Las películas argentinas me apasionan. Aunque no se puede generalizar, los referentes positivos son abundantes: 'El Secreto de sus Ojos', 'Un cuento chino' y 'El Estudiante' , algunas de las más contemporáneas vistas en nuestro país.
Por: Luis Fernando Mayolo - @Mayolito
¿El secreto? buenos narradores. El guión es su especialidad, las historias atrapan desde su planteamiento y en el desarrollo no se desinflan.
Este es el caso de ' Wakolda' (ver tráiler), cinta que se estrenó este fin de semana en Colombia, con las mejores recomendaciones de este año, porque aunque no estuvo nominada a los Oscar, sí fue la escogida por el país gaucho para representarlos, y estuvo entre las seleccionadas por los Goya dentro de la sección de Mejor película Iberoamericana.
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Con un planteamiento sencillo sobre uno de los personajes más enigmáticos y macabros de la historia de la humanidad, Josef Mengele , la directora Lucía Puenzo cuenta la historia del 'Ángel de la muerte' en su paso por Argentina luego de la Segunda Guerra Mundial , basada en su propio libro.
Lo interesante de la historia es la aproximación al personaje perteneciente al alto mando Nazi y sus experimentos genéticos en las familias argentinas, y la complicidad de toda una organización de civiles para ocultarlo durante mucho tiempo.
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Sin puntos de giro demasiado evidentes, el espectador será guiado por la directora sin sobresaltos, ni grandes sorpresas, manteniendo el suspenso gracias a lo aterrador del personaje, lo impresionante de la historia y sus prácticas en los bellos parajes de Bariloche.
La posible certeza de que los hechos en realidad sucedieron es el ingrediente necesario para terminar completamente involucrado en la trama, así al final quede la sensación de un cierre sin la contundencia esperada.
Excelente actuación de Diego Peretti (Enzo), quien asume la responsabilidad de ser el único que intenta cuestionar las prácticas del Nazi, y de Florencia Bado como Lilith, la directamente afectada por los experimentos; y satisfactoria la de Àlex Brendemühl (Mengele), la encarnación física del mismo Hitler sin recurrir a la sobreactuación.
Si hay un punto flaco sería el de la interpretación de Natalia Oreiro (Eva), porque no convence con su complacencia, falta de cuestionamiento y ese sexto sentido de las madres para oler el peligro y reaccionar ante la adversidad. Un personaje muy plano cegado por el amor.
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Este fin de semana la película arrancó con 3712 espectadores. Al final como siempre, usted tiene la última palabra.