El Festival Estéreo Picnic 2024 marcó un antes y un después en su historia al mudarse al Parque Simón Bolívar de Bogotá. El cambio de venue generó expectativa entre los asistentes, quienes se preguntaban cómo se adaptaría el festival a este nuevo espacio.
El primer día del evento respondió a estas dudas y nos sorprendió positivamente: una mejor logística, rutas de acceso más sencillas y un lugar que nos deja menos destruidos al finalizar la noche calmaron la incertidumbre.
El cartel, además, estuvo diverso en género, temas y generaciones.
Desde los tintes de tropipop de Maca y Gero hasta las canciones que te espichan el corazón de Laura Pérez , pasando por el rock que nos congregó en Hozier , el todo con todo impecable de King Gizzard & the Lizard Wizard y el nu metal que hizo temblar, literalmente, el piso del Simón Bolívar de Limp Bizkit .
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Justamente, para recibir a esta última banda, Limp Bizkit, se congregó una marea de asistentes con gorras rojas que vimos desplazarse entre los cuatro escenarios de este año: Estéreo Picnic (principal), Un Mundo Distinto, El Presente y Páramo.
La franja de artistas locales cerró a las 6:45pm y comenzaron los shows internacionales.
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En la previa, en Internet debatían sobre si era una edición para treintones, una elección guiada por la nostalgia o sencillamente uno de los carteles más diversos de su historia.
Lo indie lo encabezó Future Islands, que, aunque se le fue el sonido por más o menos diez minutos, presentó un show enérgico.
King Gizzard & the Lizard Wizard, citando a Eduardo Santos en su artículo para 070, "nos mostró el presente y el futuro de un género que solo está muerto para los que se quedaron en la nostalgia".
Con más de veinte álbumes estos seis australianos dieron una clase magistral sobre cómo experimentar con los géneros y hacerlo de manera exquisita.
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Hozier nos dio misa y cátedra de cómo manejar un público desde las emociones.
Jared Leto, con acusaciones de tener un culto encima, una túnica y también una similiaridad a la imagen de Jesús, intentó algo similar.
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A pesar de que el show de Thirty Seconds to Mars estuvo lleno de energía, teatralidad y contacto con el público, el momento que seguramente todos recordaran es de cuando el cantante colombiano Manuel Medrano fue invitado al escenario y, sin disimular ni un poco, comenzó a leer de su mano la letra de 'Stuck'.
La escena fue entre ridícula y graciosa.
Limp Bizkit nos regaló una fiesta que veníamos esperado hace décadas y no decepcionó a nadie. Fred Durst es la imagen viva de que la energía y la edad no son excluyentes.
Kings of Leon, por su parte, se reconcilió con el público colombiano y presentó un show que, aunque no fue lo más entretenido del día, no decepcionó.
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Bad Gyal cerró el escenario Un Mundo Distinto pero su playback, hecho a las patadas, y una coreografía más incomoda que disruptiva, se tornó aburrida.
Al final, pocos contratiempos la primera noche en la nueva casa del Festival. Y nos dejó un buen sabor a todos. Esperamos más años de festival.
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La cercanía, la facilidad para el transporte y un suelo que está acostumbrado a recibir a la energía de miles de personas confirman que la mudanza era necesaria.