Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

La depresión no es chiste ni "ganas de joder": Hay que hablar de ella

Dejemos los mitos atrás.

625816_Getty Images.
Getty Images.

El suicidio del cocinero Anthony Bourdain tomó a muchos por sorpresa. Recordemos que no es el primer famoso que muere por esta causa en el último año. “Luchó con pensamientos sobre el significado de la vida y la felicidad. No pudo más. Quería encontrar paz”. Ésta fue una de las frases que usó la familia de Tim Bergling (Avicii) para anunciar la causa de su muerte, el pasado 20 de abril.  Avicii se unió a la lista en la que también está Chester Bennington, de Linkin Park, quien fue encontrado ahorcado el pasado 20 de julio.  

Puede que sea difícil de comprender para algunos qué lleva a una persona a suicidarse. Más si se trata de alguien como Bourdain, con un trabajo que muchos envidiarían, o de músicos que, aparentemente, tienen la vida arreglada, con mucha plata en sus cuentas y fans que los adoran. Pero la realidad es que 1 de cada 4 personas sufrirá una enfermedad mental en algún momento de su vida, y esto no discrimina edad, género, estrato o si son famosos o no. 

Las enfermedades mentales como depresión, ansiedad y trastorno bipolar afectan a millones de personas en todo el mundo y pueden ser mortales. El principal problema con ellas es que, a diferencia de otro tipo de trastornos, suelen ser malinterpretadas. Si alguien tiene cáncer, por ejemplo, nos solidarizamos y le damos todo nuestro apoyo para que consiga ayuda profesional, pero si nos dice que va al psiquiatra, no lo bajamos de “loco” y hasta nos burlamos. 

Usamos la palabra "deprimido" con ligereza y si una persona nos dice que tiene depresión le decimos que "se tome unas cervezas con sus amigos", que "salga y tome aire que eso le hace bien", o que “vea la vida de manera diferente”, como si estuviera teniendo un mal día, y no un trastorno mental. ¿Será que le diríamos a un diabético que “simplemente intente cambiar de actitud” y así se cura de su enfermedad? Seguramente no.

Publicidad

La depresión no es un estado de ánimo, ni mucho menos "ganas de llamar la atención". Es una enfermedad sumamente agotadora para quien la sufre: tiene cambios de sueño y apetito, cansancio, y, en general, la sensación permanente de que no hay muchas razones para seguir viviendo. Aunque una persona aparentemente lo tenga todo, la depresión puede hacer que le sea difícil hasta levantarse de la cama. Es además sumamente silenciosa: Puede que veamos a alguien tranquilo, pero interiormente está en una lucha compleja y dolorosa para vivir. La prueba es este video de Chester Bennington a menos de 2 días antes de su suicidio: 

Publicidad

La depresión es la enfermedad mental más frecuente en Colombia y el suicidio es la cuarta causa de muerte en nuestro país, según Medicina Legal.  Por eso, la Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP) lanzó hace poco la campaña 'Yo también voy al psiquiatra', que busca quitarles el estigma a las enfermedades mentales. Decimos que vamos al dermatólogo o al cardiólogo pero nos da pena admitir que vamos al psiquiatra. Si nos recomiendan hacernos chequeos médicos cada cierto tiempo, ¿por qué no tener en cuenta nuestra salud mental? Tal vez si dejáramos de pensar que la terapia psicológica o psiquiátrica es "solo para locos", estaríamos precisamente un poco menos "locos". 

Si  usted ha tenido cambios en su sueño o en su apetito, bajones de ánimo, sentimientos de desesperanza, deseos de aislarse y pensamientos suicidas, es probable que tenga depresión, así que no tenga miedo de pedir ayuda de un profesional de la salud. No subestime su enfermedad y no se sienta culpable por sentirse como se siente. Y si usted conoce a alguien que pueda tener depresión, apóyelo y compréndalo. Nadie elige tener depresión y puede ser muy difícil de sobrellevar. Eso sí, no se atribuya las funciones de un psiquiatra. La depresión no debe tratarse a la ligera. 

Muertes como la de Anthony Bourdain nos pueden ayudar a entender mejor a quienes sufren de enfermedades mentales. La depresión es una enfermedad silenciosa y peligrosa, pero si aprendemos a comprenderla tendremos más herramientas para combatirla. 

 

Publicidad

  • Publicidad