¿Quién dijo que una mujer no puede tener fantasías, las mismas en las que la amarran en algún lado, la obligan a tener sexo salvaje, que disfruta como ninfómana de película, que finalmente termina en un orgasmo perfecto y con un compañero, que puede echar de la casa cuando termine, o disfrutarlo un ratico más, hasta que se canse?
Por: Johana Arroyave / @JohanaArroyave
¿Qué dirían ustedes si alguna vez nos salimos del protocolo arcaico que creó la sociedad y somos nosotras las que nos levantamos “arrechas”, con ganas de un “mañanero”, les decimos a ustedes la frase “mañé” que han usado por años, “déjese querer que no le va a doler”, les arrancamos la ropa y los llevamos a otro universo? O, ¿si a la mañana siguiente, después de toda una noche de película porno, revuelto de cobijas y pocas palabras amorosas, es ella la que se levanta de la cama, se viste, pide un taxi y se va sin mirar atrás, ni dejar noticas y mucho menos promesas de llamadas?
Publicidad
¿Por qué el sexo para una mujer y un hombre tiene que ser diferente?
No sé hace cuánto se crearon las reglas donde se especifica que nos tenemos que hacer las rogadas e indiferentes, por miedo a parecer fáciles, que “la que muestra el hambre no come” y también, “qué miedo que le cuente a alguien que me comió”. Me sigo cuestionando, por qué aún existen quienes creen que el sexo es un tabú, en el que solo pueden disfrutar los hombres y que la mujer, para lo único que fue creada, fue para engendrar hijos.
Me sigue sorprendiendo que todavía existan argumentos tan vacíos, como que no podemos amanecer en la cama de nadie, pero sobre todo, que nos convirtamos en unas regaladas porque decidamos con quién sí, con quien no, con quién tal vez y con quién nunca. Además ¡qué vergüenza salir al día siguiente del apartamento de alguien! Por favor, ¡que se avergüencen los que no tienen sexo!
Publicidad
¿De cuándo a acá, el número de hombres con el que esté una chica tiene que definir qué tan buena mujer es, o que porque escriba de sexo, soy mejor o peor novia? Creo que es hora de entender que una mujer no es la villana del cuento de hadas, si decide probar a más de un “príncipe” y que no se convierte en la bruja malvada, si su elección es no formalizar una relación.
Deberíamos ponerlos en la tarea de dejar de ser tan hipócritas e ir a la cama desnudas de verdad, de cuerpo y mente, sin los pesados trajes del prejuicio, aprender que no hay nada que perder, si la mujer es quien desea, se muestra ansiosa y con ganas de una revolcadita.
Quitarnos de encima el tradicional juego del tire y afloje, donde nos da miedo que nos tilden de fáciles y “perras”, el mismo donde el tipo se pone el reto de conquistar a la más difícil, solo por el placer de llevársela a la cama y aun sabiendo que ambos quieren lo mismo: una noche de sexo, insisten en jugar sus roles preestablecidos. Entonces, ella se comportará distante, otras veces insinuante, como si tuviera un trastorno bipolar y él, con sus dotes de Don Juan, sacará pecho como un pavo real, hasta lograr el objetivo y sacar una pieza.
Deje de ser la princesa de cuento de hadas, que está encerrada esperando a que la rescaten. Estoy plenamente convencida, que a los hombres también les gusta que los seduzcan, que les envíen un texto “hot” de vez en cuando, que tomen la iniciativa y que demuestren que no son independientes y seguras solo para pagar la cuenta.
Publicidad
Valdría la pena entender, que seducir no significa dejar de ser unas damas o las mejores de su carrera, que disfrutar del sexo no les hace perder credibilidad en ningún aspecto de sus vidas, que usted sea una profesional en su campo y bastante reconocida, no significa que no le den ganas de echarse un polvo o disculpe que me le meta así en el rancho, como dirían las abuelas, pero acaso ¿usted le ha preguntado al señor Santos, cuántas mujeres se ha comido en su vida y dependiendo de la respuesta, eso lo hace mejor o peor presidente?
Publicidad
Solo por un día, relájese y disfrute de los deliciosos momentos de tensión que se generan con una buena sesión de coqueteo.
Vea también: 30 canciones para tener sexo sin control