Lo realmente grave de ir a cine no es pagar la boleta o el susto por el precio de las crispetas, son los vecinos que tenemos que soportar algunas veces y que nos hacen odiar haber escogido ese plan. No falta el que se levanta cada cinco minutos, el que llega tarde y tras del hecho hablando, el par de enamorados que no les alcanzó para el motel y pagaron entrada a cine.
No podremos comparar cuál de los anteriores es más fastidioso pero sí podemos mostrarles cómo se ven cuando hacen este tipo de actos. Los comediantes de 5 Minutitos Más hicieron un completo sketch de lo incomodo que puede llegar a ser ir a una sala de cine. Por favor, por el amor de su dios, no sean así.
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