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Adiós a Chris Cornell. Canciones para conocer a una leyenda.

Acá está el repertorio definitivo para entender por qué a partir de hoy Cornell ya es leyenda.

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Foto: Gettyimages

La muerte no espera ni esperará. A todos nos ha de llegar de un modo u otro; es una cita a la cual nadie va a fallar. Y esta vez, quien se fue de este mundo fue Chris Cornell. En la ciudad de Detroit, hace tan solo 24 horas ofrecía un concierto y se despedía con una canción llamada: In My Time Of Dying de Led Zeppelin. Una reflexión sobre la muerte y la tristeza.

Por: José “Pepe” Plata // @owai

Hay quienes hablan de la muerte del grunge, de la desaparición de una generación y hasta de un agotamiento en la música; pero no se puede dejar aparte la voz de Chris Cornell en los últimos treinta años cuando se le recuerda en agrupaciones como Soundgarden y Audioslave. Pero este nativo de Seattle, la misma ciudad que estuvo en el eje creativo de los noventa cuando este sonido estuvo en boga a través de lo que se conoció como grunge: aquella música que unía rock, punk y metal. Cornell dejó sin duda alguna una serie de canciones e improntas y homenajes que vale la pena recordar.

Vea también: Chris Cornell se ahorcó, así lo confirma la oficina del forense

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Sus inicios se remontan a los años 80, en donde a través de la búsqueda de un sonido melódico, pero con una fuerza propia, comienza con el proyecto Soundgarden. Fueron años de lucha contra la moda musical que mostraba pop hermoso, bello y bien producido en la radio y en video, para mostrar una perspectiva real y sin maquillaje de la música. Las primeras grabaciones datan de 1987 a través de sencillos que terminaron por llamar la atención de los gigantes de la industria discográfica.

Así se registraba su presencia en aquella época, justo en 1989 cuando iban a firmar con un sello grande.

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Luego de esas grabaciones independientes, con la salida de Badmotorfinger en 1991, la banda empieza a ser considerada uno de los pilares de aquel sonido de Seattle que era el grunge que, en los noventa, “combatió” el hard rock, el maquillaje y toda la parafernalia del rock hecho como negocio. Justo a través de esta canción que fue controvertida y en ocasiones censurada, la voz de Cornell alcanzaba otras audiencias: Jesus Christ Pose (1992). Vea también: “Eterno Cornell”. El adiós de Juan Galeano a un cantante inmortal

Con la salida de Superunknown la fama se haría global. Con millones de copias vendidas y con una canción de la cual no se pudo desprender: Black Hole Sun . Tantas veces escuchada y versionada, nos hacen recordar a otra de aquella época que vale la pena recordar: Spoonman (1994).

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Tras la disolución de Soundgarden en 1997, Cornell tendría que tomar un descanso puesto que sus cuerdas vocales estaban agotadas y la recomendación médica fue certera. Este alejamiento hizo que se enfocara en un disco solista que lanzó en 1999 llamado Euphoria Morning . Esa etapa un tanto mística, reflexionó sobre su lugar en el mundo, su misión musical y también sobre un nuevo porvenir en el año 2000: nos dejó esta canción sobre el fin del mundo: Preaching the end of the world .

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La gran estocada del 2002 vendría con aquel gran grupo llamado Audioslave con el que grabaría tres discos entre los años 2002 y 2006. Acá, su unión con los integrantes de Rage Against the Machine fue un desprendimiento de etiquetas y denominaciones de los noventa, el regreso al rock y a lo que él significaba como herramienta musical y política. Fue esta una de las agrupaciones más recordadas de aquella década y una de las que si bien no duró más de cinco años, cobró un nuevo lugar en la escena. Una reinvención para Cornell y para sus compañeros de fórmula. De esa primera etapa, este sencillo en cual hacía un homenaje a un cacique norteamericano llamado Cochise fue el despegue de una nueva realidad sonora:

¿No nos conmueve aún algo como esto, Be yourself , presentada hace doce años? Otra de las grandes canciones de Audioslave, con la cual se reinventó y presentó ante las nuevas generaciones.

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De Audioslave se recuerda además una presentación en la ciudad de La Habana, Cuba, en el 2005. Fue además una afirmación política; la presentación de una banda norteamericana en la isla, superando décadas de aislamiento y separación cultural entre los dos países. Audioslave dejó una marca imborrable en la isla, siendo esta una presentación que además se comercializó en un DVD llamado Live in Cuba.

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Dos años después, Cornell emprendería su carrera como solista con la cual presentaría cuatro discos más: Carry On (2007), Scream (2009), Songbook (2011) y Higher Truth (2015). Una etapa en la que tuvo espacio para seguir con el rock, dejarse producir por otros personajes y buscar nuevos públicos. Su versatilidad le dio además para tener canciones incluidas en bandas sonoras desde los años noventa y justo hasta el agente James Bond tuvo a Cornell como voz del tema de su película: Casino Royale de 2010

Y hasta en el 2009, cuando trabajó con Timbaland, tuvo cómo explorar los sonidos electrónicos como en esta canción: Part of me .

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En Songbook , de 2011, repasó canciones de su viejo repertorio, pero también cantó canciones de otros. Aquí está su versión de Imagine , de John Lennon, presentada seis años atrás.

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Su último disco fue Higher Truth del cual se rescatan canciones en onda blues como: Nearly Forgot My Broken Heart .

En diciembre de 2016 Cornell estuvo tocando en la capital colombiana, acercando a todo un público que esperó con sigilo la presencia de alguien que se esperó por décadas. Una presentación que se llevó a cabo en Corferias, durante la primera edición del festival Almax. En aquel 4 de diciembre de 2016, Cornell tocó nueva canciones en formato acústico. Entre ellas tenía canciones de Audioslave, Soundgarden, Temple of the Dog y su obra solista.

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Hoy Cornell se fue de la vida pero dejó lo mejor supo hacer. Su versatilidad vocal, su capacidad lírica sobrepasaron tendencias y modas desde los ochenta. Con su partida, la música queda huérfana nuevamente. Seattle, aquel hervidero musical y creativo de los ochenta y noventa, sigue enterrando a sus héroes.

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Paz en su tumba.

 

 

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