A sus veinte años de publicado, el primer disco solista de Manu Chao sigue vigente al mostrar cómo asuntos sociales como el nacionalismo, los indocumentados, la desigualdad y la injusticia a las que le cantó, no se han desvanecido.
Por José ‘Pepe’ Plata // @owai
Cuando se revisa la historia de José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega o mejor Manu Chao, aparecen una y otra vez las habilidades del juglar que un día está en un pueblo y al otro ya no está. Y esto porque si bien el mundo lo conoció a finales de los años ochenta a través de un combo sonoro llamado Mano Negra, su espíritu artístico no es el de alguien que quiera establecerse en un solo lugar.
De seguro el formalismo de un pasaporte es el que menos le gusta y el que más le desgasta por ser un control. En los años ochenta, formó parte de bandas de rockabilly y punk de un París que acogió el new wave y rock como camino; pero que no se olvidó de sus raíces.
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Por eso, bandas como Los Carayos y Hot Pants fueron la escuela de aprendizaje que en los tempranos años ochenta le dieron las bases de lo que luego explotó como Mano Negra. Una agrupación que no respetó los géneros. Tuvo espacio para el rock, la canción francesa, el hardcore, la música árabe, el punk, la música tropical y otros géneros.
Y con esta banda bien desarrolló una maratónica carrera artística que se basó en giras y presentaciones que desafiaban la lógica de la industria musical. Mano Negra tocó en festivales, plazas, bares, espacios abiertos, bodegas y teatros de América, Asia y Europa. Fue la banda que con la música rompió fronteras y que pudo así darle al mundo otras opciones más allá de los listados de Billboard .
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Tanto así, que hubo espacio para tener una experiencia llamada El expreso del hielo . A través de ella la banda recorrió Colombia a través del ferrocarril, recreando el viaje del tren desde Aracataca hacia el centro del país. Así se rindió un homenaje a la tierra de García Márquez, pero se conocía de primera mano la realidad en un tiempo antes de internet. Fue este un viaje a través de una Colombia que en los noventa vivía dificultades en una infraestructura frágil y entre las tensiones del narcotráfico y la presión de la guerrilla.
Y fue uno que antecedió la carrera solista de Manu.
Con la publicación de Casa Babylon en 1994, se selló una etapa en la vida de Manu que se llamó Mano Negra.
Y de ahí a tener una vida como solista, pasaron cuatro años. Cuatro años en los que los rumores de una reunión de la banda estuvieron siempre presentes. Cuatro años en los que existió algo llamado Radio Bemba . Cuatro años en los que colaboró además con artistas como Tijuana No, Skank, Caramelo Santo y Tonino Carotone. Cuatro años en los que preparó lo que sería el disco de quiebre.
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Sí, de quiebre porque fue necesario dejar atrás todo el peso de la Mano Negra, para hacer que Manu tuviera un peso propio. Mano Negra fue un combo grande, una banda que podía ser conformada por 8 o por 12 personas; pero aquí estuvo Manu con recursos mínimos. Una guitarra, un sampler, las voces que recogió a través de sus viajes y unas cuantas colaboraciones.
Clandestino cumple a cabalidad con ser un disco el que se conoce a Manu, pero también se conoce su intención de mostrar lo que él llama malegría. Un sentimiento de alegría mala o preocupación, porque no se puede desprender la felicidad de una realidad social.
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En una entrevista que concedió para la revista española Mondo Sonoro en mayo, se refirió a la temática de su disco así:
“Lo más jodido es que hay mucha gente que constata que todo va mal pero los únicos pueblos de organización, son pueblos peligrosos. La gente está perdida y el mantel está servido para los extremistas. La extrema derecha en Francia, el islamismo integrista en Argelia, las sectas en Brasil, y lo peor de todo es que son los más organizados, los más mentirosos. Se aprovechan de que mucha gente esté perdida y yo también me siento perdido. Hay una frase en Desaparecido, el segundo tema del Cd, que dice “perdido en el siglo”, y es que realmente me siento perdido en el siglo y por tanto hay que buscar soluciones cada uno a su nivel…”
Si en aquel entonces Clandestino a pareció como un disco que se escuchaba como una sesión completa de música que unía canción tras canción y cuyo efecto sonoro y mental era el de generar inquietud hacia un mundo que veía agonizar el siglo veinte y que sembraba su esperanza en el siglo veintiuno; escucharlo ahora equivale a detenerse a pensar cómo esos vaticinios no ha cambiado.
