Ocurrió cuando MTV era un canal de música y Google apenas nacía, en 1998. Damon Albarn, guitarrista y tecladista de una de las bandas insignias del britpop, Blur, estaba viviendo el ocaso de la movida que lo hizo famoso.
Su compañero de piso, el ilustrador Jamie Hewlett, había publicado tres años atrás un aclamado cómic, Tank Girl . Ambos, en un momento parecido de sus vidas y rondando los 30 años, le dieron vida a un proyecto que parece haberse adelantado a su tiempo: Gorillaz .
Mucho antes del holograma de Tupac, mucho antes de YouTube y mucho antes que los videos en 360, Albarn y Hewlett hicieron una banda cuyos integrantes eran virtuales (ya se habían hecho intentos, pero esta era la primera apuesta vinculada a la tecnología).
Su primer disco (en esa época se compraban más discos), Gorillaz, salió tres años después, en 2001. Destapar la cajita del CD con su portada blanca, en la que aparecían cuatro personajes ilustrados en un carro, era la experiencia más multimedial que podía tener alguien en ese entonces.
Había que meterlo en un computador de los viejos mamotretos blancos con pantalla gorda para ver más material de las figuras a las que todos conocemos como Gorillaz: 2D (el alterego de Albarn), Murdoc, Noodle y Russel.
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Esas cuatro figuras se volvieron de culto y, si uno busca en línea, hay productos e historias de fandoms con un universo propio para ellos. Pero para ser una banda tan exitosa, con más de 15 años encima, los rostros y la carrera de Damon y Jamie no son tan populares.
Si se los encuentran por ahí, acá los tienen:
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Damon Albarn
Jamie Hewlett
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