Gabby Petito: cuando las redes sociales juegan al detective en crímenes reales

Por estos días ha llamado la atención en redes sociales el caso de la joven Gabby Petito, de 22 años. Petito emprendió a fines de agosto un viaje por carretera con su prometido Brian Laundrie. Se encontraba reportada como desaparecida desde el 11 de septiembre. Él regresó a casa solo y ella fue encontrada muerta el pasado 21 de septiembre.

En TikTok, contenidos con el hashtag #GabbyPetito han sido vistos por mil millones de usuarios. Más allá de generar conversación, videos de otros creadores han permitido a las autoridades llegar a nuevas pistas para resolver el crimen .

Miranda Baker publicó en TikTok videos en los que afirma que ella y su novio habían recogido a Laundrie mientras él hacía autostop, el pasado 29 de agosto. La pareja dice que lo llevaron al Parque Nacional Grand Teton, donde fue encontrado el cuerpo de Petito, según The Huffington Post . Este medio afirma que la policía de North Port contactó a Baker para completar información del caso.

Jessica Shultz también publicó varios videos en TikTok sobre el caso, en los que afirma haberse encontrado a Laundrie, quien actuaba de forma extraña. Ella afirma que alertó al FBI para que buscara el cuerpo de Petito en Spread Creek, cerca de donde efectivamente apareció. “Ustedes son quienes nos han ayudado para llegar al lugar correcto, muchas gracias”, le habría dicho el FBI.

Las redes para resolver crímenes reales

El de Petito sería uno de varios casos en los que los usuarios que Internet habrían contribuido a resolver un crimen. Otro ejemplo conocido es el de un grupo de Facebook que ayudó a identificar a un hombre que asesinaba gatos, y posteriormente lo hizo con un ser humano. A través de una investigación minuciosa de sus contenidos, contribuyeron a su captura por la policía. El caso lo mostró serie de Netflix No te metas con los gatos .

Misterios sin resolver se estrenó en Netflix en 2020. Según declaró el productor ejecutivo de la serie en entrevista con USA Today, había recibido 20 pistas posibles de algunos capítulos. Uno de ellos fue el de Alonzo Brooks, quien falleció en 2004 tras asistir a una fiesta. El caso fue reabierto luego del estreno del episodio.

En 2021, el FBI anunció que el cuerpo de Alonzo fue exhumado y se descubrió que homicidio fue la causa de muerte. Aunque no se conoce el responsable, su familia sospecha que se trató de un crimen de odio (Brooks era el único negro en una fiesta con invitados blancos).

Cuando las investigaciones en redes salen mal

Si bien hay ejemplos de pistas en redes que han permitido dar con los responsables de crímenes, otros no han funcionado. Es el caso de Pablo Vergara, músico de metal conocido como Morbid, quien, gracias a algunas coincidencias extrañas, fue acusado de haber asesinado a Elisa Lam, la joven canadiense que murió en el Hotel Cecil de Los Ángeles.

En una serie documental sobre el caso estrenada recientemente en Netflix, Vergara admitió que tuvo que recibir atención médica, luego del constante acoso que enfrentó en Internet, al ser acusado falsamente de asesinato. En esta producción, vemos que el caso de Elisa fue uno de los primeros en despertar el interés de los usuarios en redes.

Volviendo al caso de Gabby Petito, varios usuarios se han volcado a la cuenta de Instagram buscando pistas, algunas bastante inverosímiles. Una de ellas indicaría que las canciones que escuchaba podrían dar una pista sobre su relación con Laundrie. Varios medios hicieron eco de esta información, que pertenece más al terreno de la especulación.

“Desde la seguridad de tu sala, puedes hacer cosas increíbles a la hora de encontrar detalles que otros no han visto, y es algo que ahora muchas personas hacen en las redes”, explica a The New York Times Mark Lewis, director de No te metas con los gatos .

Las decenas de series y documentales sobre crímenes reales que se estrenan anualmente en todas las plataformas demuestran que el tema nos llama la atención. Aunque cuando las vemos es divertido pensar hipótesis y teorías, la realidad es muy diferente: aquí jugar al detective sí tiene consecuencias.