¿Seguimos alimentado la caricatura de lo latino que tiene el universo anglo? ¿Lady Gaga le dio la talla al homenaje a David Bowie? ¿Justin Bieber calló bocas o fue solo bozo? Las preguntas que nos dejan los Grammy 2016.
Se llevó a cabo una edición más de los premios que, desde hace un buen tiempo, se autodenominan como los más importantes de la música. La edición número 58 no fue precisamente una de las mejores y la gran mayoría de sus shows no se robaron la atención del público. Fallas técnicas fueron contraproducentes incluso para presentaciones tan impecables como la de Adele. El show de Justin Bieber, Diplo y Skrillex era esperado como uno de los mejores y más enérgicos porque iban a tocar en vivo uno de los palos del año, Where Are Ü Now, pero tampoco logró convencer, se quedó sin fuerza y nos quedaron debiendo un estallido a la altura de los supuestos patrones de la fiesta mundial. De todas formas, Justin Bieber y su bozo se salvaron porque demostraron a quienes aún no lo creen, que el ex-YouTube star es un tremendo cantante, luego de interpretar en formato acústico Love Yourself .
No todo es lúgubre en esta fiesta musical (por más irónica que suene la frase): Lady Gaga le rindió un homenaje con altura a David Bowie, Alabama Shakes se paró con potencia en el escenario para demostrar porqué son una bocanada de aire fresco para el rock, y Gary Clark Jr. fue el comandante del homenaje certero a B.B King. Uno de los mejores shows estuvo a cargo de Kendrick Lamar, el rapero de Compton, que supo demostrar porqué es uno de los actos más importantes de hip hop hoy en día (razón de sobra para que muchos pensaran que el Grammy a Álbum del año era suyo y no de Taylor Swift, la reina de oro y al parecer intocable de los Grammys).
El acto de cierre estuvo a cargo de Pitbull, acompañado por Travis Barker, Joe Perry y Robin Thicke (sí, el mismo autor material de Blurred Lines que sigue buscando cómo mantenerse en el foco de atención). El taxi , una de las canciones más sonadas, bailadas y criticadas del 2015, fue el cierre más inesperado por donde se le viera. La Academia había puesto en fuego bajo esa sorpresa horas antes cuando, en una de las categorías más amorfas y empacadas a las malas de los premios -Mejor Álbum de Rock Latino-, decidió compartir el merecidísimo gramófono de Natalia Lafourcade con Pitbull. Dos ganadores en una competencia sin pies ni cabeza, donde tal vez lo único que tenían en común sus integrantes es que tienen que pedir visa para entrar a Estados Unidos. Y ni eso, porque Pitbull es de Miami. Horas más tarde, luego de las tres tediosas horas de ceremonia se anunció el acto de cierre a cargo de Pitbull quien entró sin Osmani García a cantar ese veneno adictivo conocido como El taxi . No contento con eso, apareció uno de los paradigmas de la cultura latina, perdida entre una celebración de Halloween y un video de reggaetón, disfrazada de taxi y ayudando a que el paisaje fuera aun más pintoresco. Si no vieron la ceremonia, lo que le han contado es cierto: Sofía Vergara se lo paró a Pitbull en plena tarima de los Grammys. El taxi, por supuesto.
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Los interrogantes quedan abiertos: ¿Lo de Sofía Vergara fue la exotización de la latina? ¿Seguimos alimentando una caricatura? ¿Por qué los latinos no podíamos estar representados por otra faceta de nuestra cultura en manos de, por ejemplo, la propia co-ganadora del Grammy Natalia Lafourcade o hasta el propio Rubén Blades?
Lanzamos la pregunta en Twitter durante la transmisión y esto es lo que opinó la gente. El debate sigue abierto.
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*Fotos: Gettyimages.