El comercio informal o callejero de películas en Colombia es tan habitual como la ida al supermercado o el mismo picadito de rodillones del barrio. En todos los rincones de nuestras ciudades hay un parche numeroso de personas que encontraron su forma de subsistir vendiendo los títulos que están en cartelera, para todos aquellos que no alcanzaron a verlos en cine, la plata nos les rinde para invitar a la novia o la familia, les da pereza salir de su casa o simplemente prefieren peliculear barato.
Por estos dos mil pesos por película o tres por cinco mil, el comprador tiene además el derecho de recibir la sabiduría popular del vendedor, que con más dominio que el más snob de los críticos de cine, puede orientarlo sobre lo que puede esperar antes de escoger la historia que más se adapte a sus pretensiones. A nadie parece importarle si es o no legal, la canasta familiar no aguanta los 15 o 20 mil que vale una original.
Esta dinámica parece encontrar el mejor momento del año con la llegada de los premios Óscar. Las ventas se incrementan porque buena parte del público quiere poder juzgar con argumentos si Stallone o DiCaprio se merecen el premio, o si por el contrario son protagonistas de otra sobrevalorada producción. Con El Abrazo de la Serpiente la situación parece ser diferente, porque para fortuna e la industria la cinta no ha llegado a este mercado, tal vez porque según los vendedores el cine colombiano no parece vender como Hollywood ni en la calle. La verdad no sabemos si celebrarlo o angustiarnos.
Por eso decidimos hablar con Julieth, una de las más exitosas vendedoras del norte de Bogotá, para conocer sus favoritas, las más vendidas, lo que dicen sus clientes y lo que pasa con el cine nacional. De ñapa conocimos su opinión sobre Tarantino y Stallone. Estas son sus predicciones.
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