Este 15 de julio falleció el conocido periodista y cronista Germán Castro Caycedo. Nacido en Zipaquirá es uno de los nombres más destacados del periodismo colombiano y uno de los autores más leídos del país en no ficción. Entre sus obras más destacadas se encuentran Mi alma se la dejo al diablo, La bruja, El Karina, Colombia X, Que la muerte espere , entre otras. Castro Caycedo tenía 81 años.
Germán Castro Caycedo escribió 22 libros de narrativa – no ficción. Sus obras recibieron gran acogida no solo de los expertos y periodistas, sino del público en general. El autor también fue creador del programa Enviado especial, que fue clave para el periodismo en Colombia.
En su trabajo como cronista del diario El Tiempo, estuvo a cargo de cubrir el festival de música de Ancón, que fue un evento clave para la escena hippie colombiana, que logró indignar a la iglesia católica. Ocurrió en junio de 1971.
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El periodista hizo varios artículos describiendo lo que vio en el mayor festival hippie de Colombia. Rescatamos algunos fragmentos clave.
"Aún estamos en el signo de géminis, el signo de Mercurio, con él todo es rápido, speed". Las palabras de Gonzalo Caro, el organizador, fueron las primeras en escucharse, una media hora antes de iniciarse el festival rock
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Los directores del Festival, unos segundos antes, habían llamado uno a uno, a todos grupos pertenecientes a los signos del zodíaco. Luego otro grito colectivo: para ponernos en algo y llamar al sol que no quiere salir. Con la voz lenta, alargando las palabras uno de ellos trepó al tablado y tomó los micrófonos. Todos somos hermanos, todos somos iguales en la música, lo único que puede unir al mundo.
Las frases empezaron entonces a sucederse: fue llamada una señora que había perdido un bulto de piña, a través de las diez y seis torres de altoparlantes regadas por el espacioso campo.
También se hizo relación a la droga: La gente que tiene en el campo tiquetes de viajes cósmicos, mucho cuidado...y si alguien se siente mal, si alguien pone mucha carga en sus pasajes, aquí detrás del escenario estamos para ayudarlos.
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En tres carpas color naranja, la Cruz Roja estableció un puesto de socorro: Nos hemos cuidado de traer buena cantidad de drogas, especialmente contra la intoxicación, contra alucinógenos y barbitúricos, dice una enfermera voluntaria.
Siéntense todos. No importa que el piso esté mojado, nosotros estamos calientes por dentro y con la música nos calentaremos aún más, dijo otra voz por las torres de parlantes.
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Sobre la una y media de la tarde salió por fin el sol, entonces se escuchó un grito fuerte por todo el campo. Tras las palabras d apertura e Alcalde inaugurando el festival, dos frases breves, Carolo ,el organizador respondió: "bien, maestro, gracias por habernos permitido esto tan bello.
La música ha de sonar todos los días hasta as nueve de la noche, cuando comenzarán las fogatas de amor. En torno a ellas se congregarán los jóvenes para quererse en presencia del fuego.
Se pregunta en qué consiste y con una mirada maliciosa, responde: Es ver la candela, sentirla cerca de la carne para purificarnos...Los burgueses, ustedes los que corbata, siempre que oyen la palabra amor piensan en el sexo. Y amor, amigo mío, amor es todo, es admirar lo bello. La candela es bella.
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Aún sin bañarse, la mayoría de los hippies de verdad que han venido a este festival, parecen no interesarse por nada Son acaso los menos ansiosos por ubicarse alrededor de una caseta alta, cubierta con dos lonas de gruesas franjas verticales, blancas y negras, desde donde los conjuntos harán llegar a ellos la música.
Este viernes se volcaron al campo de Ancón unas diez mil personas que buscaban ver el Festival. Su iniciación con lluvia y el marco considerada por el de resistencia que podría ceder en los días siguientes fue, hoy también, considerada por el Alcalde de la ciudad, como "el reconocimiento de una actitud juvenil que no podemos tratar de tapar con las manos".
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*Fragmento de "Purificadora" peregrinación a Ancon . Publicado en El Tiempo, 18 de junio de 1971.