Este año nuestra selección tuvo en la nómina a Doctor Krápula, Burning Caravan, Crew Peligrosos, Árbol de Ojos, Esteman y Diamante Eléctrico. ¿Cómo les fue?
En el principal festival de México no solo aumentó el número de bandas colombianas, sino que ya se ven los resultados en términos de audiencias.
Por: Chucky García / Foto: Gettyimages
El Vive Latino es uno de esos festivales que les sacaría canas verdes a los fundamentalistas del rock como dogma. Y más que nada, porque en este festival nadie está pensando en límites, territorios infranqueables, mezclas impuras o muros mentales; todo lo contrario, lo que se celebra es un espacio posible para que el rock y la cultura musical latinoamericana se confronte en cuanto a nuevas propuestas y viejos cancioneros; y para que las bandas midan su inmersión en México, el país que posiblemente más música en vivo está consumiendo en todo el continente.
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En el Vive Latino 2017, por ejemplo, quienes creían que Enanitos Verdes y Hombres G solo eran dos bandas más pasadas de moda que el tranvía y que solo suenan en bailes de graduación vieron con sus propios ojos cómo el Foro Sol les quedó pequeño (más de 50 mil personas). Y que en nuestro contexto latinoamericano, nos guste o no, Lamento Boliviano y Marta tiene un marcapasos son temas que nadie dejará de cantar por más tendencias que le impongan a la gente.
El Foro Sol, el principal escenario de los seis que tiene el Vive Latino (incluyendo uno para comedia), absolutamente lleno y rendido a los pies de David Summers mientras cantaba Te necesito , es eso que un panel de expertos tendría que discutir durante días para descifrar cómo el llamado “rock en nuestro idioma” logró no solo en términos de marketing sino de cultura popular.
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En el Vive mandan los latinos (este año con bandas como Los Caligaris, Fabulosos Cadillacs o Zoé, que también llenaron el Foro), aunque la mejor actuación por repertorio y alineación sin duda fue la de Prophets Of Rage (que dicho sea de paso en Colombia tuvo que cancelar por las bajas expectativas que generó su show). En esta edición del festival, en todo caso, no tuvo un lleno total, muchos se habían ido a ver a Bronco (sí, Bronco, de esos íconos de la música regional por los que en México la gente no siente vergüenza sino que corre a verlos y son cabezas de cartel); pero aún así lo que montan los exintegrantes de Rage Against The Machine con B-Real de Cypress Hill y Chuck D y Dj Lord de Public Enemy es para quitarse el sombrero.
Los Prophets Of Rage tocan todos los mega hits de RATM, se echan un par de canas al aire interpretando algunos totazos de Cypress Hill y Public Enemy, y hasta se dan el gusto de versionar a House Of Pain. A los exRage no les pasan los años, siguen siendo una máquina de sonido y furia comandada por uno de los mejores y más vibrantes guitarristas que hay, Tom Morello, y aunque es obvio que Zack de la Rocha es irremplazable, el show que montan sus excolegas paga la boleta con creces.
Y en medio de todo esto, ¿a las bandas colombianas cómo les fue?
Este año eran más las que participaron en la parrilla de programación del Vive Latino, pero más que la cantidad lo que hay que resaltar son los resultados que obtuvieron en términos de audiencias , siendo justamente las audiencias lo que más les permitirá seguir sumando en su incursión a México. Forjar una trayectoria en el país manito es una carrera de largo aliento, más cuando son bandas independientes que en primera instancia lo que tienen a mano para hacerse ver son sus propios repertorios y su show en directo.
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Doctor Krápula, Burning Caravan, Crew Peligrosos, Árbol de Ojos, Esteman y Diamante Eléctrico fueron este año la cuota colombiana en el Vive Latino , en diferentes horarios y escenarios: los Krápula y Esteman en el Foro Sol, los Burning y los Crew en la Carpa Intolerante que se especializa en mostrar nuevos prospectos; Diamante en el escenario VL (otro de los tres principales que tiene el Vive); y Árbol en la Carpa Doritos (donde durante los dos días del festival uno puede encontrar desde un acto punk como Marky Ramone hasta una banda de metal como Moonspell).
En todo los casos las bandas de acá convocaron público, lo de Doctor Krápula a pesar de ser lo más destacado en cuanto a asistencia masiva no es para sorprenderse (llevan ya varios años trabajando ese territorio y haber convocado a tanta y tanta gente en el Foro Sol los pone en la ruta de ser uno de los nuevos headliners latinos de los festivales en México); y lo de Burning Caravan resultó no menos significativo en cuanto al impacto que tuvo y que tendrá el resto del año.
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Con su mezcla de mezclas (rock, jazz, música gitana y latinoamericana en sus justas proporciones), esta banda de Bogotá copó la Carpa Intolerante y en un show de poco más de media hora dejó a todos con ganas de más. La gente ya corea sus canciones como si los conociera de toda la vida, y otros que se quedaron por fuera de la Carpa, desde ese momento ya estaban haciendo cuentas para verlos de cerca en otro venue.