En la primera jornada de paro nacional el 28 de abril una escena llamó la atención en redes sociales: un grupo de personas trans bailando voguing ante la Policía en el marco de las protestas.
Su baile no era cualquiera: se trató del voguing, un estilo que se caracteriza por sus movimientos precisos , y posturas arriesgadas, imitando las poses editoriales de la revista Vogue.
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Para Neni Nova, una de las personas que hizo voguing en las protestas, no era la primera vez que usaba el espacio público. Hace unos pocos días, su "vogue-guaracha" en una estación de Transmilenio, junto a otras compañeras se hizo viral. “No dimensionamos el éxito que iba a tener el video. Sabíamos que iba a tener un impacto, pero sobrepasó lo que imaginábamos. Estamos super felices de representar desde el arte”, cuenta.
“A raíz de lo viral que se hizo el primer video, vimos una plataforma en la que podíamos dejar un mensaje. Ya habíamos pensado en ir a la marcha con otro grupo de vogueras, dijimos “grabemos el volumen 2 en la marca”. Queríamos que se viera lo que se vivió en la marcha, mucha gente reunida con alegría expresándose a través del arte y también quisimos dejar ese precedente de resistencia. Esta es nuestra manera de resistir, de decir “estamos inconformes y queremos un cambio”.
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Neni aclara que lo que vimos fue una variante del vogue, conocida como vogue fem, influenciada por el jazz y el baile contemporáneo. “Para mí es un “mood”, más que un estilo de baile. Es un arte performático que te empuja desde el autoconocimiento, requiere un empoderamiento, seguridad. Más allá de hacer pasos de baile es contar una historia desde la performatividad que es muy exagerada femenina, muy dramática, pero también puede ser suave. Para mí, es una expresión de arte totalmente revolucionaria porque quiere decir “aquí estoy yo con mi cuerpo trans, resistiendo, con el baile, con la danza”.
El voguing surgió en la década de los 80 en el seno de la comunidad LGTBI afroamericana en el Nueva York. Su auge fue en la escena ballroom, donde ocurrían desfiles transgénero y batallas de baile entre drag Queens negras y latinas de las diferentes casas. Más que un baile, el voguing fue la forma de expresión social de una comunidad marginada y discriminada.
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Durante los 80, la representación de la comunidad LGBT era prácticamente nula y el voguing fue su mejor herramienta para narrar sus historias y sentir que formaban parte de algo. Por lo general los “voguers” hacían imitaciones y parodias de personajes y estereotipos de la feminidad y la cultura pop del momento.
El voguing llegó al mainstream gracias al documental Paris is Burning y a Vogue, de Madonna , a comienzos de los 90. Desde entonces se ha mantenido como un fenómeno global y ha ganado relevancia recientemente gracias a series como Pose y RuPaul Drag Race . Pero no hay que olvidar que el objetivo desde su origen siempre fue de confrontar y desafiar, y según lo que vimos en las marchas en Bogotá, lo sigue siendo.