Tuvieron que pasar cinco años y once meses para que Manuel Medrano estrenara su segundo larga duración, un disco muy esperado por los seguidores que capturó en 2015 con su álbum debut homónimo y que lo catapultó como uno de los cantautores más prometedores de América Latina.
Por Sebastián Peña | @ SebasNews
Muchos han visto el lanzamiento de Eterno como el gran regreso de Manuel Medrano, pero la verdad es que nunca se fue.
A su primera era musical, con la que ganó los premios Shock y Latin Grammy a Mejor álbum cantautor & Mejor Nuevo Artista, le sacó el jugo por mucho tiempo con conciertos, videos musicales y remixes.
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Luego, cuando creyó que ya tenía todo listo para un nuevo álbum, se dio la oportunidad de trabajar con otros músicos y explorar sonoridades con las que nunca había trabajado. De ahí el público pudo escuchar los temas Buena, Mi Otra Mitad y Cielo con Nile Rodgers, canciones que no hacen parte de su nuevo álbum, pero que sirvieron para que Medrano se diera cuenta de la necesidad de reconocerse como un artista de discos.
Este proyecto fue grabado y producido entre 2020 y 2021 en los estudios de El Desierto en México y El Altar en Colombia, dos lugares especiales para Manuel Medrano que se identifica como un amante de la montaña. Estos lugares de grabación están apartados del estrés que generan las ciudades capitales, tienen una magia especial para desenchufarse del mundo y conectarse con la esencia de la creación de música.
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El disco abre con el tema Tengo que llegar a tiempo y, de cierta forma, es la forma ideal para que Medrano les diga a todos los que reconocen su apellido con la música “estoy aquí con una nueva recarga de honestidad y arte”.
Son 12 canciones que tienen su propio universo, pero que están profundamente conectadas con la interpretación de Medrano, su forma de componer, su manera de ver el amor y las relaciones.
Además, es una declaración del profundo amor de Medrano por Bogotá, la ciudad en la que vive desde los tres años y el territorio que lo inspiró a convertirse en contador de historias.
En Eterno , un nombre que eligió por su conexión con las energías del universo, sus creencias y pensamientos, Medrano deja ver su pasión por los sonidos que convergen en un país como Colombia, territorio donde abunda la herencia africana e indígena y que obtiene una riqueza cultural inmensa por la cordillera de los Andes, la región insular, los mares y extensos ríos.
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Este disco, que en esencia es rock, tiene tracks en los que el músico nacido en Cartagena hace una interpretación muy personal de géneros que lo han acompañado durante toda su vida como el bambuco, la champeta, el reggae, el bolero, la balada y el pop latino.
Para este proyecto trabajó como co-productor de la mano de su amigo Juan Pablo Vega, un disco que tiene pistas dignas de sincronizarse en películas colombianas que se proyecten en pantallas grandes de salas de cine de todo el mundo.
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Un álbum para escuchar a todo volumen y dejarse llevar por un viaje que se siente "eterno", pero que lamentablemente tiene inicio y final.
Lo que sí no tendrá final es el impacto causado por Medrano en la música nacional, sus temas hacen parte del ADN del arte colombiano y su nombre está grabado en la mente de muchas personas por el poder de sus canciones.
- En video | Manuel Medrano reacciona a lo que se dice de él en Twitter - Shock
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