El Pole Dance o Pole Sport es una disciplina para hombres y mujeres que exige flexibilidad, fuerza, equilibrio y resistencia. Este deporte combina principalmente la danza y la acrobacia, por lo que los atletas deben desarrollar destrezas tanto físicas como de expresión corporal. Un ejemplo de esto puede verse en el paralelismo entre el Pole Dance y el Ballet como lo muestran @marioncrampe y @alex_shchukin . En los últimos años ha habido un auge del Pole Sport en Colombia gracias al trabajo colectivo de una comunidad que busca crecer y consolidarse.
Por Juliana María Ospina Deaza, Juan Camilo Ospina Deaza.
A grandes rasgos, el Pole Dance se divide entre el Pole Sport y el Pole Art. Sin embargo, existen múltiples vertientes como lo son Ultra Pole, Pole Urbano, Pole Theatre, Exotic Pole entre otros. En ámbitos competitivos se juzga por medio de un código de puntos. El Pole Art, fomenta la creatividad y potencia la libertad de expresión con más énfasis en la interpretación artística. Éste es juzgado por las nuevas reglas de la serie Freestyle Pole, que no incluye un código de puntos, y se enfoca más en el arte, la coreografía y la musicalidad.
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Alrededor de esta práctica existen varios tabúes. Entre ellos se encuentra la vestimenta. Para practicar Pole Dance en la mayoría de los casos se utiliza poca ropa para facilitar los agarres haciéndolos más fuertes gracias a la adhesión de la piel al tubo ya que la ropa posee menos adherencia al tubo. Usualmente se utilizan shorts y tops. Esta vestimenta se usa también para no limitar la amplitud de los movimientos, esto podemos encontrarlo también en otros deportes como el atletismo o la gimnasia rítmica.
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Otro de los tabúes gira en torno a las preguntas ¿Quiénes “deben” practicar Pole Dance? y ¿Es necesario tener proporciones corporales específicas para practicarlo? Por un lado, es importante aclarar que no hay una edad estándar para empezar a practicar: desde niños hasta adultos mayores pueden hacer Pole Dance. Ejemplos de ello son la colombiana Lucia Sánchez Rangel ganadora en tercer lugar en el campeonato mundial de Pole 2018 en España en la categoría Junior 15- 17 años; y Tomoko, una mujer de 70 años que practica Pole Dance y deslumbró con sus habilidades en un programa italiano en 2016.
Por otro lado, tampoco se requiere tener un cuerpo o peso específico. De hecho, a través del Pole Dance se genera una conexión con el cuerpo que permite reconocer no solo su estética, sino las habilidades que posee y como se convierte en un instrumento para la expresión de múltiples ideas. Así lo demuestran, por ejemplo, José Luis Gutiérrez ( @robotjl_18 ) o para referirnos a un caso más local María Cristina Medina, quienes son atletas de Pole Sport con movilidad reducida.
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Es fundamental hacer una breve contextualización sobre el Pole Dance. En el 2012 se llevó a cabo el primer campeonato mundial organizado por la Federación Internacional de Pole Sport, a partir de entonces se ha ido realizado anualmente. La primera vez que Colombia asistió fue en Inglaterra 2014; ese mismo año se efectuó el primer campeonato nacional de Pole Sport Colombia en Medellín. Más allá de desaparecer, el baile del tubo o de barra sirvió como fuente de inspiración para el nacimiento de un nuevo deporte, el Pole Sport.
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A nivel mundial ha habido un movimiento para convertir oficialmente esta práctica en un deporte olímpico con el ánimo de superar su estigmatización. Pero antes de ser considerado por el Comité Olímpico Internacional, un deporte tiene que ser aprobado por el SportAccord, que es la unión internacional de federaciones deportivas. Katie Coates explica que “Para ser considerados por el SportAccord debes de tener por lo menos a 40 federaciones asociadas en cuatro continentes, así como cumplir con los requerimientos de la Agencia Mundial Antidopaje. Nosotros nos adherimos al programa de la AMA en 2013 y este año realizamos por primera vez controles en el mundial y ningún atleta dio positivo”. Aunque para muchos pueda resultar inesperado, el reconocimiento del Pole Dance no debería sonar tan descabellado si lo pensamos un poco.