Varias de las temáticas sobre las cuales versó el disco claramente no se han acabado. No ha cesado la injusticia ni la desigualdad. Y los asuntos de la inmigración, son algo que están a la orden del día. Son asuntos capaces de erizar a una, dos y hasta tres generaciones. Asuntos capaces de hacernos pensar si la esperanza se acabó.
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Hoy dos, décadas después, un disco que se grabó entre viajes y que contó con muy pocas ayudas en masterización y producción, suena vigente. Con canciones en español, francés, inglés y gallego, estos 45 minutos operaron como la carta de navegación de alguien que no pudo negar que el mundo le inquieta y que lo redescubre.
Así es como redescubrir Clandestino 20 años después nos deja estas lecciones.
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1. Clandestino: La canción básica y el sencillo que nos presentó la consciencia por aquel que se tuvo que esconder por no tener los documentos. ¿No ha dejado de pasar?
2. Desaparecido: Usando la estructura de un huayno, Manu nos habla de su capacidad de ser extrañado. El que un día está, pero al otro no.
3. Bongo Bongo: Con un teclado básico y simple, la famosa canción que Robbie Williams luego retomó, nos hace escuchar el énfasis lo-fi de esta obra.
4. Je ne t´aime pas: Una balada en francés, la del despecho que nos muestra el desprecio por el amor.
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5. Mentira: Cuando se escucha esta canción, se siente el gran peso social. El de pensar que todo está perdido.
6. Lágrimas de oro: Otra vez se hace referencia a lo jodido que está el mundo; pero aún así, hay algo por lo cual vivir como es el amor.
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7. Mama Call: Con una voz escondida y con una voz sobrepuesta, el llamado que s hace a un estado de insatisfacción-
8. Luna y Sol. Otras referencias a la mentira tenemos acá. Pero esta vez hay una trompeta de mariachi y algo que nos toca el ADN. cumbia setentera de fondo. Y nuevamente, la voz del subcomandante Marcos de EZLN.
9. Por el suelo: Una referencia directa a La verdolaga; pero en ella también se deja en claro que hay gente que está sufriendo.
10. Welcome to Tijuana: Un clásico instantáneo con el cual la frase Welcome to Tijuana, tequila, sexo y marihuana nos hace reconocer que este personaje está obsesionado con lo prohibido pero cercano.
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11. Día Luna Día Plena: Una nueva tristeza que puede dejarnos en claro que la depresión llegó para quedarse es lo que acá tenemos. Un reciclaje de sonidos y voces que bien nos deja presente cómo lo que antes escuchamos de una manera, aquí llegó de otra.
12. Malegría: Con la pista baste de Afrosound, Manu retoma frases sonora de la canción Mala Vida, uniéndole un barniz de hip hop aflamencado.
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13. La vie a 2: Un hip hop en francés al que pareciera le hubieran quitado el barniz de lo fuerte, se convierte así en otra disculpa para justificar la tristeza.
14. Minha Galera: Una canción que le da un toque reggae amoroso en lengua gallega y con el cual se recupera la esperanza.
15. La despedida: En lo que puede ser una gran canción de la tristeza se convierte en una contra que exorciza los demonios del pasado en el amor.
16. El viento: El final es la desolación. Es lo que quedó justamente luego de haber sido ya consumido todo y que precisamente nos deja en claro que hasta aquí llegó todo. Una canción para decir adiós, pero en la cual el adiós es ya con la naturaleza.
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Clandestino no solo fue capaz de mostrar a Manu ya como solista; también como estrella de ventas. Logró vender cinco millones de copias en un tiempo en el que el mundo estaba dejando de comprar discos y en el que lo digital estaba llegando para quedarse.
El disco tuvo la posibilidad de ser visto en vivo en Rock al Parque del año 2000. Fue este el encuentro vital con gente como Dr Krápula o Skampida que bien aprecian su legado.
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Gozado y visto en vivo, Clandestino tuvo la oportunidad de ser promocionado en la televisión francesa así: