Después de girar por Europa con Guns N' Roses y compartir tarima con Arctic Monkeys (sus ídolos), Royal Blood, dúo británico de garage rock, tocará en Estéreo Picnic, el domingo 25 de marzo a las 5.30.
No les interesa experimentar. Eso es lo primero que uno debe saber para entender el espíritu de Royal Blood, el dúo británico de garage rock que tocará en Estéreo Picnic el próximo 25 de marzo. La intención de Mike Kerr y Ben Thatcher ha sido, desde el principio, consolidar un modelo de sonido que está a mitad de camino entre The White Stripes y Queens of the Stone Age. Ese modelo —indie rock para llenar estadios, con claras intenciones de gustar— los ha llevado a liderar las listas de ventas en Reino Unido (despacharon 66.000 copias de su álbum debut en una semana) y a participar en los míticos Download Festival y Glastonbury Festival en Inglaterra. “Nos dimos cuenta de que tenemos un sonido que nos pertenece. No es algo que tengamos miedo de poseer. No ansiamos cambiar”, dice Kerr, bajista y vocalista de la banda, en conversación con Shock .
Royal Blood dio de qué hablar incluso antes de lanzar su primer sencillo en el verano de 2013. El baterista de Artic Monkeys, Matt Helders, lució una camiseta con el nombre de la banda durante su presentación en el Glastonbury Festival. Meses después el dúo debutó en la escena londinense teloneando al grupo liderado por Alex Turner. No en pocas veces la prensa inglesa ha comparado ambas agrupaciones. Frente a esto, Kerr dice: “Nuestra relación conceptual con Artic Monkeys es la siguiente: ellos son los niños geniales que pasaron todos sus exámenes y nos acaban de dar todas las respuestas a nuestras preguntas”.
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Algo que, a primera vista, resulta singular en Royal Blood es la puesta en primer plano del bajo y la no inclusión de guitarras. Pero esto no se ve traducido en un sonido diferente. De hecho, las estructuras de sus canciones (estrofa-estribillo-estrofa) son las estructuras de cualquier canción pop. Su segundo álbum, How did we get so dark? (2017), que será presentado en Estéreo Picnic, conserva la esencia de su álbum debut: riffs de bajo distorsionados, ritmos de batería sencillos y voz clásica de banda indie. La única variedad consiste en ciertos toques glam y ciertos pasajes oscuros que están impulsados por la línea temática del álbum: las rupturas sentimentales y el duelo. Kerr sintetiza el espíritu de su banda así: “La simplicidad es nuestra virtud”.
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¿Cómo se puede explicar entonces la popularidad de Royal Blood? Bandas icónicas como Artic Monkeys y Kasabian son viejos conocidos del público inglés. Verlos encabezando festivales es tan común como ver tocar a Aterciopelados en Colombia. Royal Blood se convirtió en una pieza importante para hacer un relevo generacional en la escena británica. Un relevo que necesita cualquier escena para no oxidarse. Otra razón es que el dúo entró con fuerza y rápidamente en la cultura popular: el videoclip de Out of the black se transmitió en el programa AXN Tunes de la televisión japonesa y fue la canción oficial de un evento organizado por la empresa de lucha libre profesional WWE, y también compuso el tema principal de la banda sonora de la película Insurgente (2015).
Después de abrir los conciertos de Guns N' Roses en su más reciente gira europea, Royal Blood pisará suelo latinoamericano este marzo. “No sé mucho sobre la música de ese lado del Atlántico, pero eso cambiará después de este viaje. Lo que sí tengo claro es que, cada vez que la escucho, me dan ganas de festejar muy duro”. El mayor aliciente para ellos, afirma Kerr, será compartir tarima con The Killers en Colombia, Argentina, Chile y Perú. Y ese es por ahora el principal objetivo de Mike Kerr: tocar con las bandas que crearon los himnos de su adolescencia.