Esta práctica ha recorrido un largo camino en los últimos años, pasando de estar estrictamente asociada a las 'bailarinas exóticas' de los clubes nocturnos a ser todo un movimiento de autoempoderamiento que alimenta la confianza y el autoestima. En muchos casos, el Pole Dance se practica para mantenerse en forma y está representado oficialmente por la International Pole Sports Federation (IPSF), cuya meta es "promover positivamente el Pole como un deporte atlético". Colombia también cuenta con su propia federación de Pole Sport y ha logrado agrupar profesionales, empresas y escuelas para promover esta práctica en nuestro país. La Federación Colombiana de Pole Sport fue creada en el año 2014 pero, se empezó a llamar así desde el 2017.
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Otro tema para destacar de la práctica del Pole Dance es su efecto positivo en la autoestima de las personas que lo practican. El Pole Dance tiene la capacidad de retar constantemente a quienes lo practican. Los retos más evidentes son los retos físicos expresados en la exigencia de fuerza y flexibilidad para ciertas posturas sin embargo elementos como las acrobacias y la expresión corporal nos enfrentan a retos mentales donde debemos superar temores desde enfrentar a un público hasta controlar nuestro cuerpo de forma adecuada para ejecutar una acrobacia. En la medida en que dichos retos son conquistados, se genera un aumento en la confianza personal que se ve reflejado en nuestra vida cotidiana, más allá de las prácticas del deporte en sí mismo.
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Muchas personas critican el Pole Dance por su expresión corporal. Un componente que involucra este deporte es la sensualidad, sin embargo no es una parte obligatoria de las rutinas. Existen vertientes como el Sexy Pole donde la sensualidad es más predominante. Es inquietante como nuestras sociedades estigmatizan el cuerpo desnudo, el cuerpo erotizado impidiendo el reconocimiento de nuestra propia sensualidad. Aunque el Pole dance no tiene como finalidad ser sensual, es un artificio retorico separar ser sensual con ser serio o disciplinado; ¿por qué nos escandaliza apreciar lo bello? ¿Por qué debemos eliminarlo?
El Pole dance no es solo para mujeres sino también para hombres. Tal vez una de las características distintivas de este deporte es la relación que mantiene con las categorías de género ya que las cuestiona constantemente. Promueve el empoderamiento del cuerpo femenino y el reconocimiento de la sensualidad del cuerpo masculino. Como consecuencia de lo anterior entre la comunidad de profesionales se rechaza la discriminación por la orientación de género, no importa si se es heterosexual, homosexual, bisexual, asexual o cualquier forma de identificación; lo importante son sus habilidades y destrezas a la hora de crear y ejecutar una rutina de Pole.
No hay que aceptar comentarios que denigran a las mujeres y hombres que practican este deporte. Querer nuestros cuerpos, sin necesidad de buscar la validación masculina o femenina es un acto valioso de libertad. Hay que preguntarse porque consideramos esto vulgar, porque nos escandaliza un hombre o una mujer bailando por su propio disfrute pero los problemas que hay en la sociedad nos tienen sin cuidado.
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El Pole Dance como cualquier otro deporte, arte o disciplina, nos permite encontrar un ambiente donde conoceremos personas muy diferentes a nosotros pero que comparten una misma pasión. Esto nos permite acércanos a personas que de otra manera nunca hubiéramos conocido, nos expone a ideas diferentes y a estilos de vida diferentes. Es valioso como el Pole dance nos ayuda a luchar contra la imposición de ideales de cuerpo inalcanzables para las mujeres y con las demandas excesivas y absurdas que sufren los hombres dentro de la sociedad. Así, el Pole Dance permite crear un tejido social importante basado en una pasión que mejora nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. Por este motivo consideramos importante promover el Pole Dance, nuestras sociedades necesitan más espacios donde podamos explorar quienes somos tranquilamente.