamos con ella de su música y de las lecciones que ha aprendió del 2020.
¿Qué representa para usted su nuevo sencillo Big Bang ?
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Estoy muy feliz por el resultado de la canción y el video, que le da un inicio a este nuevo disco que he trabajado en cuarentena con mucho amor y emoción.
Es un disco de mucha catarsis. Me pude conectar con ciertas cosas que a veces en el día a día cuesta conectarse.
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Esta pandemia nos permitió a todos tener esa posibilidad, fui encontrando un disco que no pensé que iba a escribir en estas condiciones. Montamos un estudio en la casa, comenzamos a escribir y esta es la primera canción que salió.
¿Cómo ha sido el ejercicio de componer en estos tiempos?
Ha sido interesante porque he podido reconocerme en cosas que tenía medio olvidadas o dadas por hecho, no puedo decir más porque si no siento que voy a filtrar información confidencial del disco.
Siento que he ido escribiendo a partir del reconocimiento y de la catarsis que estaba haciendo explosión constantemente en mi cabeza, y fue interesante eso, poner toda esa información y esa emocionalidad en papel. Yo desde la casa mandándoselo a mis productores y estar como muy metida en ese proceso. Fue muy enriquecedor, a pesar de que fue desafiante. Creo que evolucioné mucho como artista y como persona.
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¿Cuáles son esas grandes lecciones que aprendió?
He aprendido tres lecciones: la primera, la importancia de estar conectada espiritual y energéticamente con la música. La espiritualidad no refiriéndome a algún grado religioso, sino como en un grado energético. Tener todo alineado, estar muy consciente de lo que está pasando, la conciencia energética que tengo para poder escribir y poder crear.
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La segunda creo que ha sido la paciencia y creo que todos hemos tenido un poco que desafiar nuestros límites de paciencia. Y lo tercero, ser más gentil conmigo misma. No ser tan exigente, no tratarme tan mal cuando las cosas no funcionan como yo creía que iban a funcionar, no maltratar mi emocionalidad cuando a veces me cuesta un poco hacer ciertas cosas, o no maltratar mi propia esencia como persona.
A veces las cosas no pasan por a o b razón, sino porque son así. He aprendido escribiendo este disco que a veces las cosas pasan porque tienen que pasar y punto. No hay que buscarles tantas razones, o tantas vueltas.
No hay que ser tan duros con nosotros mismos, y por mucho tiempo estaba siendo demasiado auto exigente y como muy dura conmigo misma, como muy cuadrada para todo. Hoy en día creo que estoy siendo muy amorosa conmigo y creo que esas han sido las tres lecciones que he tenido después de escribir.
¿Siente una evolución también en el sonido?
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La evolución ha sido orgánica. No sé si hay un sonido que yo diga “voy a indagar en este sonido”. Muy desde mi esencia, desde mi integridad como artista, nunca me he obligado a hacer un sonido, una melodía o un ritmo con el que no me sienta cómoda o que no me represente, a pesar de que en este disco siento que sí tengo más flexibilidad sonora. Siento que es muy yo, más conectado con una evolución hacía el cambio.
Esta época también ha servido para sumar a otros, hay más colaboraciones. ¿Cómo le va a usted con el tema?
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No es crucial para mí el tema de las colaboraciones pues todavía no he encontrado mi lugar dentro de la industria. Para mí es súper difícil encontrar dónde colaborar aunque creo que este año me he abierto más a esta cultura colaborativa que me encanta.
A veces soy insegura y pienso “quizá si mando esto no le gustará”, o “no sé si esta persona quisiera hacer algo conmigo”. Me pasa mucho, pero creo que de a poco le he perdido el miedo y aunque este año especialmente no he sacado mucho, para el próximo he hecho mucho a nivel colaborativo.
¿Cómo se define musicalmente?
La música que a mí me sale del cuerpo es mística, tiene una historia, un concepto y una claridad estética. Quiero que tenga algún mensaje, que plantee algo, y creo que ha sido muy lindo el contar esas historias e ir sanando a través de la música.
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Todos tenemos historias que contar, todos cargamos una mochila que tiene rocas o piedras preciosas, a veces hay que ir dejando esas rocas en el camino porque te pesan.
Mi mamá siempre me decía que tenía que viajar liviano. La única forma de pasar el camino de la vida de una manera más amable con uno mismo es viajar liviano y siempre me han hecho mucho sentido ese concepto y esas palabras. Creo que la música me ha hecho viajar liviano porque queramos o no siempre vamos a tener rocas pesadas en la mochila.
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¿Qué significa para usted la nominación al Grammy Anglo?
No sé si te pueda responder esa pregunta. No soy tan consciente delo que pasó, todavía no caigo en cuenta de que tengo una nominación al Grammy americano. Lo digo y me siento rara todavía. Yo creo que esa pregunta la voy a responder en un par de años, cuando mire hacia atrás y sea capaz de analizar bien la situación.
Me siento nerviosa, no sé qué responder, siento que tengo que tener mucho cuidado y a pesar de que estoy muy agradecida siento que van pasando los días y tengo una impresión distinta de la experiencia. Soy muy chica para estar nominada a un Grammy Americano en la categoría en la que estoy y con los artistas con los que estoy, entonces también siento un grado de incomodidad, no en el mal sentido. ¿Cómo se supone que tengo que hablar de esto y verbalizar lo que está pasando?, obviamente estoy súper agradecida.