El 11 de agosto, Gustavo Cerati cumpliría 61 años. Con motivo de esta fecha, su familia publicó en Twitter un manuscrito inédito de la canción Puente, del álbum Bocanada , el segundo como solista en la carrera del músico argentino. Publicado en 1999, fue elogiado por el púbico y la crítica especializada. Por estos días el mundo celebró el aniversario 30 de Canción animal, uno de los discos más recordados de Soda Stereo .
En estos tiempos difíciles, creemos un Puente de amor y protección cuidándonos entre todos.
— Gustavo Cerati (@cerati) August 11, 2020
Manuscrito de Gustavo de la letra del tema “Puente”, perteneciente al álbum “Bocanada” y realizado para el registro autoral de la obra. pic.twitter.com/cMfis2j65O
Gustavo Adrián Cerati Clark nació el 11 de agosto de 1959 en Buenos Aires. Lanzó 5 álbumes como solista y 7 junto a la icónica Soda Stereo. También trabajó como compositor y productor de varios artistas . Sigue siendo considerado uno de los artistas más importantes del rock latinoamericano. En junio pasado, se lanzó el documental Fuerza natural , que registra el trabajo detrás de este álbum.
En la mente de Gustavo Cerati no importaba de dónde llegaba la inspiración. Todo era bienvenido y se movía al ritmo de una sola partitura, su música; un territorio vasto que en una punta es capaz de limitar con los loops electrónicos y en la otra con los arreglos sinfónicos. Según dijo alguna vez, se trataba de mezclar de momentos de magia blanca y de magia negra, por igual.
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La mente de Cerati era distante de la decoración simple y lo suyo era disparar los temas público después de sentirlos en carne propia, la piel de un artista con más de media vida de camino entre la cordura y el borde. Una ambivalencia digna de una estrella de rock y de una figura de la música contemporánea; la templada cuerda floja de los que con éxito se dedican de verdad a la música y para los cuales es casi imposible crear una estabilidad emocional.
Absorbiendo todo cuanto sonaba a su alrededor, la arquitectura creativa de la mente de Cerati combinó lo psicodélico, lo espiritual y lo insospechado; los tonos eléctricos y acústicos (a veces rayando con lo campestre); lo luminoso, lo futurista y lo presente en un solo conjunto y como en una especie de astrolabio que a su vez marcó el tiempo y la latitud de una obra que necesitó de muchas horas en el estudio para decantarse y lograr esa soltura y sencillez con las que vuela.
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