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7 preguntas punzantes que nos hacemos luego del Estéreo Picnic 2017

¿Todo es tan bueno como lo pintan? ¿Qué queda por mejorar?

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Foto: Alejandra Mar

Luego de tres abultadas jornadas, más de 50 presentaciones, aguaceros, diluvios y barrizales, llega el momento de la pausa y digerir todo lo que se vio. ¿Hubo decepciones? ¿En qué lugar queda la música colombiana? ¿Qué queda por mejorar?

Por: Mariangela Rubbini Q. y Juan Pablo Castiblanco Ricaurte

1. ¿Festival que se respete trae consigo grandes decepciones?

En este, como en los más grandes festivales del mundo (pasa aquí y pasa en Glastonbury), hay shows que decepcionan porque su puesta en escena no resultó ser lo que esperábamos o lo que estamos acostumbrados a ver quienes disfrutamos de un buen shows en vivo. Hay que entender que por los festivales de este tipo pasan en promedio unos 60 artistas. Si todos ellos tuvieran en tarima formatos de big band o full banda en vivo, la boleta sería impagable. Es cierto que algunos de los shows nos decepcionaron y que hubo puestas en tarima que se quedaron cortas o fueron muy flojas –caso Flume–, pero también es cierto que han una cantidad de público al que muchas veces ni le preocupa saber cuántos músicos hay parados en la tarima y o el show es a dos baterías o a una. Una playlist bien escogida y unas tremendas visuales pueden ser suficientes.

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Y es que en realidad, para que el show de artistas tipo Martin Garrix, Flume, Calvin Harris o Disclosure sonara tal como en sus discos tendrían que traer entre las maletas a las figuras de sus featurings; empacar con ellos a Sam Smith, Rihanna o The Weeknd. En ese sentido es donde cobra más valor la oferta de festivales gratuitos o patrocinados por el estado como Rock Al Parque (y todos sus primos Al Parque) o el propio Festival Centro que han podido darse el lujo de liberarse del estrecho formato de dj y cantante, o dueto de djs, para presentarle al público otras propuestas musicales. 

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The Weeknd (foto: Alejandro Gómez)


 

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2. ¿Hace la diferencia un festival diverso y bien curado?

Existe una diferencia muy grande entre hacer un festival diverso, incluyente, arriesgado en los sonidos que presenta y propositivo, a armar un cartel con un sancocho de géneros y propuestas musicales sin concepto y lineamiento de escogencia alguno. Armar el cartel de un festival de este tipo es quizá la tarea más complicada de hacer. No se trata simplemente de sumar y sumar artistas al azar pensando solamente en que hay que juntar cumbia con electrónica, rock, punk y reggae para darle gusto a todos. Es necesario ver tantos shows en vivo como sea posible y tener la mente suficientemente abierta para poder entender por qué razón Martin Garrix fue considerado en 2016 el mejor dj del mundo, por qué vale la pena arriesgarse y presentar propuestas como la de Caribou y Gus Gus, o incluso por qué Totó La Momposina es la reina de  nuestra verdadera colombianidad y debe estar en un escenario como este.  En el Estéreo Picnic 2017 hubo música y propuestas para todos los gustos, finos, fiesteros, desmadrados y poperos. Descubrimos, nos decepcionamos, bailamos sin parar, nos mojamos y chupamos frío como nunca, pero agradecemos profundamente que un día 6 amigos osados hayan decidido crear este festival para darnos el placer de ver pasar por sus tarimas a muchos de nuestros artistas favoritos en solamente tres días.

Sí, es cierto, la gran masa se concentró en momentos concretos: Deadmau5, Martin Garrix, The Strokes, The Weeknd, Justice, Rancid y Sublime. Muchos llegaron por y para esos shows y todo lo demás fue por añadidura. Los Chancha Vía Circuito, Mateo Kingman, Quantic, Bob Moses o Caribou, fueron apuestas arriesgadas del festival que se podían permitir porque sabían que con unos nombres taquilleros estaban permitidos ciertos lujos.

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Flume (foto: David Schwarz)

 

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3. ¿El Estéreo Picnic es una parada obligada en Latinoamérica?

Que en esta edición del festival tuviéramos a artistas como The Strokes, Martin Garrix y The Weeknd como parte de los headliners más importantes, demuestra que el Estéreo Picnic no solamente se consolidó y se convirtió en el más importante que se hace en nuestro país, sino que definitivamente alcanzó el renombre de otros como Lollapalooza y Coachella que se dan el lujo de bookear cada año a los artistas más cotizados del momento en la escena mundial. Para fortuna nuestra, podemos decir que ya pasaron aquellos tiempos en los que teníamos que conformarnos con ver a bandas y artistas en decadencia que pasaban por nuestro país cuando ya no tenían por dónde más girar. Hoy podemos pensar que sí es posible que en menos de nada estemos viendo en vivo por estos lados a Daft Punk, Justin Timberlake o Rihanna.

