¿Por qué hay una marcha trans que se separa de la del Orgullo LGBTIQ?

La Red Comunitaria Trans, una organización del barrio Santa Fé, fundada y liderada por trabajadoras sexuales trans, anunció que realizará su cuarta marcha trans el 5 de julio en Bogotá, junto con otras organizaciones aliadas (punto de encuentro: Calle 21 #16A-66 a las 3PM). El año pasado, después de un tremendo esfuerzo colectivo, esta organización no pudo estar presente con su carroza en la Marcha del Orgullo LGBTI en Bogotá por negligencia de la Alcaldía. Así lo retrata el emocionante documental La Primavera Trans del director Juan David Pelos Ozico. ¿Por qué hay esta separación?

Por: Matilda González Gil // @MATIGONZALEZGIL

Yoko Ruiz, directora de la Red Comunitaria Trans, explica que esta iniciativa no busca competir con el día de la Marcha del Orgullo, pero sí busca diferenciarse de la misma: “muchas personas trans no nos sentimos representadas en la Marcha Gay porque sentimos que se ha convetido en un evento centrado en los negocios de los bares de gays blancos y privilegiados, a los que ni siquiera nos dejan entrar por sus prejuicios de que todas somos criminales peligrosas”.

Yoko también cuenta que historicámente las organizaciones LGBTI han mantenido una relación extractivista con las personas trans , donde la mayoría de las veces se acercan para sacar información para sus informes de derechos humanos o para incluir fotos en sus campañas de comunicación, pero casi nunca hay personas trans en lugares donde puedan decidir el que hacer de la organización: “queremos un movimiento que haga visible que las personas trans somos discriminadas dentro del movimiento de gays y lesbianas, que se ha convertido en un sistema burocrático que excluye nuestras voces y necesidades. No es un movimiento respetuoso de nuestra participación, ha perdido su contenido político y es anti-democratico”.

Fotos Getty Images y Shock

¿CUÁL ES EL OBJETIVO DE LA MARCHA TRANS?

Tradicionalmente buscaba hacer honor a la vida de las mujeres trans asesinadas y se hacía un recorrido por el barrio Santa Fé. Este año el eje central sigue siendo la denuncia de la violencia y la impunidad que existe alrededor de la violencia transfóbica , pero tiene un enfoque “interseccional”. Es decir, reconoce que existen diferentes tipos de sistemas de opresión que actúan de forma compleja . Por ejemplo, no es lo mismo a lo que se enfrenta una mujer trans blanca con privilegios de clase, que un hombre trans afrodescendiente porque a ambos los afecta diferente el género, la raza y la clase social.

Por eso este año se la juegan por una agenda política que es liderada por mujeres y hombres trans, y personas no binarias, pero que busca llamar a la acción para que se tomen medidas serias y dejen de matar a los líderes sociales; se reconozcan los derechos de las putas y haya claridad con respecto a las normas que deben proteger y desestigmatizar el trabajo sexual; se le diga “sí” a los ríos y a la naturaleza, y un “no” rotundo y sin titubeos al fracking; las drogas dejen de ser un tabú y los habitantes de calle puedan vivir sus vidas como les dé la gana con acceso a todos sus derechos, sin que a toda hora se les esté “higienizando” para que parezcan más limpiesitos; y que las cárceles y la policía dejen de existir por ser instituciones estatales esencialmente violentas con las poblaciones más excluidas.

EL DIVORCIO DEL CONSERVADURISMO LGBTI

En otras partes del mundo, las personas trans también se están divorciando del conservadurismo del movimiento LGBTI. Por eso hablé con Kade Cahe , persona activista, trans, no binaria, negra e inmigrante de República Dominicana que vive en Nueva York. El identificarse como una “persona no binaria”, implica para Kade que “no soy ni hombre ni mujer, soy un Ying-Yang y siento que cada tanto voy cambiando de piel”.

Kade hace parte del Audre Lord Project , una organización fundada en 1994 en Nueva York para la organización comunitaria de lesbianas, gay, bisexuales, personas dos espíritus, trans y no binarias afrodescendientes, indígenas, latinas, caribeñas y asiáticas. Consideran que ni la policía ni la cárcel soluciona los problemas que ocurren en sus comunidades. Al contrario, los agudiza y empeora.

