Más de 40 bandas tocando en vivo durante tres días, la mayoría de ellas colombianas; una pequeña pero jugosa selección de invitados latinoamericanos (7, para ser exactos); 2 invitados internacionales y 11 espacios activos de Bogotá que tienen en común una cercanía íntima entre público y tarima. Esos son los números del Hermoso Ruido , festival que completó su séptima edición y figura como una de las plataformas más apetecidas para las bandas locales emergentes, que, en su mayoría, llegan allí pensando en dar el salto al festival masivo con el que comparte empresa organizadora, Estéreo Picnic .
Con la continuidad y acogida del evento se ratifica el momento de efervescencia por el que pasan las bandas colombianas independientes. Hay un incremento sustancial en la calidad y la oferta de las bandas nacionales, con nichos consolidados y fieles. Se pudo ver durante el show en El Rodeo con Los niños telepáticos, Margarita Siempre Viva, Bestiario, Distimia Agorafóbica y los Nerds ; en el caluroso recibimiento que tuvieron en Boogaloop proyectos como Lee Eye, Babelgam y Mr. Bleat ; o, incluso, tras el aguacero a la bogotana, exagerado, que terminó con un improvisado show en el escampadero de Ruda Fest, cortesía de Aguas Ardientes . No solo el público está creciendo, también el sentido de comunidad alrededor de las nuevas bandas locales. La estética y los espacios se comparten y están bien demarcados.
Este año, según nos contaron desde la organización, el festival “cumplió y quizás superó las expectativas que se tenían. A pesar del corto tiempo de promoción y un día complicado con el aguacero del sábado, vivimos escenarios abarrotados como El Rodeo, Armando, Boogaloop en la inauguración y club -1”.
No obstante, y si bien es un evento que ha cumplido su objetivo de “activar varias locaciones en la noche bogotana y mantener un público hambriento a los nuevos sonidos que presenta el Festival”, la oferta durante los tres días de Hermoso Ruido en la ciudad habla también de un ecosistema en el que se sobreponen muchos de los momentos de encuentro entre el mismo público.
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El cartel del Hermoso Ruido fue anunciado solo con dos semanas de anticipación. Coincidiendo, por lo menos, con otros dos eventos que abarcaban el mismo espectro de público: La espantosa, del colectivo feminista de artistas espantosas y el Caballito del Diablo, del sello Inncorrecto.
Hay que decir, también, que Hermoso Ruido está construido como una “plataforma de promoción para bandas emergentes bajo el concepto showcase”; es decir, que tal como pasa en otras plataformas de este tipo, como BOmm y Circulart, no hay pago para las bandas. Según la organización, “la idea es que promotores y público nuevo puedan ver nuevo talento y justamente los tengan en cuenta para sus programaciones y crear más fans”. De ser así, a futuro, y pensando en propiciar encuentros más eficaces entre la sobreoferta de músicos y la escasa oferta de compradores que paguen a las bandas, ¿no valdría la pena pensar en reducir los shows que se cruzan? El viernes, el día más concurrido, durante una misma noche, había seis tarimas simultaneas.
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En todo caso, en la ciudad hay escena. Y, a falta de shows masivos con presupuesto para las bandas nacionales, seguirá creciendo a punta de muchos shows pequeños como los que se armaron en Hermoso Ruido, los que parecen una fiesta en la casa de un amigo.
Estas son las fotos de Hermoso Ruido 2019
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