Kali Uchis: “Soy la mente detrás de mis pintas y de todo lo que hago”

Kali Uchis coloreó el gueto. Ella sola, sin inversionistas, ni asesores de imagen, ni un equipo de producción de diez personas de los que se usan ahora para escribir un coro, se alzó como una de las figuras más preciadas por el mainstream y como icono del estilo. Hablamos con ella antes de su visita a Bogotá para la fiesta de apertura del FEP 2020.

Por Fabián Páez López @Davidchaka

Una toma panorámica desde un mirador. En el horizonte, la montañosa ciudad de Pereira. Un huevo fritándose en una cacerola. El cantaleteo materno: “¿Tú qué estás haciendo muchacha? ¿Un desayuno? Nosotros tenemos que trabajar y tú aquí de bonita, haciendo nada, con la casa sucia…Trabaje o produzca. En esta casa se hace lo que yo diga mientras viva en mi techo, de mi bolsillo, o sino, mire a ver qué hace”.

Con sombrero negro, minifalda, el pelo rosado y unas botas de cordón hasta las rodillas, y acompañada de un parche de moteros haciendo caballito, hizo su aparición la reina del gueto travestido en pop retro.

La escena es la apertura de  Ridin Round (2015) , uno de los primeros videos que publicó Karly Leidys Marina Loaiza, Kali Uchis . La cantante pereirana patentó un estilo inconfundible atravesado por su raíz paisa, pero, sobre todo, por su temprana partida a Virginia, por ser hija de la diáspora latina en Estados Unidos.

En medio de esa intrincada experiencia como migrante, Kali fabricó un glamuroso licuado con cálidos excesos que pasan con igual finura por el neo soul, el R&B, el funk, el perreo o el reggae.

Desde que publicó su primer EP en 2015, Por vida , Kali ha llamado la atención por donde pasa. Mucho se ha dicho ya de sus colaboraciones con otras figuras de renombre como Snoop Dogg, Gorillaz, Drake, Major Lazer, Jorja Smith, Tyler, The Creator o más recientemente con Kaytranada . Pero su éxito temprano no la ha hecho caer en el afán de los lanzamientos industriales que se han predicado como la fórmula del éxito de Internet. Por el contrario, confía en su personalidad y se ha tomado su tiempo. En 2018, ya en el radar de mainsteam, lanzó Isolation , su primer larga duración. (Vean también: la reseña de Isolation entre nuestros discos favoritos de 2018 )  

Durante estos años ha tocado realmente poco en Colombia. La primera vez vino a abrir el festival SOMA en el Royal Center. Luego, fue incluida en el cartel de Estéreo Picnic 2018 (donde actuó, además, junto a Gorillaz). Hizo un show en Medellín y el 31 de marzo, en la fiesta previa del Picnic 2020, hará su primer show como cabeza de cartel en Bogotá.  

A propósito de su debut como headliner en la capital hablamos con ella.

¿Cómo han sido todos estos años viviendo fuera de Colombia?

Realmente yo me crie en Estados Unidos. Pero estudié y viví en Colombia por unos años. Casi toda mi familia todavía vive allá. Por eso siempre regreso, tengo mi casa allá. Nosotros queríamos vivir en Colombia, pero Dios tenía otros planes. Voy unas dos veces al año siempre a visitar mi familia, a ver cómo está mi casita y a visitar a mi gata. Tengo mi vida allá en Pereira y acá en Estados Unidos y así me gusta.

¿Qué le hace falta de Colombia?

Cada vez que voy, voy siempre a un lago. No voy a decir cuál, aunque lo van a saber. Me encanta mucho. Y, obvio, voy a comer y comer. Mi prima me hace desayuno con arepa, huevos pericos, bandeja paisa. Me encantan los aguacates, que en Colombia son muy grandes, porque en Los Angeles los aguacates son carísimos y chiquitos, muy malos. Acá en Los Angeles tengo cerca un restaurante Colombiano, pero no es lo mismo. Voy cuando necesito comida familiar, pero nunca es lo mismo.

Luego de haber construido una carrera desde EE.UU. ¿cómo fue encontrarse con el público latino?

