El 8M es uno de los días en los que el feminismo trabaja con más fuerza y más duro levanta la voz. Pero detrás de esto hay trabajos colectivos permanentes que, a diario, reivindican sus papeles y aprendizajes desde la juntanza.
Por Jennifer Daniela Chavarro // @SoyMiroslawa
Contra las celebraciones hegemónicas del 8M, el día de la mujer, los movimientos feministas han presentado alternativas para la fecha. Marchas multitudinarias se llevan a cabo cada año a lo largo de todo el mundo como respuesta a la violencia sistemática que se ha vivido a lo largo de la historia de la humanidad. Asimismo, se desarrollan talleres, conversatorios, actividades al aire libre, los “Destapemos la Olla”, performances y mucho más. Ningún espacio guarda silencio, ninguna profesión, ninguna línea de trabajo. Desde las casas, pasando por las universidades, colegios, las calles y demás, se alzan para la huelga feminista y, si bien es uno de los días con los que más fuerza se trabaja y se levanta la voz, detrás de esto hay trabajos colectivos permanentes que a diario reivindican sus papeles y aprendizajes desde la juntanza.
La música no es un espacio indiferente a todo lo anterior. Por eso hoy queremos presentarles algunos colectivos que trabajan incansablemente, desde la música, por cuestionar y transformar una industria a través de la línea de género.
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Todopoderosx
Gestada desde la capital del país, Todopoderosx se identifica como un colectivo divergente, que a través de siete pilares propone una transformación de la industria musical colombiana. Siendo transversales, pretenden propiciar espacios de discusión a partir de todos los lugares posibles, por medio de conversatorios, de la muestra de cifras de participación, difundiendo semanalmente una agenda que potencie los eventos con participación femenina, siendo aliadas de festivales y eventos, y generando redes de apoyo que permitan hacer crecer el contacto entre todos los agentes de la música y las mujeres que se accionan dentro de la misma.
Con dos años de vigencia, han logrado establecer preguntas y posibles respuestas que han permitido que cada participante de la industria, desde el público hasta los gestores, amplíen su visión del panorama actual del cual están rodeados, frente a la desigualdad incluso en los espacios de disfrute y que difícilmente, en la actualidad, puede ser ignorado.
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Pez alado
Creado en el 2017, Pez Alado propone un enfoque diferencial y de género para observar no solo la escena electrónica nacional, desde lo musical, sino también desde lo exógeno; es decir, aquello que no está netamente ligado a la música pero aun así afecta su recepción. La supervisión de los lugares de fiesta, generando espacios seguros para el disfrute de mujeres y personas de géneros diversos, a partir de la creación de protocolos que hacen partícipes a todos los agentes, desde los venue, los productores al público mismo, les ha permitido generar espacios de discusión distintos donde todos a viva voz, desde sus experiencias y vivencias han podido cuestionar y de a poco, transformar el cómo se desarrolla la escena, todo a partir del autocuidado, el cuidado del otro y el disfrute; y también, les ha dado pie para generar talleres formativos, como lo es RUIDOSXS para el aprendizaje de nuevas generaciones de djs ligados desde lo político a la industria.
Los rulos vinyl club
La admiración por el objeto dio pie a que en el 2017 el vinilo reuniera a un grupo de mujeres selectoras y coleccionistas. De la juntanza nace el proyecto Los Rulos Vinyl Club, una iniciativa que además de gestionar eventos que giran alrededor de este objeto, le ha dado una plataforma a mujeres para intercambiar saberes y gracias a esto visibilizar su trabajo y conocer también el trabajo de otras colegas. Son más de 20 mujeres que a lo largo de dos años han pasado por las tornamesas de este club, algunas con grandes bagajes musicales de años de descubrir y guardar tesoros y otras que gracias que recientemente han descubierto la pasión por los formatos físicos de música.
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Nott
Desde hace 4 años, en Medellín, este colectivo liderado por las dj Julianna Cuervo, Andrea Arias y María Arango (A.K.A Marea) se ha cuestionado la participación de mujeres en la música electrónica, desde lo local, hasta lo internacional. Pero con un zoom más detallado en Latinoamérica. A partir de esto han accionado creando espacios, no solo seguros, sino también justos. Espacios que siempre fueron merecidos.
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Como colectivo de dj, sus ejes de acción se crearon a partir de talleres, gestión de eventos y charlas en las que se comparten saberes, junto con el label, encargado de difundir nuevas generaciones de artistas, como por ejemplo, la compilación realizada en el año 2019 titulada Austral. Asimismo, su trabajo las ha llevado incluso a apoyar la curaduría de festivales como el Baum festival.
Líricas del caos
Este colectivo comienza siendo una agrupación de mujeres que encontraron un refugio en el rap y el hip-hop, y además de eso, una forma para levantar la voz. A través de esta música han establecido como feministas sus necesidades, rabias, preguntas y mensajes, este género ha sido una plataforma para hablar y además de eso, para crear juntanza.
Más allá de su trabajo como raperas, pretendiendo fortalecer uno de sus ejes de denuncia: la participación de mujeres en eventos y festivales, en la escena y en la industria, se han convertido en escuela, formando nuevas raperas a través del feminismo y construyendo un tejido social consciente y crítico. Sus pretensiones son poder salir de la capital del país y llevar sus conocimientos y también sus preguntas, a diferentes lugares del país, para hacerle entender a un género hegemónicamente masculino que su voz es igual de válida.
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