El público del vallenato anda alborotado y el responsable es el cantante Elder Dayán Díaz , hijo de Diomedes, quien hoy carga la antorcha de los descendientes de “El Cacique de La Junta”. Con todos los focos sobre su cabeza, miles de seguidores lo aclaman como la estrella joven del género.
Por Jenny Cifuentes | @Jenny_Cifu
El vallenato, hambriento por una figura fresca, ya tiene en la mira a su escogido. Un cantante que a pulso, guerreándola, se ganó una audiencia que lo acoge y celebra su reciente unión con el talentoso acordeonero Lucas Dangond, esperando sea ocupado el trono de la nueva generación.
Elder creció junto al acordeonero Rolando Ochoa (hijo de Calixto y dupla de “El Gran” Martín Elías ), con quien puso a tronar hits como Amantes .
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Esa canción enfarradora que suena en la radio tropical de todo el país, en playlits y hasta en la nevera, que dice: “Seamos amantes, me llamas un ratico a mí de tarde en tarde”.
El pasado marzo de 2021, el público conoció la noticia de la separación de la dupla, y empezó el revuelo. En medios y redes hubo discusiones y encuestas, sobre quién sería el candidato ideal para aliarse con el cantante. Radio bemba encendido. Postulaban al uno y al otro. Elder se presentaba con alguien una noche y no paraba la bulla.
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“Elder y Lucas, después de la vacuna, lo mejor que ha pasado".
Durante una corta temporada, el vocalista ofreció unos shows al lado de Lucas Dangond, apariciones en las que se anunciaba al acordeonero como “prestado”, y la gente se entusiasmó. Se emparrandaron los fans. Los “Elderistas”, seguidores de Elder, y los “Lukistas”, como se denominan los admiradores de Lucas, le dieron matraca a los en vivo de este par. ¡Huepa jé! al alza en la web.
Pura cuchilla filosa ese acordeón y esa voz. El que meta mano ¡sale manco!”, eran los comentarios.
El pueblo pedía su unión y sus deseos fueron cumplidos. Hace poco se oficializó su alianza, y dicen unas fans: “Elder y Lucas, después de la vacuna, lo mejor que ha pasado".
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Elder Dayán es tremenda sabrosura en tarima. Carismático, alegre, mamador de gallo, ágil con los versos. Además del vallenato, ama la salsa, el Junior, a Joe Arroyo, y sí, es innegable que tiene ese toque heredado de “El Cacique”.
Cuando canta las suyas y los clásicos que han popularizado duros como Farid Ortiz o Iván Villazón, dan ganas de beberse una plata ajena, de emparrandarse tres días seguidos. Y al momento de aplicarse un Diomedazo 2021, es el propio. Es el “mátame guayabo ya que el amor no pudo”, nueva tecnología.
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Desde chico, ha trabajado duro por el lugar que se ha hecho, porque solo los genes Diomedistas, no son garantía de éxito en el espectáculo y el camino es culebrero.
La primera vez que Elder tuvo a Diomedes Díaz de frente, fue como espectador en un concierto en Bucaramanga , en una de las presentaciones que “El Cacique” dio luego de salir de la cárcel. El acordeonero Juancho De La Espriella (quien grabó con el cantor guajiro el disco Pidiendo Vía durante su tiempo en la penitenciaría), le regaló la boleta. Tenía como 16 años y solo lo había visto en las carátulas de los discos y en televisión.
Dayán, nacido en Fundación (Magdalena), había vivido desde sus primeros años en Bucaramanga y empezado a cantar a los 13. Su madre Rosmery Rodríguez, siempre alentando su talento, lo inscribía en cuanto concurso se anunciaba en la ciudad.
En una de esas competencias el director de la Orquesta Colombia Mix , le puso el ojo y - con permiso de su mamá, porque tenía 14-, lo reclutó como cantante vallenato de la banda, con la que interpretaba un par cortes en cada aparición y debutaba en los estudios.
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El acordeonero Miguel Avendaño - productor de esa agrupación - , le propuso que se saliera y armaran un conjunto, y juntos grabaron el álbum Ya Llegó (2006). Era una “incursión de pelao” pero aún así, el tema Cómo Hago sonaba en los parlantes de su pueblo, y Elder que también había cantado en parrandas y algunas casetas del Caribe con el Rey del acordeón de varios festivales, Rodolfo De LaValle, siguió fogueándose en los escenarios.
