Imágenes que fueron tomadas en el momento justo, con la pose menos apropiada y que se encargaron de dañarnos la mente a todos los que las vimos. Inclusive algunas hay que verlas más de dos veces para entender que no son lo que nos estamos imaginando.
Otras tan solo fueron hechas por diseñadores inocentes que no contaban con la imaginación perversa de los espectadores que las íbamos a ver. ¿Qué tan dañada tienen la mente?
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