Lo que amo de mi carrera es que cada año sigo creciendo. A veces sacas una o dos canciones y creces muy rápido, pero yo amo mi carrera porque es como un viaje con los fans, que me esperan y siempre están conmigo. He crecido con culturas muy diferentes. En Virginia la cultura es muy diferente que en Colombia. Tuve muchas influencias desde niña. Pero la gente puede ver cuando eres una artista real. Cuando eres una persona que llegó desde la nada. Yo empecé sola, desde mi cuarto. Nunca tuve un equipo, ni plata, ni apoyo. Nadie me ayudó realmente. Nunca he tenido la ayuda de la industria ni de un equipo grande. Los que me han ayudado a llegar a donde estoy son mis fans, por eso somos como una familia. No tengo que sacar una canción cada mes para que se queden siguiéndome, ni tengo que hacer bobadas para que escuchen mi música. Con mis fans hemos crecido juntos y saben quién soy.
Una masticada a la estética de Kali Uchis. ¿De dónde salió tanto estilo?

¿Qué tanto tiene que ver en esa cercanía la moda y la estética visual que rodea a Kali Uchis? Yo soy la persona que soy y, antes de hacer música, siempre fui artista. Siempre me gustó ser creativa. Siempre he tenido las uñas largas y el pelo de colores raros. Siempre me vestí muy única, siempre he sido muy expresiva. Soy la persona que soy, única. No soy como los artistas que se ponen una imagen solo para vender, eso es muy falso. Puedes ver cuando un artista solo está buscando vender y vender.

¿Cómo no dejarse arrastrar por la producción en masa de la industria de la música en Internet?

Yo miro mi carrera y pienso que soy muy bendecida. Veo que hay artistas que necesitan todo un equipo para tener una imagen, para que les escriban las canciones. Yo escribo toda mi música, hago todo. Soy la mente detrás de mis pintas y de todo lo que hago. No me pueden quitar eso, porque siempre lo voy a tener. No me preocupa ser la niña del momento o tener una canción que es un hit. Lo que yo quiero es ser icónica.

Acá se habla mucho del auge de la música latina. ¿Ha tenido impacto realmente “lo latino” en Estados Unidos?

Yo siempre he sido orgullosa de ser latina. Lo he llevado en mis pintas, en mi música, en todo. Por eso primer proyecto [ Ridin Round ] lo hicimos en Pereira con mi familia. Y estoy orgullosa de eso porque somos gente que trabajamos muy duro. Los colombianos somos gente noble, luchamos por lo nuestro, ya sabes, tenemos la frase que dice que los paisas no nos varamos. Somos amables, nos gusta la rumba, la buena comida, siempre sonreírle a la vida. Es una cultura de la que puedes estar orgulloso. Desde chiquita recuerdo tener ese pensamiento, decir ‘Ay, qué rico yo ser colombiana’. No me puedo imaginar a mí misma siendo otra cosa. Es lindo que la música latina ha encontrado aceptación, eso tiene un efecto positivo para la imagen que tenemos los latinos en los Estados Unidos. Y sobre todo para nosotros mismos. Porque podemos usar nuestro idioma y mostrar nuestra cultura. Por mucho tiempo hubo personas en Estados Unidos que se cambiaron el nombre, ocultaron su origen y que ni siquiera les enseñaron español a sus hijos para que no los juzgaran o discriminaran. En estos tiempos es importante que estemos unidos en comunidad, apoyándonos mutuamente y sintiendo ese orgullo.

¿Ve cabida en Latinoamérica para músicas como el soul o el el R&B?

Ser de Estados Unidos y de Colombia me impactó mucho como artista. Yo nunca definí mi música. Mi nuevo proyecto, como los otros, pertenece a varios géneros. Lo chévere que está pasando con la música latina en estos momentos es que puedes proyectarla en otras formas y no tienes que estar obedeciendo a los estereotipos. Estamos tratando de hacer crecer lo que es la música latina, pero yo siempre he amado el perreo, el reggaetón, el vallenato, los boleros, como todos desde la niñez. Pero también amo el R&B, el house, el soul. Soy una amante de la música, no creo que ningún género sea más importante que el otro. Lo divertido para mí es combinar esas influencias y hacer algo nuevo.

La última: ¿Cuándo saldrá lo nuevo?

Acabo de terminar mi segundo álbum, que será completamente en español. Estoy muy emocionada por sacarlo pronto. También sé que voy a hacer un tour en Latinoamérica por primera vez. Voy a tener la oportunidad de ir a muchos países que no he conocido, como Brasil, Perú. Todo eso me hace ser muy feliz y es un sueño para mí.