Del Estéreo Picnic nos quedó más que unos zapatos inservibles por el lodo y una gripa naciente. Nos queda la dicha de haber vivido una edición más de un festival gigante en todo el sentido de la palabra, de haber compartido con gente que a pesar del clima inclemente se gozó de arriba a abajo el festival, de haber visto con los grupos nacionales izaron la bandera en alto haciendo historia - incluso más que los de afuera-; de ver a una Totó La Momposina imponente y mágica bajo la lluvia, a artistas emergente pararse imponentes en escenarios gigantes, de cumplir el sueño de ver a leyendas como Rancid, Sublime o The Strokes, de descubrir nueva música. Desde ya esperamos vivir un mundo distinto para el 2018.
Cámara: Alejandra Mar // Edición: Nicolas Rodríguez