José David Rivera Mazo no solo es el Sancho Panza inseparable de J Balvin en las situaciones más cotidianas, divertidas y tristes, de sus vidas. Desde que eran apenas un par de adolescentes y hacían música en las calles y los barcitos chirris de Medellín, han recorrido juntos, y por más de 15 años, este camino que los llevó del anonimato y de aceptar cuanto show promocional les ofrecieran en todos los colegios del país, hasta el reconocimiento global por el que pasan hoy, cuando J Balvin se ha convertido en el máximo referente latino de la música actual. DJ Pope se convirtió en la dupla perfecta para J Balvin, no solo como amigo y confidente, alcahueta de travesuras que los mantienen pegados al mundo real, sino también en cualquier escenario que pisen.
DJ Pope, como lo conocemos en el mundo artístico, es además el típico paisa divertido, buen conversador, empresario y emprendedor. Fue su idea sacar adelante, hace no más de dos años, el proyecto 574 con jóvenes talentos de la ciudad de Medellín, con el que busca ayudar a visibilizar y desarrollar proyectos emergentes de su ciudad en frentes como la música, el arte callejero y el deporte. Su hijo Maximiliano Rivera Córdoba, Maxi, quien al parecer aprendió a gatear en una tarima, se lanzó a los 13 años con un proyecto solista del que Pope no puede sentirse más orgulloso.
Pope, además, fue fundador junto a Bull Nene, Sky y Mosty, de Infinity Music, estudio de grabación por el que han pasado artistas como Karol G, Maluma, Mike Bahía, Juanes, Feid, Nicky Jam, De La Guetto y Reykon, entre muchísimos otros. La lista de hits radiales que han salido de ese lugar es gigantesca.
Aprovechamos que Pope estaría en su ciudad presentándose con su proyecto Juguito de perreo en el Festival La Solar (dato curioso: por primera vez, él y su hijo aparecerían juntos en un mismo cartel de festival), para recorrer por un buen rato, las calles de Medellín y visitar sus lugares recomendados para comerse una buena arepa paisa.
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Hay que decir que por esos días, Pope andaba en una estricta dieta que le restringía las harinas, pero ¿quién se resiste a una buena arepita paisa con queso derretido? ¿Cómo decirle que no a una arepa hecha en casa por la mamá y la abuela? Imposible.