Como la historia de muchos otros cantantes, María Isabella Álvarez se inició en la música en el coro de su colegio. Y aunque en principio no fue aceptada, no frenó su sueño de hacer música. Mejoró en su canto al tiempo que aprendió a tocar piano y se enamoró de la composición y las tonalidades vocales. Ahora lanzó, como Bella Álvarez (el nombre artístico que eligió), su primer álbum: Canciones para una casa chiquita .
Por Sebastián Peña | @SebasNews
Cuando Bella Álvarez salió del colegio tenía un proyecto con sus amigos de Bello, Antioquia, en el que empezó a explorar su sonido. Luego entró a la universidad a estudiar Canto Popular, un programa académico que la llevó a adentrarse en aspectos más profundos de la música y a elevar su creatividad.
En 2019 estrenó un EP de seis canciones que tituló Hortalizas y Flores , un proyecto lleno de fantasía e imaginación con el que mostró su talento para las letras.
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Este trabajo llegó a muchos lugares de América Latina gracias a la omnipresencia de las plataformas digitales. El EP, entre lo bello y divino, fue hecho en un formato íntimo y llevó a Bella a ponerse expectativas grandes para su primer larga duración.
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La idea de publicar un disco la hizo interesarse por grabar las canciones a gran escala, en formato amplio y con una exigencia mayor a nivel de arreglos. “En el momento en que planeé el disco no imaginé que todo resultara como resultó, el álbum es muy diverso, canciones diferentes que se conectan entre sí y que nacieron como lo iba imaginando”, añade Bella.
Canciones para una casa chiquita es un disco de 39 minutos y 38 segundos. Contiene 12 canciones que se sienten como una sobredosis de honestidad de parte de la cantautora antioqueña .
A lo largo del disco hay diferentes etapas, estados de ánimo y hasta climas que lo llevan a ser un disco con muchos niveles, pero que se conectan intensamente con la calidez vocal de Bella.
Discos como este demuestran que el poder del cantautor jamás se va a extinguir y que las letras tienen mayor fuerza cuando su creador o creadora es quien las interpreta. La conexión que el oyente puede tener con Bella a través de su música es gigante y, sin necesidad de hablar directamente con ella, se crea una relación profunda difícil de cortar.
Esta nueva entidad que les presento llegó a mi en forma de canción chiquita, una nostalgia con alas de madera susurró a mi oído: somos una bandada de alas en el cielo, fenómenos pasajeros: Bella Álvarez
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La cantante cuenta tema a tema lo que es este álbum, Canciones para una casa chiquita.
- Corocoro Rojo
Una canción que compuse estando frente al mar en Necoclí con mis amigos. Tomé el cuatro y empecé a cantar sobre un tema que estaba rondando en mi cabeza. Pensaba en el amor y en lo diferente que es, me preguntaba “¿por qué cada amor es diferente?” si el amor es mirarse uno a través de los ojos del otro.
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- Mis cosas favoritas
Tiene una carga emocional gigantesca y habla mucho de entregarle a alguien las cosas favoritas como mostrarle una canción, recomendarle mirar algo, etc. Uno se comparte en un montón de detalles que se transforman y uno no sabe si son sus cosas favoritas. Es un relato personal de esa sensación que tuve al momento de entregarme.
- La Siembra
La escribí en unos días muy soleados en la casa de mi mamá en el campo. Estaba sembrando cosas, empecé a pensar en una pareja ficticia en mi mente y a imaginar un montón de cosas super bonitas. Ahí fue que me nació pensar en lo romántico que es la siembra.
- Se te olvidó
Es muy triste, pero tiene un ritmo muy feliz mientras digo que no voy a regresar, que no voy a estar y que digo adiós. Va conectada con ‘Mis Cosas Favoritas’ y creo que tiene un poco de esperanza también.
- Montañas Blancas
Siento que es la canción más difícil de compartir porque es demasiado pesada, yo estaba en un momento muy triste y oscuro, sentía la sensación de querer arrancarme de la vida de muchas personas y no sabía por qué. En algún momento de la vida muchas personas hemos estado así, sintiendo ese tipo de cosas.
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Cercano y Dorado
La hice durante la cuarentena y es de las que más me gusta porque sentí que cambié muchísimo cuando la logré. Habla de profecías, es muy poética y con ella me solté bastante en la composición.
- La Fiesta
Nunca había hecho una canción con este aire, es muy sencilla y la letra es sencilla, pero básicamente hablo que a veces las cosas parecen que son de una manera y luego te das cuenta que no. Los sentidos nos engañan, los sentidos son una construcción de nuestros sentimientos y uno no se da cuenta de eso. Es una canción que está compuesta de una forma diferente porque es una búsqueda.
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- Por qué lo hiciste
Es un tema enojado, pero tierna. Un reclamo chiquito a alguien que falló. Las personas han conectado mucho con este reclamo porque en algún momento a todos nos ha atravesado esa pregunta.
- La Vibración
Era una canción que en un principio era un mantra que cantaba sola y que no pensé que iba a compartir. Soy yo diciéndome un montón de cosas, por las voces se siente muy tibetana como para meditar, pero es oscura en una forma muy bonita.
- No + chicos tristes
Es un himno que hice en un momento en que tenía un montón de pensamientos. Ahora la escucho y me da risa porque digo “ay, bella, estabas muy enojada o qué”. Los sonidos son bonitos y siento que juego mucho con los paisajes sonoros.
- Pequeños Hombres
Es una canción que cuando la canto me imagino en medio de la ciudad, en un lugar alto, cantándole a un montón de hombres pequeñitos que están en automático y no saben hacía dónde van. Va de la mano de ‘Cercano y Dorado’, son canciones hermanas.
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- Casa chiquita
Es una canción muy chiquita y dice lo que tiene que decir, cierra el disco con todas las cosas que quise y me alejaron de mí. Toda la narrativa del disco se reduce a esta canción.
¡La música nos une!