En 2007, al enterarse de la cirugía de corazón abierto que tuvo Diomedes, narra el vocalista, viajó a Bogotá para saber sobre su estado de salud. Se encontró a la entonces pareja de “El Cacique”, Betsy Liliana Niño, quien luego del traslado de su papá a Barranquilla, lo invitó a darle la bienvenida en una reunión.
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Cuando padre e hijo se conocieron, se estrecharon la mano, lloraron, charlaron. Diomedes, al saber que cursaba Contaduría Pública en la Universidad Autónoma del Caribe, le dijo: “Qué bueno que está estudiando. Eso no se vaya a meter a loco, a cantante como yo”. Pero Elder hacía rato que “se había metido a loco”. Andaba de universitario, pero la música mandaba en él.
No era el primer acercamiento con los Díaz. Ya había realizado algunas grabaciones con el proyecto La Familia de Diomedes, en cabeza de Elver Díaz, hermano de “El Cacique”, quien le achacó para esos discos el apodo de “Diomedes Alfonso”.
Él concluía que me tenía que llamar así, porque Elder y Elver se parecían, y pues Dayán sonaba a Chayanne, y mejor dejáramos a ese tipo quieto.
Elder además, ya había entablado relaciones con algunos de sus hermanos, los hijos del matrimonio de Diomedes.
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“Martín Elías, contando con 13 años, fue el primero que me recibió en Valledupar. Me llevó a su casa, me presentó a su madre y desde ese momento nuestra hermandad fue muy estrecha. Era maravilloso, muy noble. Me apoyaba mucho. Sin que nadie se enterara, me ayudó en detalles que necesitaba para la realización de mis discos. Él me montaba a la tarima en sus conciertos y me presentaba ante su público. Cantamos unidos muchas veces. Grabamos dos canciones juntos: Mi amigo y mi Hermano , y Súbele el Volumen , con el acordeón de Luis Guillermo de La Hoz”.
Desde esa reunión inicial con Diomedes, Elder Dayán se lo siguió encontrando, pero no en eventos familiares sino en los escenarios. “El Cacique” lo presentó a su fanaticada en varias de sus actuaciones. Hasta cantó alguna vez acompañado de la agrupación del joven artista.
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En un concierto de lanzamiento del disco Listo Pa La Foto (2009) de “El Cacique”, en el que iban a telonear Martín Elías, y el grupo de Luis Guillermo de la Hoz, Martín no pudo llegar y Elder fue llamado en su reemplazo.
Eso desencadenó que luego se juntara con De La Hoz. “En ese punto, pienso que inicia mi camino profesional. Yo ya estaba radicado en Barranquilla, y él ya tenía un grupo armado. Era una muy buena oportunidad. Trabajamos juntos casi 7 años”
Así que despegaron haciendo shows en Cartagena, Barranquilla, Medellín, y luego arrancaron a recorrer el país. Con Luis Guillermo, publicaron los álbumes Presente (2010), El Conquistador (2014) que incluyó el hit No Tienes que Mentir
También lanzaron Tiempo de Victoria (2016) que resonó el tema Lejos de tu vida , y el Mosaico 220 (2016).
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“No pretendo ser Diomedes ni Martín Elías”
En abril de 2017 el folclor vallenato lloró la muerte de Martín Elías. Su compañero de fórmula, Rolando Ochoa, y los músicos de su agrupación, sumidos en el duelo habían decidido parar, pero tenían compromisos ya firmados como algunos con el Festival de La Leyenda Vallenata, en el que buscaban homenajear al fallecido ícono.
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Concluyeron que el indicado para esa misión era Elder Dayán, por ser su hermano, porque conocía todo el repertorio y ya había actuado con el grupo .
Así que el artista empezó a cantar con Ochoa ese mes de mayo, y aunque porciones del público en general lo admiraban, este hecho causó rechazo entre muchos fans de Martín Elías, porque la gente estaba dolida, y pensaba que “reemplazar” a su ídolo: nadie.
Fue una etapa muy difícil para Elder que, incluso, lo afectó de manera emocional. Le daban full garrote. Era centro de duras críticas.
Le tocaba planear meticulosamente hasta la ropa de los shows para que no se pareciera a las prendas usadas por su hermano. Le decían que quería ser Martín, que era un imitador, que se movía y que bailaba como él.
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“Martín es irremplazable. Y yo no estaba imitando a nadie. Es que los hijos de Diomedes bailamos y nos movemos es como Diomedes. Claro, está en el ADN y como reza un viejo vallenato: “la sangre llama”. A pesar de todo eso, siguió firme. De frente aclarando: “No pretendo ser Diomedes ni Martín Elías”.
