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Javiera Mena: “nací siendo feminista”

La cantante chilena estará en el próximo Estéreo picnic.

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Rebeca Figueiredo // Getty Images

Nacida en Santiago, Javiera Mena es, sin duda, una de las figuras más representativas de la escena alternativa chilena. Ella define su música como una mezcla de pop, indie y electrónica; como “pop de autor”. Esquemas juveniles (2006) fue su primera producción y desde entonces ha lanzado otros 3 discos. El espejo (2018) es su más reciente álbum.

Desde el comienzo de su carrera, Javiera admitió que es lesbiana y se mantiene como icono LGBTI en su país y en Latinoamérica. Recientemente, ha sido una voz destacada a favor de las protestas en Chile y es una autoproclamada feminista.

Tiene sentido que Javiera sea una de las invitadas al Estéreo Picnic 2020, el que mayor cantidad de mujeres ha tenido en toda la historia del evento. Podremos ver su show enérgico y “que no para”, como ella misma lo describe, el próximo 3 de abril en el Campo de Golf Briceño.

Para su show en Estéreo Picnic nos cuenta que traerá “la espada”, en referencia a una canción que generó muchas teorías. ¿A qué se referías con ella? 

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La espada para mí es la pasión, pero claro, entiendo la asociación con el objeto fálico. Las mujeres también tenemos lo masculino dentro de nosotras. No hay nada más poderoso que una mujer con un lado masculino desarrollado representado en la espada. Eso fue lo que quise mostrar, pero a mucha gente la descolocó un poco, “¿Por qué una lesbiana quiere que la atraviese una espada?”, se iban por el lado más básico y asociaron la espada con un pene, lo mío era más poético, pero me encantó la discusión alrededor de eso.

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Este es el año en el que Estéreo Picnic ha tenido más mujeres en toda su historia. ¿Qué opina de la presencia femenina en los festivales?

No sabía y me pone muy contenta saber que estaré en esta edición con más mujeres que nunca. Estamos viviendo un cambio de paradigma y tiene que ver con que las mujeres están ganando más espacios y “se lo están creyendo”. Sobre todo en Latinoamérica, en los festivales ves a puro hombre y no solo arriba del escenario: sonidistas, roadies, estudios… son como El club de Toby. Esto tiene que cambiar y está pasando, qué bueno que el Picnic lo esté haciendo.

¿Cree que se deberían establecer cuotas de participación femenina en los festivales?

Las cuotas pueden ser un buen comienzo. Venimos de una historia en la que la mujer no salía de la casa y se quedaba cuidando a los hijos. Se necesita una ayuda extra para que en algún momento no se necesiten y la igualdad se dé por sí sola. Me parecen buena idea en principio, para darle una ayuda, pero después no deberían seguir.

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¿Cómo fue su acercamiento al feminismo?

Bueno, yo casi que nací casi siendo feminista. Cuando niña me ponían vestidos y yo no quería ponerme vestidos ni cumplir el rol de mujer que se me había asignado. Me dejaban vestirme como quisiera, era una niña sin género y siempre fui lesbiana. Por eso, al conocer este movimiento, se me dio natural, no es que esté actuando un personaje. Soy feminista de nacimiento.

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Historias de resistencia: Pascuala Ilabaca, el estallido de la unión en Chile El feminismo nos ha hecho replantear muchos discursos en la música, el cine y la televisión. ¿Qué piensa de eso?

Yo cuando escucho canciones de los 80 y veo que son machistas hago el ejercicio de pensar “estábamos en los 80 y era otra época”, pero uno también tiene contradicciones. Por ejemplo, Friends es una serie que veía y me hacía reír. Pero creo que está bueno tener conciencia de eso, se me hace interesante que se haga el análisis y demos la discusión.  

Se ha convertido en un ícono LGBTI en Latinoamérica. ¿Cómo llegó a eso?

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Siempre he admitido que soy lesbiana y eso me empezó a convertir en activista sin quererlo. Me fui dando cuenta de que más allá de asumirlo, la gente necesitaba más voces que lo dijeran. Ahora siento que soy 100% activista, especialmente para la comunidad de lesbianas que es algo invisible aún en Latinoamérica, en comparación con los hombres gays. En ese sentido me siento super activista.

La escena musical chilena ha sido muy prolífica en la última década, ¿A qué cree que se debe?

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Tenemos muchos buenos artistas, al igual que en toda Latinoamérica, pero Chile estaba desconectado. A finales de los 90 nos conectamos más y empezó a aparecer ese nuevo color que era Chile, y es diferente porque tiene otras influencias, no somos tan caribeños, somos más fríos y eso es lo que marca el sabor chileno.

Espejo fue su último álbum. ¿Cómo se enmarca en su carrera?  

Yo considero Espejo como un disco de cantautora electrónico donde hablo de temas como la sombra de uno mismo y la soledad. Me alejé de la pasión y del enamoramiento del que hablé en mis discos anteriores y me metí en temas más espirituales y me fui por ese lado. Un disco más “tranqui”, así lo definiría.

Su país fue noticia a final de 2020 por las protestas en varias ciudades. ¿Cuál fue su papel en ellas?

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Participé en la protesta desde afuera y cuando llegué a Chile estuve en algunas de ellas. También estuve ligada al feminismo que estuvo muy presente con la canción de La Tesis, El violador eres tú . Hay una falta de dignidad en Chile y en toda Latinoamérica y eso salió a la luz, porque decían “Chile es la mejor economía”, pero eso era para algunos no más. Me siento identificada con el movimiento feminista que está más potente que nunca en Chile.

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