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4. ¿En qué puede mejorar el Estéreo Picnic?

Arranquemos por algo muy claro. En Bogotá, exceptuando la ola de calor de los primeros días de enero, el clima hace lo que se le da la gana. Eso no lo controla nadie y a todos los eventos masivos les ha cobrado cuota. Desde el Festival de Teatro que contrata chamanes para evitar que llueva durante las funciones en la Plaza de Toros, hasta el propio Rock al Parque que movió su fecha de octubre a junio y aun así sigue encontrándose con la lluvia, y pasando por los desdichados alcaldes bogotanos que organizan un Festival de Verano en los días más grises del año. Entonces, con eso claro, que Páramo haga el Estéreo Picnic cuando mejor pueda organizar el tetris de la programación porque será muy difícil que aseguren que en alguna fecha evitarán los aguaceros.  Lo que sí pueden hacer los organizadores es tratar de darle una experiencia más cómoda a los asistentes. Con la oferta de contenido consolidada, lo que queda por trabajar es en que la llegada y la salida no sean tan traumáticas y que el trancón o salir del parque no sean un motivo para dudar la ida. Filas de dos horas para salir de un parqueadero, trancones de muchas más y hasta la seguridad dentro del escenario son cosas en las que la organización y la Policía (si, no se hagan los locos que también es con ustedes) tienen que redoblar esfuerzos.

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5.

¿El Estéreo Picnic es una burbuja cultural?

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Sí y no. No nos digamos mentiras; en la mayoría de ediciones el núcleo de este festival está en lo que ofrece la industria musical anglo, de ahí han venido la mayoría los ganchos y por eso es por lo que la gente paga. Ese es el tronco del árbol y lo demás son ramas y adornos. Pero sin un The Weeknd, The Killers, Tiesto o Jack White, no habría una Totó La Momposina, un Puerto Candelaria, un Canalón de Timbiquí, un Herencia de Timbiquí o un Charles King en un festival de estas magnitudes. Es una simbiosis necesaria que hay que reconocer en estos tiempos donde la cultura es tan híbrida y entrelazada, donde no se puede pensar en que el arte viva sin el apoyo de la empresa privada, y donde esta generación creció con referentes e influencias de todos lados. Eventos como el Estéreo Picnic ayudan a establecer puentes, a que el fanático del EDM, esperando a su dj de cabecera, se encuentre con la mamá de la cumbia o los defensores vehementes del bullerengue; o que el amante más amante de la música anglo, pueda enterarse de qué se está haciendo en su propio país.

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Deadmau5 (foto: Fox)

 

6. ¿Colombia pasa por uno de los momentos más creativos en su historia musical?

Definitivamente. Y la calidad de artistas nacionales que pasaron este año por el Estéreo Picnic da fe de ello. Elkin Robinson, Los Makenzy, Cero 39, Ságan, Romperayo, Buendía, Cocó Nonó, N. Hardem, Canalón de Timbiquí y Alí Aka Mind, por mencionar solamente a algunos de los que pisaron los diferentes escenarios del festival, demostraron que están haciendo la tarea y que pueden pararse en una tarima de esta magnitud sin verse insignificantes y desprotegidos. Varios de ellos tronaron como nunca y se vieron tan contundentes y atractivos a los ojos y oídos de un público incauto, que nos sentimos orgullosos de verlos ahí parados. Por supuesto, los fans de muchos de ellos también respondieron al llamado. Esos incondicionales que pagaron por ir a verlos, sin duda alguna también los envalentonaron durante su presentación.

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7. ¿El público maduró?

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Hace dos décadas pensar en un festival de este calibre en Colombia hubiera sido prácticamente imposible. El público de entonces era radical en sus preferencias musicales. Un fanático de Rancid jamás hubiera pasado de ver a su banda favorita, a descubrir una propuesta como la de Weeknd, The XX, e incluso Justice. El Estéreo Picnic 2017 nos reafirmó que el público cambió y que las nuevas generaciones tienen su mente abierta a descubrir nuevos sonidos, porque aunque tengan una preferencia por un tipo de música en especial, pueden pasar del pogo al baile sin problema alguno. Este año en especial, queremos aplaudir a un grupo de asistentes que pese a las inclemencias del clima, el barro y la lluvia, la actitud agresiva y descortés de la policía, y las dificultades para llegar y salir del lugar, disfrutó de una programación muy diversa y pasó de un escenario a otro sin prevención alguna.

  

 

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