Con Rolando grabaron el álbum Descontrol Total (2017) incluyendo el tema La Vainita , que fue poco a poco enganchando a la audiencia, y a mediados de 2019 publicaron El Disco que me Gusta , que encantó.
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Mostraron que el género era efervescente y subieron de escalones. Fueron inclusive el acto de cierre el año pasado, de la edición virtual del Festival de la Leyenda Vallenata. Ese álbum rodó el palazo de Amantes y pegó varias canciones como La Disputa , Que la olvide feat. Iván Villazón o La persona de mi vida
Hoy, Elder Dayán dotado de una herencia musical brava, inyectando sangre nueva al vallenato, demuestra que va para arriba. Hace un mes en un concierto, su hermano mayor, Rafael Santos, le dio “su bendición” para seguir el legado musical de los Díaz.
Lo calificó como “la promesa de la familia” rematando un verso con la frase: “En el cielo Martín y ahora Elder en la tierra” . Dayán sabe que la mirada de los amantes de la música de su papá también está puesta en él.
De Diomedes aprendí su arte
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“Es un orgullo ser hijo del artista más grande del vallenato, pero me deja grandes retos. Cuando a uno le ponen como un rótulo grande en la frente: ´Hijo del Cacique´, es mucha responsabilidad.
Nada más arrancando ahí, por lo menos tengo que montarme bien a la tarima, y ahora con Lucas, es compromiso de los dos. Siempre se va a escuchar por ahí: mire, baila como el papá, canta como el papá.
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Es una responsabilidad con los seguidores de él y si uno sigue esta carrera, con el público propio. Hay que trabajar con convicción.
De Diomedes aprendí su arte. La enseñanza que me deja su carrera musical es lo valioso del sentimiento. Una de las cosas por las que él llegó a ser querido por tanta gente fue por el sentimiento con el que interpretaba sus canciones.
He aprendido eso. Yo, sin tener la mejor voz del vallenato, he conquistado corazones porque le pongo el alma y quiero seguir haciéndolo. Yo no busco ser Diomedes, pero él es mi referente. Lo es para muchos cantantes. Amo sus canciones, la que más: 26 de Mayo . No tuve la oportunidad de cantar a su lado, pero me quedaron los 7 años que pude tratarlo”
Elder y Lucas ¡Esto no se está formando, esto se formó!
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Elder y Lucas inician su alianza con toda. Despegan siendo imagen de marca de licor, protagonizando comercial, interpretando el jingle y sobre todo, ahora que hay más espacios abiertos, tocando sin parar.
El público ha visto en esos conciertos, brillar a Lucas, fajándose severos pases de acordeón. Él es admirador del Rey de Reyes vallenato Álvaro López, de “Juancho” Rois, “El Chiche” Maestre, y de Juancho De La Espriella, y en su playlist le da fuerte a los Diomedazos.
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Oriundo de San Diego (Cesar), de familia musical, desde pequeño andaba tocando en cuanta parranda lo llevaba su madre. Hizo parte de la agrupación Los Niños del Vallenato de la Escuela Rafael Escalona con la que a los 11 realizó su primer registro y giró por Europa y Sudamérica.
Fue Rey Juvenil en 2009 del Festival de La Leyenda Vallenata, y antes de iniciar a los 21 con su primo Silvestre, - con quien estuvo 8 años y publicó cuatro resonados álbumes-, había grabado con los vocalistas Elkin Uribe, “Churo” Díaz, e incluso también, acompañado por unos meses a Jorge Oñate.
Tarimas de todo tipo lo han exhibido domando el fuelle. Tocó en el Madison Square Garden de Nueva York, en el FTX Arena de Miami, en el Movistar Arena en Bogotá, Carnavales de Barranquilla, y en muchas galas como los Latin Grammy o Premios Lo Nuestro.
El músico dice que la cuarentena por pandemia propició su alianza con Elder, porque los shows habían parado y tuvo tiempo de experimentar cómo sería en serio el cambio.
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“En épocas anteriores, cuando los cantantes y acordeoneros se separaban, lo hacían un fin de semana y al otro, ya estaban reunidos con un nuevo compañero sin tener oportunidad de conocerse tanto. Fui un caso distinto. Empezamos a tocar y nos acoplamos mucho. Analicé que me gustaba su forma de trabajar, su entorno. Pero la decisión de irme del lado de Silvestre fue dura. Lo hice para darme una nueva oportunidad musical, porque quiero hacer historia en el vallenato, y bonito poder compartir mi acordeón con varios de los cantantes más reconocidos del género . Elder es uno de los mejores. Lo he visto en su lucha constante por trascender. Se ha ganado todo a punta de trabajo y de ganas”.
