El 2006 fue importante para mí. Fue un año de contrastes y un tiempo en el que, sin darme cuenta, sucedieron cosas que cambiaron radicalmente muchos aspectos de mi vida.
Cumplía 19 años y, por fin, había conseguido mi primer empleo de verdad como vendedor de instrumentos musicales. Fue también el año en el que escribí mis primeras canciones. En ocasiones tocaba en algunos bares los viernes en la noche y, sintiéndome capaz de tomar las riendas de mi propia vida, decidí irme de casa de mis padres para buscar mi propio camino y futuro. Recuerdo que me mudé a compartir un apartamento con dos amigos más. Vivíamos en el barrio La Macarena, en la zona céntrica de Bogotá.
En el 2006 fue cuando aprendí a enamorarme de la música. Fue ese año en especial, en el que adopté definitivamente esta hermosa labor como mi estilo de vida. Fue un año que me pareció que no terminaría nunca, en el que trabajé como nunca e hice mío el arte de escribir canciones. Ahora que lo pienso, podría decir que el 2006 partió mi vida en dos.
Recuerdo también que fue en esa época cuando decidieron cambiar la fecha de Rock Al Parque, ya que el mes en el que normalmente se realizaba, llovía mucho. Ese 2006, en particular, llovió y cayó tanto granizo durante el primer día de Festival que la ciudad entera colapsó y se volvió completamente blanca. Fue un diluvio monumental el que vivimos y cuyas sorprendentes postales muchos guardamos todavía en nuestra memoria.
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"Aprendí a enamorarme de la música. Fue ese año en especial, en el que adopté esta hermosa labor como mi estilo de vida".
Finalizaba el año cuando decidí dejar el trabajo que tenía, el de vendedor de instrumentos musicales; sentí que ya había pasado varias pruebas y que finalmente había llegado el momento de dedicarme de lleno a mi proyecto musical como solista. Ese 2006 fue cuando comenzó, podríamos decir que formalmente, lo que hoy en día ustedes conocen como Manuel Medrano.
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