Que tire la primera piedra el que no lo haya hecho. Siempre que alguien se cae, es inevitable soltar la carcajada. Y si hay sangre o barro, más difícil aún de controlar. Claro, algunos logran minimizarlo a una risita diplomática y no falta el autocontrolado que en vez de reírse corre a ayudar haciendo quedar mal a los demás.
Pero una vez más la ciencia ha llegado a ayudarnos y a explicar por qué sucede todo esto. William Fry, siquiatra de la Universidad de Stanford, explicó que hay "condiciones fantasma" que traicionan a nuestros nervios y que se disparan cuando vemos a la víctima levantarse. Por eso, no se sientan mal, no son una malas personas; es su sistema nervioso el que tuvo la culpa.
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