Elder y Lucas se habían conocido hace como 5 años en un concierto en Medellín en el Estadio Atanasio Girardot. “El cartel era Mark Anthony, Nicky Jam, Carlos Vives, Silvestre, y yo les abría porque un empresario costeño me metió. Me acerqué al palco de Lucas y le dije: “tomémonos una foto, uno no sabe, de pronto en un futuro nos sirve para carátula o un afiche””cuenta Elder, y fue premonitorio.
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“Yo tenía que escoger un acordeonero que fuera guerrero como yo y con el mismo nivel de hambre musical. Debía ser un excelente instrumentista, porque venía de estar al lado de un grande, Rolando. A nosotros en ocasiones nos toca atravesar río, ciénaga, trocha, cuando vamos a municipios o a corregimientos que están muy lejos de las vías, y nos la gozamos, por eso yo necesitaba un compañero que guerreara conmigo, y ese es Lucas. Nos da fuerza que la gente haya aplaudido la unión. Estamos buscando llevar la alegría joven al público y trabajar también por el legado vallenato de la dinastía de cada uno. Porque soy de la dinastía Díaz, no afirmo que es la mejor porque hay muchas más, pero como dijera mi padre: 'No sé si sea la primera, pero la segunda no es'”.
En estos días, cantante y acordeonero bombardean vallenato respaldados por su agrupación de músicos virtuosos a la que Elder bautizó “La Máquina” que también provocó revuelo por la incorporación del bajista Nemecio Gómez, pura carga pesada.
“Nemecio tiene gran experiencia, tocó 17 años con Silvestre, estuvo con Farid Ortiz, con Diomedes, y viene a sumar mucho en nuestro crecimiento”, apunta Lucas. Los artistas tienen a la nación enfiestada. Han pegado en emisoras costeñas hasta un vallenato de los 80: Nací Solo , famoso en la voz de Miguel Herrera y revitalizado bellos cortes como Melodía Para Dios de “El Chiche” Maestre.
En los shows que son detonantes, los asistentes esperan también los versos que Díaz improvisa. “Me llamó mucho la atención desde pequeño cuando veía versear a mi papá o al acordeonero Iván Zuleta. Como niño, soltaba la rima que me saliera. Poco a poco fui aprendiendo viéndolos más a ellos y a los grandes maestros de la piqueria (batallas entre verseadores), a mi tío Elver, a Franco Argüelles, que canten o toquen, se han dedicado al verso toda su vida”.
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Ese talento para improvisar, desató un popular video conocido como “El man de la chaza”.
“Fue una amanecida hace como tres años para las fiestas de Manaure (Cesar). Un vendedor de una chaza, de los que venden colombinas, galletas, chicles, se emocionó tanto al vernos tocar a Rolando y a mí, que empezó a tirar su mercancía al público. Yo le decía extra micrófono: cálmate, ¿qué estás haciendo? Y él me contestaba: manito estoy emocionado, ver a los pelaos (los músicos), me recuerda a tu hermano Martín.
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Móntate a la tarima, yo voy verseando, le dije, y tú vas tirando lo que yo vaya nombrando. Vi esa chaza tan llena que se la quité y me la puse, porque si anunciaba cada producto ¿a qué horas iba a terminar? Empecé una retahíla, a la gente le gustó y lo grabaron. Ese mismo día por la tarde, cuando desperté, en Instagram estaban disparadas las reproducciones de video. Ahora, cuando nos presentamos, en algunos lugares, compran una chaza solo para que yo me eche unos versos, porque es jocoso, pero obvio no boto siempre el verso igual".
Elder y Lucas planean la publicación de un álbum, pero “sin correr, con calma”. El vocalista, que también compone, espera que en el próximo disco pueda plasmar su nombre en la lista de autores y seguir trabajando para empinarse más.
“Quiero llegar a ser una figura representativa de nuestra cultura vallenata”, apunta. Tiene el respaldo de artistas y de público. Silvestre Dangond le dice: “Ya te dejaron gallo. Te cogieron pollito y te dejaron gallo, hay que sacar las espuelas”. Iván Zuleta le versea: “De los nuevos el mejor, es el que sabe cantar, el orgullo del folclor hoy se llama Elder Dayán”, mientras que el pueblo, invocando frases de Diomedes lo alienta coreándole:
”Pica pollito, pica, que los que van a´lante, no van lejos si los de atrás se apuran”.
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