Morodo es uno de los nombres claves a la hora de hablar de ese matrimonio estable y duradero entre el reggae y el hip hop. El cantante madrileño, que debutó en 2001 con un disco fuertemente influenciado por el reggae panameño, OZMStayl, y que puso a sonar la Yerba del rey en cuanta fiesta de reggae o hip hop hubo desde el año en que lanzó su álbum más exitoso, Cosas que contarte (2004) es uno de los invitados el próximo domingo 14 de octubre en la fiesta más soleada del universo reggae: el Jamming Summer Fest en Ricaurte, Cundinamarca.
El cantante, que suele tomarse su tiempo para lanzar nueva música, estrenó recientemente el primer sencillo de lo que parece ser su nuevo álbum, se titula Esperando al sol. Y también nos respondió algunas preguntas sobre reggae, babilonia y la movida española.
¿El trap acaparó el mercado urbano en España?
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El Hip Hop en España está arraigado como cultura desde hace mucho tiempo, no es una moda. No tienen nada que ver con hablar de Trap.
¿Todavía se hace buen reggae roots en España?
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Por supuesto, en España y en todos lados. Los artistas del género se expresan y hacen creaciones en todas las vertientes del reggae, como son Dancehall, Ragga, Steppa, Lovers, Digital, Dub, Ska, etc...
¿Internet banalizó la protesta y los símbolos del reggae?
La gente siempre piensa que el Reggae es marihuana, playa, paz y amor, con o sin internet. La gente que conoce o tiene la inquietud de informarse saben que el reggae es combate, espiritualidad y amor. Pero amor no sin antes justicia. Eso no se aprende en internet.
¿Cómo identificar a Babilonia como figura de la opresión?
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Te puedes dar cuenta del efecto que tienen Babilonia viendo la mentalidad de la gente, viendo como el sistema atrofia su forma de pensar y la realidad en la que viven. Ya que este sistema impuesto para el beneficio de unos pocos a base de la explotación de muchos. Decide y convence a la gran mayoría de cómo deben vivir, que música deben escuchar porque es tendencia y qué ropa vestir, hasta el punto de que el individuo, prácticamente, no piensa por sí mismo, ni se plantea sus prioridades.
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