Para un festival de música exitoso debe haber una unión de varios elementos, como un buen cartel, buena logística y buena organización. Esto sin mencionar factores externos como el clima, que son imposibles de controlar. En estos festivales, varios de éstos componentes fallaron y se convirtieron en un verdadero caos.
Altamont Speedway (1969)
Tras el éxito de Woodstock en 1969, los Rolling Stones quisieron organizar su propio festival. Se llamó Altamont Speedway Free Festival y ocurrió en diciembre de ese año. En el cartel estaban Santana, Jefferson Airplane, The Flying Burrito Brothers y Crosby, Stills, Nash and Young y claro, los propios Stones. Todo sonaba muy bien, a excepción de un pequeño detalle: la logística estuvo a cargo de la pandilla de motocliclistas Hells Angels, a quienes les pagaron con cerveza, y en lugar de garantizar la seguridad, iniciaron varias peleas con el público. Un joven afroamericano, Meredith Hunter, falleció. El evento fue considerado como “el fin de la era Woodstock”.
Woodstock (1999)
El Woodstock original fue sinónimo de paz y unión con la música. Por eso, con motivo de los 30 años del festival, se hizo una edición especial en 1999. En el cartel estaban bandas como The Offspring, Korn, Metallica, Limp Bizkit, Rage Aganist the Machine entre muchas otras. Sin embargo, tras una mala logística a altas temperaturas y mensajes agresivos de muchos de los artistas, resultó todo lo contrario al verdadero Woodstock: hubo varias peleas, incendios y motines. Decenas de personas resultaron heridas e incluso se denunciaron varias violaciones.
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Roskilde (2000)
Este festival se realiza en Dinamarca una vez al año desde 1971. En su edición del 2000, una de las bandas invitadas era Pearl Jam. Durante su presentación, el pogo se descontroló y el público se acercó masivamente al escenario. Eddie Vedder, vocalista de la banda, dijo a la gente que se alejara, pero fue demasiado tarde. En la estampida murieron 9 personas y otras 26 quedaron heridas. El grupo se refirió al incidente en su canción Love Boat Capitain .
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Rock al parque (2007)
Aunque el festival nunca ha sido ajeno a la lluvia, nadie estaba preparado para la tremenda granizada en su edición de 2007. Una capa de 10 centímetros de hielo cubrió el Parque Simón Bolívar y se registraron varios casos de hipotermia. El aguacero afectó a varias zonas de Bogotá y aunque el festival fue cancelado ese día, se reprogramó para el sábado siguiente.
Glastonbury (2005)
Si bien uno de los mayores festivales del mundo no es ajeno a la lluvia, su edición del 2005 coincidió con una de las peores tormentas de los últimos 15 años. El agua inundó todo el espacio del festival, que incluía en su cartel a bandas como New Order, Basement Jaxx, White Stripes, Magic Numbers, Coldplay, entre muchas otras. Fueron cerca de 130.000 los asistentes que quedaron atrapados entre el agua y el barro.
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Love Parade (2010)
Este festival fue un referente de la música electrónica durante varias décadas. Tradicionalmente se realizaba en Berlín, pero para su edición de 2010 cambió de locación a una ciudad más pequeña. Aunque en el espacio el límite era de 250.00 personas, algunos estiman que asistieron más de un millón. Un túnel era la única vía de acceso para el evento y miles quedaron atrapados. Murieron 21 personas, principalmente por ahogamiento, y hubo 500 lesionados.
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Mawazine (2009)
Este festival de música se realiza en Rabat (Marruecos) desde 2001. En su edición de 2009 estaban invitados Kylie Minogue, Stevie Wonder, Alicia Keys, entre otros artistas de todo el mundo. Cuando cerca de 70.000 intentaron salir del espacio, una cerca colapsó y ocasionó una estampida que dejó 11 personas muertas.
Fyre (2017)
Con entradas desde 500 hasta 12.000 dólares, este festival prometía mucha diversión y lujo en una exclusiva isla de Las Bahamas. Blink 182, Major Lazer, Pusha T, Tyga, Migos y Disclosure eran algunos de los grupos invitados. ¿Lo que en realidad fue? Miles de personas atrapadas en una isla sin las bandas anunciadas, con lluvia y sin los espacios y comida de lujo que prometieron los organizadores. Un fraude en el que cayeron miles de personas y reveló las malas prácticas de Billy MacFarland, hoy en la cárcel.
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