Fotos por: Alejandra Mar
El que diga que está muerto no estuvo en el cuarto día del Festival Centro. Ayer fue un vivo ejemplo de que el rock se siente, que está vivito y coleando, que se baila, se canta y se grita. Agrupaciones que llevan un largo camino recorrido, otras que hasta ahora están empezando contrastaron, bandas locales y otras latinoamericanas fueron el plato fuerte del jueves.
Agrupaciones bogotanas como Catedral y Hora Local, que tuvieron su génesis hace por lo menos 20 años y regresaron hace poco para hacer apariciones como en pasada ediciones de Rock al Parque, fueron aplaudidas por un público fiel que aún sigue coreando sus himnos y que entiende su legado en el libro de la historia del rock en Colombia.
Desde Medellín llegó Peste Muntantex, una de las grandes y valiosas joyas del punk paisa, demostraron su potencia en tarima e hicieron que el auditorio se convirtiera en el mejor espacio para poguear.
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The Kitsh, otra capitalina creada en el 2009, tronó fuerte en el muelle con ecos de garaje y surf, robándose los aplausos antes de que cayera la tarde.
Los invitados internacionales hicieron de las suyas Los Explosivos y Las Navajas de México dieron muestras de sudar la camiseta en tarima, mientras que Los Peyotes aterrizaron desde Argentina para dar muestras de por qué son una de las bandas más emblemáticas de garaje rock en el continente.
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