Imagine una obra de teatro pero sin sillas. Y sin escenario central. Y sin poder quedarse quieto. Y con música duro. Y con actores que salen de cualquier lado y ponen al público frenético y extasiado. Y con una puesta en escena industrial que crea una atmósfera entre onírica y desconcertante que invita a los espectadores a romper con la cotidianidad, a bailar, a saltar, a gritar. Así es El Grito , el nuevo y ambicioso montaje del Teatro Nacional que se estrenó hace un par de semanas y que estará en temporada hasta el próximo 12 de marzo en la sede de La Soledad (Carrera 20 # 37 – 54).
La Casa del Teatro Nacional se transformó en un gran escenario donde músicos, artistas de circo, bailarines y el público experimentan durante una hora una mezcla de experiencias sensoriales únicas de este espectáculo. El Grito es el eco de la vida, la pulsación constante que hace despertar cada mañana, la vibración, el impulso. Una producción que llevará los sentidos al límite. Les presentamos los siete artistas encargados de llevar a los espectadores al límite
Fotos: Cortesía Teatro Nacional // Fotógrafo: Tulio Sampayo
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Alberto Córdoba , 24 años.
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El paisa es un apasionado del circo y la danza, su especialidad es piso parada de manos, danza cuerda fachada, rueda cyr. Egresado de la Escuela Nacional Circo Para Todos, en el 2015 se graduó de equilibrista, ha perfeccionado la danza acrobática de forma empírica. Sus performances más memorables incluyen la inauguración de los juegos mundiales 2013 en Cali, y la opereta de Macbeth en el Teatro Colón el año pasado. Hace parte de La Gata Circo. Sobre El Grito dice, “siento que lo más importante del montaje es la cercanía con el público y la energía que tenemos que mantener todo el tiempo para trasmitirla a los asistentes. El Grito es la necesidad incontrolable que tiene una persona de sacar un grito de rabia, felicidad, tristeza, pero es algo que es incontrolable, insostenible y que todos en algún momento necesitamos sacar."
Alina Velásquez , 29 años,
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La bogotana empezó acrobacia aérea desde que ingresó a la Universidad Distrital donde se especializó en tela y danza fachada. Lleva nueve años en la práctica de estas dos técnicas.
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Su trayectoria la ha llevado a trabajar en varias producciones del colectivo aerodanza.
Acerca de El Grito: “El grito es la posibilidad de expresar todas esas emociones que tienes por dentro y de las cuales quieres contagiar a todo el mundo y con esto lograr mover el corazón de los espectadores, que pueden sentir la adrenalina que vivimos en el escenario, con la música, y todas nuestras expresiones hacen parte de la escena.
Javiera Valenzuela, 30 años.
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La chilena estudió cuatro años en la Universidad Sinisterra de Santiago de Chile, una universidad enfocada en el teatro físico, después estudió actuación.
Hace 4 años que vive en Colombia. Ha trabajado en la compañía de teatro El Embuste, La Pingüinera, se ha presentado en el festival de teatro de Manizales, en el Festival Iberoamericano y en los teatros de la capital como el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Casa E, Varasanta entre otros. Con el director ya había trabajado antes en La sombra del sol . “El Grito es una explosión de alguna emoción, llevada al límite En el Grito se mezcla el teatro con el circo y con la acrobacia, estoy haciendo danza aérea, nunca había lo había hecho en mi vida”
Juan Carlos Gallego 29 años.
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El pereirano es actor profesional de la ASAB, y estudió paralelamente danza contemporánea, dos fuentes escénicas que aprovechó muy bien las danza y el teatro. Para Juan Carlos “El Grito es una buena mezcla con elenco de circo, es una propuesta escénica diferente que va a tomar a los espectadores y les va a dar una gran vuelta, el grito le brinda a los espectadores otra posibilidades de disfrutar el contacto con la obra, el hecho de entrar de una manera diferente a la sala, logra otra sensación y sumado a que estoy al lado de personas que todo el tiempo están proponiendo, realmente es una gran experiencia que hay que vivirla y dejarse llevar por las sensaciones”.
Lorena Briceño 24 años
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La bogotana es bailarina profesional, lleva 12 años de experiencia, graduada de la ASAB, es baila de danza contemporánea y clásica. Está cursando último año de circo, en la escuela Circo Para Todos, Su disciplina es columpio ruso, acrobacia aérea, combinado con danza. Su participación en Antología de la zarzuela le hicieron tomar la decisión de que la danza era para el resto de su vida. El fuerte de Lorena es la acrobacia aérea. Ella afirma que: “El grito es una producción que habla del interior del ser porque el grito es algo muy humano y eso es lo que queremos expresar el grito en sus diferentes facetas. El montaje es especial porque es fuera de lo convencional porque la gente va a estar sumergida en la misma obra, cada uno del elenco tiene su fuerte y su disciplina, acróbatas, paradistas, aerealistas. Es la primera vez que se hace una producción como estas en Colombia, que nos puede llevar a un límite personal a sentir muchas cosas, venir a enrumbarnos.
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Julio Yanés , 19 años.
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El barranquillero, descubrió que lo que verdaderamente le apasionaba era el teatro y no estaba equivocado, era el gran comienzo que lo envió directo al circo y le cambió la idea que tenía de estudiar medicina. Dejó su natal Barranquilla y se embarcó a estudiar Técnicas de circo, y entrenamiento corporal en Cali. Es el más joven del elenco, practica contorsión, anillas y suspensión capilar, esta última disciplina casi exclusiva mujeres y pocas la practican en el mundo y en Colombia.
El Grito es la oportunidad de mostrar este nuevo talento que seguramente va directo a las grandes compañías de acróbatas en el mundo.
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Fabián López , 27 años.
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El bogotano es Licenciado en Educación Física y se graduó también de la Escuela Nacional de Circo Para Todos. Es profesor de educación física donde dicta clases de movimiento acrobático en una academia de arte privada. Lleva ocho años practicando acrobacia. Ha participado en varios musicales como Dorothy, Eleven, la opera de Macbeth, entre otras.
“El Grito me ha permitido crecer, primero por compartir con un elenco donde todos son muy buenos y donde los actores se han arriesgado un poco para aprender otras cosas con nosotros que somos acróbatas, y también nos brindan un poco de lo que ellos saben, sobre todo en la puesta en escena, a mí me permite tener diversas participaciones en la obra porque practico diferentes técnicas mi fuerte siempre ha sido la acrobacia, pero en este caso manejo otras técnicas la cuerda y las cintas y algo de danza, un complemento que nos permite conectamos con el espectador”.
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