A comienzos del siglo XXI sucedieron muchos cambios drásticos. El 2000 no solo fue un número diferente; fue un tremendo revolcón a muchos niveles, desde el económico y laboral, pasando por el cotidiano y aterrizando en lo profundamente existencial.
La industria musical estaba en crisis y BMG Colombia desapareció luego de haber sido nuestra disquera desde “Con el corazón en la mano”, por allá en 1993.
Los presupuestos para grabar un disco, que en años anteriores podían alcanzar los US$150.000, ahora eran inexistentes. Tuvimos que pasar de grabar en 1996 “La pipa de la paz” en Londres con Phil Manzanera (guitarrista de Roxy Music y productor de Héroes del Silencio y Robi Draco Rosa) y en 1998 “Caribe atómico” en Nueva York con Andrés Levin (productor de Amigos Invisibles, amigo cercano de Arto Lindsay, Vinicius Cantuaria y Marc Ribot), a grabar “Gozo Poderoso” en el diminuto apartamento de Héctor Vicente Buitrago en Cedritos, tomando él la producción en sus manos (muy entre casa).
Pero toda crisis es una oportunidad creativa, como dice Tomas Cookman, manager de los Cadillacs, fundador de Nacional Records y artífice del LAMC.
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Nos vimos abocados a la exigencia de reinventarnos, adaptarnos a un mercado cambiante y a crear un modelo sostenible, en contraste con el esquema anterior, tan inflado y maquillado.
Este proceso fue posible gracias a la maduración de un proyecto musical que pudo encontrar espacio por las raíces que había echado. Finalmente fue una propuesta independiente, chamánica y alucinante. La batuta de Héctor Vicente se expresó convincente, y desde ese momento ha guiado el timón del sonido aterciopelado.
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“Psicodelia chamánica, profundo respeto por la sabiduría ancestral y lecciones de vida como el pensar bonito, frase que repetía el taita Antonio con su gran encanto, marcaron nuestro año 2000.”
Luego de haber terminado el disco, apareció BMG US Latin y nos firmó. El disco pasó de ser huérfano, a un flamante joint venture (así le decían) de BMG con Arista. Muchos gringos intentaron pronunciar la palabra Aterciopelados y no pudieron. De esa época es la famosa lista del New York Times de las mejores 10 bandas del planeta, donde aparecemos junto con Radiohead, Ziggy Marley, Pato Fu y otros.
También fue en ese año que tocamos en el famoso show de Jay Leno.
Para el arte del disco reunimos a varios de los mejores artistas colombianos. Álvaro Barrios, Beatriz Gonzáles, José Antonio Suárez, los hermanos Benjamín y Carlos Jacanamijoy, Rodrigo Facundo, Manuel Romero, Germán Martínez, José Manuel Jaramillo (mi marido), Franklin Aguirre, Eme y Lucas Ospina, entre otros, contribuyeron con sus imágenes, logrando un resultado armónico y plástico, hipnótico, espiritual y mágico.
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Por esa época Héctor Vicente, muchos de nuestros allegados y yo estuvimos muy cerca del taita Antonio Jacanamijoy, que en paz descanse, de su esposa Mercedes Tisoy y de toda su familia. Éramos amigos y compartíamos con frecuencia rituales de sanación con el yagé y la música de luinas (armónica), guitarras y wayras (ramita con la que se hace un sonido percutivo, suave y delicioso). A veces hermosas y a veces aterradoras, estas experiencias quedaron reflejadas en las canciones del disco.
Incluso hay pasajes del taita tocando y cantando en ceremonia. Psicodelia chamánica, profundo respeto por la sabiduría ancestral y lecciones de vida como el pensar bonito, frase que repetía el taita Antonio con su gran encanto, marcaron nuestro año 2000. El resultado: reunión de saberes indígenas y musicales, ceremonia colectiva de sanación por medio del arte, álbum repleto de fotos, rompecabezas que tendré que armar, luz azul y, recuerda, la vida es color de rosa.
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En ese año Atercios fue portada en Shock.
Recuerdo que la entrevista la hizo Mariangela y las fotos Pirry. Era una piscina deliciosa, calientica. Era de noche, teníamos florecitas en la cabeza y el ojo voltiado pa'rriba, como en las imágenes religiosas. Buenos tiempos aquellos, de visiones e iluminaciones.
Y fue con “Gozo Poderoso” que ganamos un Grammy, tal vez un par de años después
.
Lo recuerdo porque fue en sí mismo un drama. Yo estaba embarazada y fuimos a Los Ángeles para la ceremonia. Estaba con un acné terrible, la cara muy brotada, y como los Grammy son un evento de mirar las apariencias, fue muy incómodo.
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En un tapete (no sé de qué color) nos tocó con Paulina Rubio a un lado y Shakira al otro, así que prácticamente pasamos desapercibidos.
Finalmente el evento se canceló porque sucedió la tragedia de las torres gemelas. Estuvimos varios días atrapados en L.A. No salían vuelos, todos los días nos íbamos para el aeropuerto, y teníamos que volver cabizbajos al hotel.
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¡Hasta contemplamos la posibilidad de irnos por tierra a México y viajar desde allá!
Meses más tarde se reprogramó la ceremonia y yo no fui. Mi papá había muerto por esos días. En ese mismo evento Juanes ganó como 5 o no sé cuántos Grammys, así que el nuestro fue un poco subvalorado.
Sapo verde Shock.
Yo también tuve 20 años y un corazón vagabundo.
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2015 gracias.
Atentamente,
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La florecita rockera