Kade está en un programa de seguridad comunitaria que tiene como objetivo desescalar los conflictos y realizar intervenciones que no se apoyan en la policía . Cuando ocurre un evento violento un equipo con pañoletas en sus brazos se acercan al lugar para desescalar el conflicto y mediar en soluciones: “se tienen conversaciones con todos los implicados para entender la dimensión del daño y hay procesos de responsabilidad que tienen en cuenta las voces de las víctimas para la repararlos. Por ejemplo, que los responsables no se acerquen a la comunidad hasta que cumplan con ciertos compromisos”. Se centran en cambiar los comportamientos de los victimarios para que no los repitan, les preguntan por qué hacen lo que hacen, les enseñan a pedir ayuda y les ofrecen talleres sobre masculinidad tóxica. “ Creemos que hay que abolir la policía y la cárcel, y en la posibilidad de transformación de las personas. A mi me gusta explicarlo con una pregunta: ‘¿cómo tratarías al ladrón de tu familia?’”.

Al igual que en Colombia, en Nueva York se realiza un Día de la Acción Trans diferente del día de la Marcha del Orgullo LGBTI, que “aunque fue impulsado por personas trans negras, habitantes de calle y trabajadoras sexuales que se oponían a la policía y a la criminalización estatal, hoy es más un desfile que una marcha que no representa los intereses de las personas LGBTI más marginadas”.

¿POR QUÉ MARCHO TRANS?

Marcho trans porque es una alternativa política con la que me identifico. He trabajado en organizaciones internacionales, medios de comunicación, academia y ONG “LGBTI”, en donde he intentado una y otra vez buscar espacios donde las personas trans podamos tener espacios autónomos y nuestras voces tengan una incidencia real. El desgaste emocional y el exceso de trabajo que implica nadar contra la corriente en espacios que se las dan de progres de dientes para afuera me ha resultado absolutamente frustrante.

Marcho trans porque me siento profundamente identificada con la escena del documental La Primavera Trans donde las integrantes de la organización se dan cuenta de que les han desvalijado su carroza. Marcho por la rabia, la injusticia y el dolor que produce la censura en espacios que nos usan para decir que son súper liberales.

Marcho contra los machitos censuradores; contra los gays y lesbianas que nos usan como fichas para conseguir recursos, pero no se atreven a cuestionarse sus privilegios ni a comprometerse a cambios estructurales en el movimiento LGBT I; contra la utilización de poblaciones históricamente discriminadas y contra los que se niegan a sostener relaciones horizontales nosotras; contra la policía que no deja putear a mis amigas en paz ni nos deja fumar un porro tranquilas; contra el sistema carcelario, los manes que sólo me ven como su botadero de semen y todos los maridos maltratadores de mis amigas.

Marcho porque no me queda de otra. Marcho para engañarme a mí misma, para decirme que aún me queda energía y que no todo en nuestra vida son desilusiones, dolores e injusticias: para decirme que otras alternativas son posibles. Marcho porque jamás les volveré a dar el privilegio de mi silencio, porque tengo voz y me niego a dejarme tratar como la mascota del equipo. 

Marcho con rabia y agotamiento, mientras me pregunto para dónde vamos y qué sigue. Tenemos un movimiento trans primordialmente reactivo y me pregunto si será posible organizarnos con objetivos concretos y realistas; si llegará el día en el que estemos lo suficientemente organizadas como para tener un mapa de navegación más claro que tenga resultados concretos y medibles en nuestras vidas.

Sobretodo marcho porque me sueño un movimiento trans más organizado y eficiente; y una marcha trans que tiene como punto de partida irse de relaciones tóxicas para atreverse a construir otros caminos alternativos, me parece un buen comienzo.

PASADO Y FUTURO DEL MOVIMIENTO TRANS

Este año la marcha trans estará acompañada de una semana con eventos paralelos en diferentes partes de Bogotá. El martes 2 de julio a las 6 de la tarde se realizará el lanzamiento del libro Sueños Furiosos: aportes para la construcción de una agenda política trans , publicado por el Instituto de Desigualdad y Democracia de la Universidad de California (UCLA). Es el resultado de un curso que dictamos entre la profesora Amy Ritterbusch y yo hace tres años en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, con el apoyo de Caribe Afirmativo, Colombia Diversa y Santamaría Fundación. Le preguntamos a alrededor de 20 líderes trans de todo el país cuál era su sueño trans con el fin de fijar objetivos más claros en el movimiento trans colombiano.

El lanzamiento se realizará con la organización Sentiido en las oficinas de Google Colombia (Carrera 11ª #94-45, Piso 8), para lo cual debe llenarse un formulario que Sentido rotará en sus redes sociales . También habrá streaming en vivo.

El jueves 4 de julio, de la mano del artista Manu Mojito , se exhibirán diferentes obras artísticas de la Red Comunitaria Trans que se han realizado en colaboración con otros artistas.  Esta exposición recorrerá 8 años del activismo de la Red en la Galería Crispeta (Carrera 9 #61-84).