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Los colores no tienen género: Nada de azul para niños, rosado para niñas

¡No más estereotipos!

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Getty Images

Por estos días Brasil estrenó gobierno y entre todas las frases y cambios anunciados, se destacaron las declaraciones de la nueva Ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, quien afirmó que "los niños deben vestir de azul y las niñas de rosa". 

Por Paula Ricciulli // @ricciup 

Esta cita desató la polémica y miles de personas mostraron su desacuerdo, entre ellos el músico Caetano Veloso: 

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Más allá de la connotación machista y heteronormativa de la frase de la Ministra (quien después dijo que su declaracion se trató de una metáfora sobre respetar la "identidad biológica de los niños") nos surge la pregunta: ¿Quién fue el de la idea de que el azul es para los niños y el rosado para las niñas? ¿Por qué el resto de colores no están asociados a ningún género?

Curiosamente, y contrario a lo que dijo la Ministra Alves, hace algunos años el tema era al revés: los niños usaban rosado y las niñas azul. Desde el siglo XVIII, el rojo era un color sociado a la riqueza y la virilidad, por lo que era principalmente usado por hombres. Los niños, al ser versiones pequeñas de sus padres, usaban el rosado, que era una variación del rojo. 

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Reina Victoria y Príncipe Arturo, sí, de rosado. (Franz Xaver Winterhalter).

"La regla generalmente aceptada es rosado para los niños y azul para las niñas. La razón es que, el rosado, al ser un color más decidido y fuerte, es más apropiado para los niños, mientras que el azul, es más delicado y bello para las niñas", según un artículo de Earnshaw's, publicado en 1918, citado por The Smithsonian. 

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¿Entonces qué cambió? En 1927, Time publicó un listado de los colores apropiados para cada sexo, según las preferencias de los padres. Los resultados fueron mixtos y mientras algunas tiendas sugerían azul para niñas y rosa para niños, otras indicaban lo contrario. 

Según le dijo a Broadly, Jo B. Paoletti, autora de Pink and Blue:Telling the Boys From the Girls in America,  todo fue gracias a la interpretación de  un estudio de mercadeo realizado en 1940, a tiendas y vendedores. Hasta ese punto, la tradición era que los niños recién nacidos usaran prendas blancas sin impotar su género. 

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Desde entonces se hicieron cada vez más frecuentes las representaciones de lo femenino con el rosado, desde Barbie a las Pink Ladies de Grease o esta escena de la película Funny Face

Nuestra percepción del azul y el rosado fue determinada por el mercadeo, pero ¿Y si hubiera sido al revés y el rosado se hubiera mantenido como un color masculino?  A la Ministra Alves  se le olvida que somos nosotros quienes cambiamos el significado de los colores y así lo hemos hecho con las convenciones de lo que significa ser hombre o mujer. Los colores no son los que determinan la identidad de género, somos nosotros. 

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