A menos que hayan vivido debajo de una piedra o en otra dimensión espaciotemporal, seguramente, habrán escuchado el popular patrón rítmico medular del reggaetón: el dembow. Repasamos su historia desde el culto religioso en Jamaica.
Por David Luján
El dembow, originario de la isla de Jamaica y que ha influenciado gran parte de los ambientes discotequeros del planeta, tiene una historia especial que se remonta a mucho antes de su llegada a Puerto Rico y a los circuitos internacionales del EDM.
En la Cali de los 90 escuchábamos tempranamente, en cassettes y LP, la música proveniente del Caribe. Entre ella se destacaban la música jamaiquina, puertorriqueña y cubana.
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Los discos caribeños entraban al país gracias a los viajeros oriundos de Buenaventura y a los caleños que tenían familia en el exterior. La historia portuaria del ingreso de esos discos es bien conocida.
El origen religioso del dembow
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Lo que poco se conocía era que el sonido que por ese entonces inmortalizó el dancehallero Shabba Ranks con el famoso sencillo Dem Bow, en sus aspectos rítmicos, hacía parte también de una religión de Jamaica conocida como pocomania o pocamania.
La pocomania es una especie de revival o avivamiento jamaiquino, un sistema de adoración afrocristiano fuerte a nivel poblacional en Jamaica.
En el perfomance religioso, como sucede con muchas otras religiones de matriz africana en América y el Caribe, la gente se reúne al terminar la tarde. Los hombres se sitúan en posición circular haciendo un ritmo con los pies y moviendo las manos a modo de exclamación. Las mujeres, en ocasiones, se sientan aparte y aplauden manteniendo el ritmo y cantando alabanzas. Todos alcanzan un agotamiento físico y emocional que los puede llevar a hablar en lenguas.
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Estos cultos también se realizan en iglesias de esta orientación religiosa, que cuentan con un pastor o líder de las congregaciones. El origen remoto del dembow está, en últimas, en la práctica ritual africana. Pero en Jamaica, sin duda, tradujeron eso al lenguaje moderno: las canciones.
Steely y Clevie
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Fue a los productores Wycliffe 'Steely' Johnson y Cleveland 'Clevie' Browne, conocidos como los líderes de la era digital en la música jamaiquina, a los que se les ocurrió la idea de hacer canciones discotequeras a partir del ritmo propio del ritual del pocomania.
Ritmo descrito también, a manera de onomatopeya, como el "tum pa, tum pa" (lo dijo El Chombo en YouTube).
Para su disco recopilatorio Poco In The East (1990-1991), en el que incluyeron la canción instrumental Fish Market y el éxito internacional Poco Man Jam de Gregory Peck sobre la misma base rítmica, que el dembow saltó del pocomania al mercado de hits radiales.
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Steely hacía los teclados y Clevie la batería del ritmo. Ambos cortes fueron la base que originó el controversial Dem Bow de Shabba Ranks.
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Como se puede observar en algunas grabaciones de campo realizadas en Jamaica, tanto el patrón rítmico del culto pocomania como las canciones Poco Man Jam o Fish Market y el hoy conocido reggaetón son increíblemente similares .
Coinciden en los acentos del bombo y en las cajas, que, con algunos redobles fantasmas (o ghost snares ) y hi-hats de batería, un bajo constante y algunos acordes (o skankies) de piano con reverberaciones crean una atmósfera dub clásica. Pero, en definitiva, el patrón rítmico base se mantiene.
De Jamaica a Puerto Rico
En Puerto Rico fuimos testigos del uso de esa misma base rítmica (o por lo menos una con una variación mínima) en la naciente escena rapera. El estilo, conocido en su época como underground o melaza, era parte fundamental de los conciertos que sonaban en nuestras estruendosas bocinas y grabadoras ghetto blaster en Cali.
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Los Dj de la vieja escuela boricua estaban creando algo diferente a partir del clásico sonido que inmortalizaron los jamaiquinos. No era ni raggamuffin, ni dub ni el reggae en español de los panameños.
Vale la pena recordar que, en 1991, el panameño Nando Boom versionó el Dem Bow de Shabba con Ellos Benia , tema producido por Dennis 'The Menace' Thompson, quien le añadió a la fórmula el sonido de un timbal en un intento de latinización del patrón rítmico.
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Ese mismo año, el artista de la isla de Guadalupe, King Daddy Yod, grabó en francés una versión titulada Delbor .
Adelantados a su tiempo, Steely & Clevie, habían trabajado en el estudio homónimo del productor King Jammy, a quien se le atribuye, erróneamente, haber hecho el primer ritmo enteramente digital de dancehall: el clásico Sleng Teng Riddim .
Fue el mismísimo Steely quien manifestó que el primer ritmo digital del reggae jamaiquino fue el So Jah Seh de las leyendas Bob Marley and The Wailers , realizado con una caja de ritmos Roland junto con Lee 'Scratch' Perry.
Clevie encontró en esas canciones la fuente de investigación que lo llevaría a las máquinas y, posteriormente, a posicionar el sonido de la producción musical jamaiquina en la cúspide.
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La máquina de éxitos
En el año 2000, al escuchar la palabra reggaetón una y otra vez a cargo de DJ Blass y demás exponentes boricuas, no sospechamos que pronto tendría a su disposición toda la difusión que nunca tuvieron los artistas de Jamaica.
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En sus primeros años, la mayor sorpresa que me llevé fue que no apareciera por ninguna parte en el vínculo directo del reggaetón con el dancehall jamaiquino .
El legado de Steely & Clevie es simplemente increíble y no ha sido lo suficientemente reconocido. Fueron ellos los creadores de una fórmula casi infalible y un estilo de producción clave en el desarrollo de la música contemporanea.
Su catálogo abarca, entre otros riddims, la creación de los hoy famosos Taxi, Punaany, Street Sweeper o Bagpipe, grabados por artistas como Baby Wayne, Beres Hammond, Mr. Vegas, Junior Tucker, Garnett Silk, Dawn Penn, General Degree, Buju Banton, Beenie Man, Heavy D, Billy Ocean o Sean Paul.
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El 1 de septiembre de 2009 falleció Steely a la edad de 47 años después de sufrir complicaciones a causa de la diabetes. Junto a su gran amigo y socio Clevie, por más de 25 años, llevaron la música jamaiquina a los principales escenarios musicales del planeta.
Clevie hoy es el presidente de la Asociación de la Industria Discográfica de Jamaica. Solo nos queda él. “El ritmo le dio al dancehall su propia identidad. Fuimos minimalistas. Lo hicimos deliberadamente para los artistas que no poseían una llave para tener la oportunidad de ganarse la vida. Es una forma de retención africana”, dijo hace unos años.
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